Ni el AVE low cost evita más pérdidas en la nueva Renfe

La unidad de viajeros, la más importante, eleva un 15% el desfase aunque las tarifas más baratas logran el récord de pasajeros en la alta velocidad. El grupo al completo mejora el resultado un 5% gracias a los créditos fiscales.

Los últimos resultados de Renfe demuestran que la ofensiva comercial lanzada en la alta velocidad (AVE) no es suficiente para lograr sacar de pérdidas al grupo ferroviario. Al contrario, el desfase en la unidad de viajeros, la división más importante de la nueva organización, ahonda sus números rojos un 15% más. El global, que incluye mercancías y mantenimiento, mejora ligeramente ( 5%) gracias a los créditos fiscales. El resultado antes de impuestos también se deteriora (-11,7%).

Las cifras del primer trimestre se conocen aunque Renfe aún no ha formulado las cuentas del último ejercicio completo. Oficialmente, el operador esperará a la liberalización del sector para presentarlas adaptadas al nuevo modelo de negocio. En éste, la venta de billetes supondrá el 88% del total. La división de pasajeros, además de la pata esencial, motivó al Gobierno a fraccionar el grupo en cuatro. De este modo, cada unidad por separado podría competir contra operadores privados.
 

 
La evolución del negocio, aunque no cumple las expectativas, mejora a ritmos próximos del 5%

 
Al cerrar el zoom sobre esta actividad en concreto, se aprecia como la reducción del precio del billete de hasta el 27,5% en las líneas estrella del AVE han repercutido en más perdidas. Los 57 millones en negativo comparan, año sobre año, con los 49,5 de marzo pasado. Es decir, el 15,2% más. Los viajeros acumulados en los tres primeros meses de este año generan 439 millones en ingresos. El presupuesto de Renfe preveía 447,8 millones. Todas las magnitudes otorgan a la alta velocidad la mitad del resultado. El año anterior, a estas alturas, se había vendido menos (434 millones).

La evolución del negocio, aunque no cumple las expectativas de los propios responsables de Renfe, con Julio Gómez Pomar en cabeza, mejora a ritmos próximos del 5%. El éxito comercial relativo de la alta velocidad contrasta además con la sangría que supone la media distancia y cercanías; pero también con la mayor ineficiencia a bordo de los propios trenes AVE. Los gastos asociados a estos trayecto han crecido un 7% aunque las nuevas concesiones pretendían abaratarlos.

En el resto de unidades de la nueva Renfe, se detecta una mejora drástica. Las pérdidas de mercancías se recortan un 30% (pasa de perder 22 millones a 17) con la mejora de los ingresos en porcentajes similares (29%). Las estrellas de la actividad son el transporte de materiales siderúrgicos y automóviles. En mantenimiento las pérdidas se contrajeron un 54% pero la facturación se redujo también a la mitad. Las cifras dejan en evidencia la pérdida de peso de los talleres ferroviarios en la nueva etapa del grupo.

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