Parece de James Bond: el yate que se convierte en submarino

Este futurista yate podrá cerrarse herméticamente y sumergirse hasta 300 metros para explorar las profundidades de los mares

Los fanáticos de las películas de James Bond recordarán cuando Roger Moore en La espía que me amó se sumergía en el mar con un Lotus Esprit que se convertía, tras tocar un par de comandos, en un vehículo acuático. Algo similar es el Carapace, el proyecto del primer yate-submarino del mundo.

El proyecto está firmado por Elena Nappi, una ingeniera naval que trabaja en los astilleros Fincantieri, reconocido por fabricar algunos de los cruceros más importantes del mundo como MSC o Carnival.

De yate a submarino

La idea es que la embarcación pueda surcar los mares como cualquier yate, Pero la nave contará con una cobertura de aluminio sobre las tres cubiertas que se cierra herméticamente, lo que le permite sumergirse hasta los 300 metros, en recorridos que pueden prolongarse hasta 10 días sin asomar a la superficie.

Una cubierta de aluminio cierra herméticamente las tres cubiertas del yate, que se convierte en un submarino

Los pasajeros podrán contemplar la fauna marina gracias a los grandes ventanales de los lados y la cobertura, que presenta elegantes formas orgánicas, como las caparazones de las tortugas marinas.

El diseño del Carapace resalta por sus formas orgánicas.

El diseño del Carapace resalta por sus formas orgánicas.

Lujo a bordo

El yate tendría 78 metros de largo, y su interior estaría equipado con todos los lujos que se espera de una embarcación de alta categoría, con detalles como una piscina en la cubierta de la popa, con solarium, un bar, un pequeño gimnasio y 12 habitaciones, algunas de ellas en suites, ubicadas en la tercer cubierta. Su propulsión sería diesel y eléctrica.

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“El mundo de los submarinos de lujo es la última frontera en el campo de las innovaciones náuticas, y posiblemente los proyectos híbridos sean el nuevo lenguaje”, indicó Nappi en un comunicado.

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Diseños de Elena Nappi sobre el Carapace.

Un mercado latente

La diseñadora recuerda que hay un mercado de amantes de la navegación que buscan tener una embarcación diferente a las demás, y ese tipo de yates-submarinos podría ser la nueva moda.

La diseñadora ve un nicho de mercado en los viajes corporativos: no hay mayor secretismo que el de un submarino sumergido

El barco sería ideal para viajes de placer, pero su creadora también ve un nicho en el mercado corporativo, debido a que no hay mayor privacidad que la de un submarino que navega a 20, 50 o 100 metros por debajo de la superficie.

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No hay un precio para este invento porque todavía nadie se animó a fabricarlo. Incluso Nappi sabe que si su idea tuviera éxito sería a largo plazo. “El primer coche eléctrico se creó en 1884 y recién ahora lo vemos en el mercado. Por ello no es imposible pensar que un invento como este tenga que esperar un siglo hasta que sea realidad”, dijo.

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El Carapace contará con interiores de lujo.

 

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