El tren ideal para atrapar los paisajes salvajes de Alaska

El ferrocarril Denali Star, con sus vagones con techos y paredes de vidrio, es la manera más segura y cómoda de explorar los bosques subpolares de Alaska

Todavía faltan un par de meses para que se reactive el servicio del tren Denali Star, pero en esta época es cuando comienzan a recibirse las reservas de este ferrocarril con vagones de techos de cristal, la mejor forma de explorar la naturaleza salvaje de Alaska y descubrir las historias de sus pioneros.

El servicio de la compañía Alaska Railroad es ofrecido entre el 14 de mayo y el 20 de septiembre, época en que los hielos han retrocedido, los lagos se han descongelado y en que este estado norteamericano despliega un arco cromático en sus bosques, montañas, ríos y lagos.

Hacia el norte profundo de Alaska

El tren parte desde Anchorage hacia el norte del territorio, en dirección a Fairbanks, en un trayecto de 573 kilómetros que dura 12 horas, contando las paradas.

Cada tanto el tren para en pueblos creados por buscadores de fortuna con la fiebre del oro

Uno puede elegir dos opciones: realizar el trayecto completo, o bien viajar por tramos con escalas en los pueblos en que el Denali Star realiza paradas, que suelen durar poco más de una hora.

El tren Delani Star recorre más de 570 km por los bosques de Alaska. Foto Alaska Railroad

El tren Delani Star recorre más de 570 km por los bosques de Alaska. Foto Alaska Railroad

Coches panorámicos

Un par de coches del convoy cuenta con techos y paredes de vidrio, como si fuera un vagón de cristal, lo que permite que la majestuosidad del paisaje entre por todos los rincones.

[Para leer más: Cinco viajes panorámicos en tren que te enamorarán]

Hay dos categorías a bordo: el Goldstar Service y el Adventure Class. El primero es más exclusivo, y los pasajeros viajan en un coche doble con 78 asientos, que también tienen ventanillas curvas que se unifican con el techo, lo que permite obtener vistas de 360 grados.

Además hay un sector que funciona como mirador, desde donde los amantes de la fotografía se parapetan como francotiradores de la imagen.

Delani Star Mirador Foto Alaska Railroad

Algunos coches del Delani Star cuentan con mirador. Foto Alaska Railroad

En la parte inferior hay literas en donde los pasajeros pueden dormir una siesta ligera mientras que tren sigue su recorrido por los bosques de Alaska.

Atrapar el paisaje

A lo largo del trayecto van desfilando miles y miles de árboles, en un paisaje cada tanto interrumpido por algún río que corre al costado o por debajo de los rieles, con sus aguas agitadas por el deshielo que llegan desde las cumbres.

En varios puntos hay cabinas donde los pobladores que viven en total aislamiento agitan una bandera para poder subir al tren

Una hora después de salir a las 8:20 se llega a Wasilla y luego se detiene en Talkeetna. Estos pequeños núcleos conservan varias construcciones centenarias, de cuando Alaska era una tierra más inhóspita que en la actualidad, donde solo los buscadores de oro, los tramperos de nutrias y los trabajadores de la industria forestal eran los únicos que se animaban a poblar estas extensiones que no parecen tener límites.

Con suerte desde el tren se puede ver a algún alce. Foto Frank Keller

Con suerte desde el tren se puede ver a algún alce. Foto Frank Keller

La montaña más alta de Norteamérica

Más hacia el norte el convoy entra en territorio del Parque Nacional Denali, hogar de la montaña más alta de Norteamérica, con una altura de 6.190 metros. Si hay suerte, desde la comodidad de los vagones se descubre la imponente silueta nevada de este coloso de roca que emerge entre las nubes.

A lo largo del trayecto se pueden ver algunos ejemplares de la fauna de los bosques sub árticos, como caribús, osos marrón y negro, alces, lobos, ovejas salvajes, cabras e incontables especies de aves.

Muchos pasajeros descienden en el pueblo de Denali para pasar uno o dos días explorando los senderos del parque, mientras que otros prefieren seguir viaje hasta Fairbanks.

Delani Star vagon Foto Alaska Railroad

Vagón de paredes y techo de vidrio. Foto Alaska Railroad

Los ermitaños de Alaska

En el trayecto se atraviesan obras de la arquitectura ferroviaria como el puente Hurricane Gulch, que con su estructura de acero atraviesa el río homónimo en un tramo de casi 280 metros, la mayor luz en una estructura de este tipo en EEUU.

[Para leer más: La fiebre del oro revive en este tren de Alaska]

También se podrá ser testigo de un método de abordar el tren que existe desde hace generaciones. En las soledades de Alaska viven algunas personas que decidieron tener a la aventura como su modo de vida, donde no hay carreteras ni otra forma de comunicación con los pueblos cercanos.

Talkeetna foto Sandy Brown Jensen Flickr

Talkeetna conserva las casas construidas por los pioneros. Foto Sandy Brown Jensen-Flickr

Cada tanto hay puestos donde se guarda una bandera. Si una persona quiere tomar el tren tiene que llegar hasta allí y agitarla para que el maquinista pueda detener el convoy y permitirle que suba a bordo.

Al atardecer el Denali Star llega a Fairbanks, ciudad con menos de 120 años de vida que surgió y creció gracias a la fiebre de oro, hasta que el ejército de EEUU se encargó de insuflarle nueva vida tras la agonía de esa actividad minera.

En el verano, la segunda ciudad más importante de Alaska cuenta con largas jornadas de luz solar. Las temperaturas oscilan entre los 15 y 22 grados, y la urbe es otro punto de partida para seguir explorando las profunidades de Alaska.

a.
Ahora en portada