Madrid pone límites a la anarquía de los patinetes eléctricos

Los patinetes eléctricos estrenan la normativa que les impide circular por la acera y que exige a las empresas de alquiler una autorización específica

El patinete eléctrico, que ha pasado en pocos meses de ser un elemento marginal en la movilidad madrileña a tener una presencia habitual en las calles del centro, se somete desde este miércoles a una normativa municipal que, además de expulsarlo de la acera, exige a las empresas de alquiler una autorización para poder operar.

Tras varios meses de crecimiento de su uso -pese a la indefinición de la normativa- estos vehículos deberán cumplir las leyes con la que el Ayuntamiento de Madrid busca que su expansión no cercene el espacio de los peatones.

Llega el aluvión de empresas de alquiler

Desde la implantación en agosto de los patinetes de renta compartida de Lime, se han realizado en la capital 100.000 desplazamientos con ellos, que conviven con los de la firma Voi, y en las próximas semanas lo harán con nuevas empresas que esperaban la aprobación de la normativa municipal para operar en la capital española.

A las empresas Lime y Voi se sumarán otras aplicaciones para expandir el alquiler de patinetes en Madrid

Tanto las empresas veteranas como las nuevas firmas tendrán que solicitar al Ayuntamiento una autorización y cumplir requisitos como la contratación de un seguro de responsabilidad civil.

Reparto de la ciudad por zonas

A su vez, la administración buscará un despliegue territorial equilibrado de estos sistemas de forma que las empresas se repartan Madrid por áreas de influencia.

Para ello, elaborará un mapa de las zonas donde opere cada una de las compañías con el objetivo de alcanzar una distribución mejor y que no se saturen los distritos donde haya un mayor interés por llevar los patinetes, entre ellos el Centro, según han indicado a EFE desde el Ayuntamiento de Madrid.

Además, las empresas tendrán que informar al consistorio del número de patinetes con que cuentan y dónde están instalados, ya que actualmente la administración no ofrece datos de cuántos vehículos de este tipo hay en la capital.

Expansión donde los coches no pueden circular

La administración no cobrará una tasa a las empresas por ocupación del espacio público, a diferencia de lo que hace, por ejemplo, con los bares que cuentan con terrazas.

Las empresas tendrán que distribuirse el servicio en Madrid para evitar la saturación de estos vehículos

La previsión es que la entrada en vigor en noviembre de Madrid Central, la nueva área de prioridad residencial, impulse aún más el uso de este vehículo no contaminante que llega allí donde los coches tienen el acceso restringido.

Evitar molestias al peatón

Pese a que el Gobierno municipal fomenta el uso del transporte público, la bicicleta y los vehículos no contaminantes, también trabaja para que estos vehículos de movilidad personal no molesten a los peatones: desde hoy regula también su aparcamiento para garantizar el espacio de las personas que se movilizan a pie.

La normativa equipara a estos nuevos vehículos con la bicicleta. Con un patinete eléctrico o monopatín se podrá ir prácticamente por todas las calles de la ciudad (las que tengan el límite de velocidad en 30 o 20 kilómetros por hora) y también por los carriles bici, pero a las aceras solo podrán subir los que no tengan motor y no superen los cinco kilómetros por hora.

Lime aprueba la normativa

Esta medida fue bien recibida por Lime, empresa que considera positiva una regulación que permitirá circular con patinete eléctrico por la mayor parte de las calles de Madrid y ofrece mayor seguridad.

«Estos vehículos contribuyen a descongestionar las ciudades y a hacer de ellas un sitio más humano. Están pensados para aquellos trayectos que son demasiado largos para recorrerlos andando y cortos para el coche, aunque un tercio de nuestros clientes habría usado su vehículo privado», indican a EFE desde esta empresa.

El problema de aparcar los patinetes

Los patinetes eléctricos tendrán que aparcar en las reservas que compartirán con las bicicletas, pero, de no haber -y casi no las hay- podrán estacionarlas en las aceras siempre que dejen más de tres metros de ancho libre. Lo harán en paralelo al bordillo en aceras de menos de seis metros y, de tener más, en semibatería.

Los patinetes eléctricos se podrán dejar en las aceras, pero dejando espacio para los peatones

Además, será obligado dejar cinco metros de espacio libre tanto en la acera como en la calzada junto a los pasos de peatones.

«A través de la aplicación enviamos notificaciones al usuario y le indicamos la manera en que se tiene que aparcar, porque lo que se pretende es que ocupen lo menos posible. Pero en último término hay que apelar a la responsabilidad de las personas», indican desde la empresa.

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