Las aerolíneas cargan los descuentos de los residentes al resto de los pasajeros

Las compañías repercuten el riesgo que asumen al cobrar la mitad del billete en diferido en el coste de los pasajes. Además, diversas voces ponen en entredicho la operativa de algunas entidades de no existir las bonificaciones.

Un vuelo entre Madrid y Tenerife cuesta la mitad a un residente canario que a uno de la Península. El Ministerio de Fomento bonifica el 50% del coste de los billetes a los habitantes de los archipiélagos, Ceuta y Melilla. Así, las aerolíneas cobran la mitad del pasaje a los clientes y meses después liquidan la parte restante con el Estado. Sin embargo, ¿cómo es posible que acepten asumir tal riesgo financiero? Muy simple: Los descuentos estimulan la demanda y les permiten subir los precios.

En 2015, Iberia y Air Europa cobraron más de 70 millones de euros en subvenciones. Desde las compañías, pero, defendían que ellos simplemente adelantan la mitad del importe y no son «beneficiarias» de ninguna ayuda. Ignacio Rodríguez, consultor de Air Consulting, responde: «Hay entidades que viven de las bonificaciones».

El caso de Binter Canarias

Un ejemplo es el de Binter Canarias. El director general de Transportes de Canarias, Elías Castro, señala que sin las ayudas estatales «la operativa actual de la firma sería muy inferior». Afectaría a los vuelos interislas y reduciría, por ejemplo, los 4,5 viajes que realiza de media un ciudadano de La Palma a Tenerife.

Desde la compañía desmienten vivir de las subvenciones. «Más del 90% de nuestros pasajeros vuela por motivos de negocios, por lo que el adiós a las bonificaciones no implicaría una caída excesiva de la demanda», contrarresta un portavoz. A cambio, Rodríguez, vuelve a incidir: «La rentabilidad para estas firmas llega en buena parte gracias a los subsidios». Sin ellas, la demanda se desplomaría.

Por su lado, Iberia Express, que conecta la Península Ibérica tanto con Baleares como con Canarias, también reniega de las tesis oficiales. «La mayoría de los residentes viaja por negocios o motivos de ocio, por lo que el factor precio no es tan determinante», defiende.

El precio aumenta

Además de estimular la demanda, las bonificaciones también inciden en el precio de los billetes, más alto de lo normal. «Hasta ahora, cada vez que se ha incrementado el porcentaje de subvención ha llegado acompañado de una subida del coste de los pasajes», denuncia Marc Pons, consejero de Territorio, Energía y Movilidad de las Baleares.

En la misma línea se expresa Castro. En la Dirección General de Turismo manejan informes universitarios que demuestran la incidencia negativa en la competencia entre aerolíneas. «Los costes para los no residentes son ligeramente más caros de lo que deberían ser», lamenta. Por ello, el organismo prepara su propio estudio para determinar el alcance de este freno a la competitividad. 

La problemática se acentúa en rutas con pocos operadores, como las interislas que copan Binter Canarias y Air Nostrum. En el caso de las conexiones con la península, el número de compañías que ofrezcan vuelos influye mucho. Tras la subida de precios que comportó la quiebra de Spanair, la llegada de Norwegian Air Shuttle ha vuelto a suponer un socavón en el importe.

¿Una tarifa plana?

Ante tal «injusticia», el gobierno balear ha logrado que el Ministerio de Fomento acepte una tarifa plana de 30 euros –tanto para residentes como para no residentes- en todos los vuelos dentro del archipiélago. «¿Freno a la competencia? El libre mercado no ha resuelto el problema de conectividad que tenemos en islas cómo Ibiza y Menorca en temporada baja», ilustra Pons. Además, ofrece la mano a los colegas canarios para que soliciten una oferta similar.

Lo cierto es que el bono todavía debe ser aprobado por la Unión Europea. Sin embargo, existen precedentes: La isla de Cerdeña goza de un plan similar para volar por 41 euros a Roma y por 50 a Milán. Desde Air Consulting, divergen y tildan de «barbaridad» la novedad.

Las compañías consultadas, mientras, se muestran cautas. Recuerdan que se trata de un gobierno en funciones y esperan a ver si la medida afectará a todas las conexiones o si algunas escaparán del ajuste. Pons revela un compromiso de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en caso de vuelco en las próximas elecciones generales.

Otras, cómo Iberia Express proponen que el Estado «subvencione al ciudadano directamente, sin intermediación alguna de las compañías aéreas». La petición no es baladí. Reclamar los descuentos es un trámite farragoso y darse de alta en la plataforma del ministerio se puede demorar durante meses. «Por ello, algunas aerolíneas europeas con poca actividad en las islas desisten a la hora cobrar la ayuda estatal», advierte Rodríguez.

Sin ayudas, la conectividad se resentiría

Los grandes flujos de visitantes turísticos sustentarían sin problemas las rutas de los archipiélagos con Barcelona y Madrid. No queda tan claro en las islas secundarias. Castro alerta de que una reducción de las bonificaciones podría implicar una peor conectividad en El Hierro o La Palma. «Todos los servicios están en Tenerife o Gran Canaria, las subvenciones son necesarias», explica.

Más agrías son las quejas de Pons. «Menorca e Ibiza no tienen suficiente masa crítica cómo para sustentar rutas aéreas durante todo el año tal y cómo se plantea ahora el formato de subsidios», revela. El caso es similar al canario, con la mayoría de facilidades y organismos en Palma de Mallorca. «Sin ayudas públicas, el golpe para las islas más pequeñas sería muy grande», sentencia.

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