La mala conexión de bus anula al AVE Madrid-Segovia

El traslado de la estación de AVE al centro de Segovia suele tardar media hora, más del tiempo que emplea el tren rápido desde Madrid. El Ayuntamiento ajusta los horarios de los autobuses para reducir los tiempos de espera

El tiempo récord que el tren de alta velocidad recorre los 80 kilómetros que separan a Madrid y Segovia pierde toda virtud cuando entra en el gran cuello de botella en el que se ha convertido el transporte urbano de la capital segoviana. El AVE apenas tarda 27 minutos en comunicar la capital de España con Segovia, lo que casi la convierte en una ciudad satélite de Madrid.

Pero la gran ventaja del AVE se diluye cada vez que los pasajeros de Madrid llegan a la estación Guiomar, en Segovia, un recinto reluciente construido a seis kilómetros y medio del centro de la ciudad y donde se puede ver pastar el ganado. En medio del campo, la estación sólo está conectada con dos líneas de autobuses con el casco histórico (líneas 11 y 12).

Aunque oficialmente los autobuses hacen en recorrido entre 15 y 20 minutos desde la estación del AVE hasta el acueducto romano, cada unidad tarda unos 10 minutos en recibir a los pasajeros y cobrar los billetes. El resultado es que el recorrido entre la estación y el centro de Segovia resulta más largo que el del tren de alta velocidad.

Para colmo, no todos los autobuses disponían hasta hace pocos días de un horario sincronizado con el AVE lo que hacía que los recorridos dentro de la ciudad superaran más de una hora, el mismo tiempo que tarda el autobús convencional por carretera desde Madrid hasta Segovia.

El Ayuntamiento de Segovia, gobernado por el Partido Socialista, ha acusado a Renfe de cambiar los horarios sin aviso. Desde finales de julio han querido atenuar las esperas y han reorganizado los turnos de los autobuses para adaptarlos a las llegadas y salidas de los trenes.

La situación no es exclusiva de Segovia. Otras siete estaciones de AVE inauguradas en los últimos años se encuentran entre cuatro y 19 kilómetros del centro de la ciudad, lo que anula la ventaja ganada con el tren de alta velocidad.

La oposición política en las ciudades con estaciones de AVE alejadas atribuyen a los intereses inmobiliarios la decisión de retirar las estaciones de la ciudad. La mayoría de estaciones fueron acompañadas de proyectos de desarrollo urbanísticos pero algunos no se ejecutaron por la crisis. Adif justifica la lejanía por costes: construir una estación en el centro dispara los presupuestos.

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