O’Leary y Walsh… tan amigos

Los gerifaltes de Ryanair e IAG dejan atrás la competencia entre empresas y hacen gala de su estrecha amistad en los actos privados de la convención de aerolíneas, celebrada en Londres. La instantánea fue tomada a la hora del té.

Willie Walsh y Michael O’Laery hicieron pública su relación… de amistad. Que los consejeros delegados de International Airlines Group (IAG) y Ryanair son buenos amigos es algo que el sector conoce. Sin embargo, ambos ejecutivos no han dado muestras públicas de su cercanía hasta el pasado martes. En Londres se celebraba la conferencia anual de aerolíneas. Como es habitual, la distancia entre ambos grupos se mantuvo, pero a la hora del té surgió el posado espontáneo. La complicidad entre ambos fue evidente no sólo en este aparte, sino en otros ágapes.

Ryanair e IAG mantienen cierta rivalidad, especialmente por la agresividad de la low cost en el mercado europeo. British Airways sufre de la competencia de la firma irlandesa, pero ha logrado levantar un cordón sanitario alrededor de sus principales bases: Heathrow y Gatwick, en parte gracias a las tasas aéreas y la escasez de permisos en ambas instalaciones. Iberia lleva peor la convivencia. O’Leary dirige la primera aerolínea por volumen de pasajeros en España y sostiene una importante presencia en Madrid-Barajas, sede de la filial que controla con mano de hierro Walsh. Ambos son irlandeses.
 

 
Walsh casi sonríe, hecho chirriante en su archivo fotográfico

 
O’Leary es un mentor para Walsh. En la etapa como director general de Air Lingus, el actual responsable de British Airways e Iberia se basó en Ryanair para evitar la quiebra: redujo los servicios a bordo, suprimió la Business class, el programa de fidelidad, redujo los tipos de aviones, cerró la filial de carga y despidió a 2.000 directivos. La compañía volvió a ganar dinero a cambio de perder la esencia histórica. Dimitió en 2005 al fracasar la salida a bolsa de la empresa.

Ambos son dos ejecutivos con un perfil muy marcado. Mientras O’Leary opta por apariciones estridentes –cuando Ryanair aterrizó en Barcelona, recorrió la Rambla disfrazado de torero y se enfrentó a los trabajadores de Spanair en Bilbao dos días después de la quiebra—, las contradicciones y un lenguaje vulgar, el consejero delegado de IAG es famoso por su dureza y “chulería”, según los sindicatos, pero jamás pierde las formas. Los trabajadores españoles le atribuyen la paternidad del contundente plan de transformación de Iberia y la firmeza de la compañía en las negociaciones. Otro factor redunda en su fama: no hay ninguna fotografía pública en la que su lenguaje corporal debilite esa imagen. En la instantánea con O’Leary, Walsh casi sonríe, hecho chirriante en su archivo fotográfico.
 

 
Ryanair ya no es lo que era: O’Leary ha perdido el trono del low cost

 
La imagen se tomó el 24 de octubre. Dos días antes, IAG anunció que Iberia recuperará la senda de los beneficios el próximo año. El plan de saneamiento fijaba esa meta en 2015. Ryanair ha encajado esta misma semana una sentencia que tumba toda su política comercial. O’Leary reaccionó rápidamente con el anuncio de una nueva modalidad de servicios que pretende superar las tretas que han hecho famosa a la aerolínea. En España acumula más quejas que nadie por parte de los viajeros. Ryanair ya no es lo que era. O’Leary ha perdido el trono del low cost, según el informe del portal especializado Which Airline. Su lugar lo ocupa ahora la turca Pegasus y, a continuación, Wizz Air y Blue Air, ambas con base en el Este de Europa.

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