Lavacolla escapa de los aeropuertos ‘fantasma’ y se traslada a su nueva terminal

Aunque la crisis del sector aeronáutico le afectó al igual que toda la red de Aena, el aeropuerto de Santiago inició una recuperación. Cerró 2010 con una tasa de crecimiento del 11,8%

El próximo jueves 13 de octubre, el aeropuerto de Santiago de Compostela trasladará sus operaciones a la nueva terminal. El proyecto, que se inició en 2004 y en el que se ha invertido 230 millones de euros, podrá acoger a cuatro millones de pasajeros. Hasta ahora pasan por allí unos 2,1 millones anuales.

Con estos datos, las estadísticas de Lavacolla giran la cara a la crisis: sólo en 2008 se cerró con pérdida de pasajeros, y en 2009 la terminal compostelana ya estaba en cifras positivas. Al finalizar 2010 hubo una tasa de crecimiento del 11,8%. Y si bien 2010 fue el Año Xacobeo, lo que va de 2011 se puede comparar sin complejos gracias al ritmo de Santiago.

Ryanair, la principal aerolínea

Ahora acaba de empezar la temporada de otoño y, a diferencia de sus vecinas de Alvedro y Peinador, no tendrá recortes. Santiago mantendrá sus 23 destinos estivales y reforzará el enlace de Air Nostrum con Bilbao.

La principal línea aérea que en estos momentos aporta tráfico de pasajeros es Ryanair, según cuenta a 02B el director de este aeropuerto, Luis Rey. La irlandesa mantiene hasta final de año un convenio con la Xunta de Galicia.

Por orden de número de pasajeros que mueve Lavacolla, las otras líneas aéreas que se desplazan a la nueva terminal son Iberia, Air Europa, Vueling, Spanair, Air Berlin y Air Nostrum.

De momento, la dirección no determina si la nueva terminal favorecerá en la creación de empleo, aunque subraya la buena marcha de estos últimos tiempos “lo que sin duda repercutirá positivamente en el sector servicios”.

Un respiro para Aena

En los últimos años Aena ha ampliado sus instalaciones españolas, tanto con terminales nuevas como con la construcción de aeropuertos enteros.

Las principales fueron la de los aeropuertos principales del país, como la Terminal 4 de Barajas, o la T1 de Barcelona. En ambos casos, aunque se cuestionó la inversión destinada, los proyectos fueron aplaudidos.
Sin embargo, el gestor de aeropuertos españoles ha recibido críticas por invertir dinero público en tiempos de crisis en aeropuertos ‘fantasma’ como el de Ciudad Real o el de Lleida-Alguaire.

Santiago de Compostela, sin situarse entre los ‘top’ por número de pasajeros ni por su afán de construir un ‘hub’ internacional, ha conseguido justificar con creces su nueva terminal. Según estacionalidad o frecuencias semanales, contará con vuelos a las principales capitales europeas como París, Londres, Frankfurt, Zurich, entre otras.

“Elefantes blancos”

Un artículo en The Telegraph de este fin de semana se hace eco del “derroche” de dinero público en España. El reportaje se titula: “Los elefantes blancos españoles – cómo los aeropuertos regionales permanecen vacíos”. El término “elefantes blancos” (white elephants) hace referencia a aquellas posesiones que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan. El diario inglés ilustra con el siguiente ejemplo la torpeza de construir un aeropuerto como el de Castellón: “tiene un coste de 150 millones de euros, y cuya torre de control no ha guiado el aterrizaje de ningún avión”.

De los 48 aeropuertos regionales construidos en este «país apretado por las deudas», «solamente once de ellos han obtenido beneficios en los últimos 20 años», aclara el periódico británico.

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