Diez secretos para disfrutar de la gastronomía a bordo de un crucero

¿Agobiado por la cantidad de propuestas de bares y restaurantes? Estos consejos te ayudarán a tener la mejor experiencia a bordo

Del buffet a los restaurantes de especialidades pasando por las exclusivas ‘mesas del chef’ y las cenas de gala, las opciones gastronómicas a bordo de un crucero son amplias y diversas aunque, a veces, pueden resultar confusas, especialmente para los viajeros no muy experimentados a bordo.

Por ello, aquí van diez trucos para disfrutar al máximo de la libertad y la variedad y llevarnos un buen sabor de boca de las vacaciones.

Antes de embarcar se puede conocer el menú que se servirá durante todo el crucero en el restaurante principal; saberlo nos ayudará a planificar reservas en restaurantes temáticos o pasar por el buffet

[Para leer más: Las dudas más frecuentes ante el primer viaje en crucero]

1. Organízate

Primera sorpresa: las comidas y cenas del restaurante principal están planificadas para todo el itinerario. Y, segunda: se pueden consultar los menús.

RamoÌn Freixa es uno de los fichajes para elevar la gastronomía de MSC. FOto MSC Cruceros.
RamoÌn Freixa es uno de los fichajes para elevar la gastronomía de MSC. Foto: MSC Cruceros.

Directamente en recepción podemos ver estos menús para todos los días que pasaremos a bordo, una información muy útil para planificar, por ejemplo, qué días decantarnos por esta opción y cuáles, en cambio, reservar en uno de los restaurantes de especialidades o dejarnos caer por el buffet.

Además, los barcos pueden organizar eventos gastronómicos puntuales y, entre tanta oferta, es fácil perdérselos si no los tenemos apuntados.

La mayoría de restaurantes en cruceros ofrecen mesas con capacidad para entre cuatro y ocho personas por lo que, si se prefiere más intimidad, hay que reservar una mesa para dos con anticipación

Por ello, lo mejor es investigar antes de comenzar la travesía, consultar la información diaria que el personal nos deja en el camarote o preguntar a nuestra llegada por todo este tipo de propuestas, que pueden ir desde el servicio del té al brunch mirando al mar a festivales de sushi, pasando por almuerzos especiales en determinados restaurantes o días dedicados a algún producto en concreto.

2. Reserva

Antes de subir o el primer día de navegación se pueden realizar reservas para todos los días y así asegurarnos mesa en ese restaurante que no queremos dejar de probar, pero también garantizarnos una mesa agradable en el restaurante principal del barco.

Por ejemplo, la mayoría de restaurantes ofrecen mesas con capacidad para entre cuatro y ocho personas. Pero si se prefiere una privacidad mayor se puede solicitar una mesa para dos con anticipación.

Gastronomía a bordo. Foto: Oceania Cruises.
Si no nos gustan los compañeros de mesa siempre se puede hacer una reserva previa solo para dos. Foto: Oceania Cruises.

También se puede escoger qué horarios de cena preferimos.

3. Pide fuera de carta

Y no nos referimos solo a celiacos, alérgicos y pasajeros preocupados por comer sano o mantener la línea. Habitualmente las líneas de crucero se desviven por los pasajeros y son capaces de preparar diferentes platos además de los que se ofrecen en el menú.

Los cruceros de lujo ofrecen habitualmente sus restaurantes temáticos o de especialidad sin ningún cargo adicional

Cruceros de lujo como Seabourn directamente tratará de cumplir con cualquier capricho, incluso si nos referimos a tomar champagne con caviar todo el día todos los días. Pero incluso otras compañías más asequibles como Carnival se preocuparán de atender solicitudes concretas siempre que se soliciten al maitre con anticipación.

4. Arriesga con nuevos sabores

Con todas las comidas y cenas del crucero ya abonadas, es el momento de abrir la mente y probar cosas diferentes, sin el miedo a malgastar el dinero que costaría una cola de langosta en caso de que, finalmente, no nos guste el plato.

Es posible que lleguemos al destino, incluso, con una nueva comida favorita. Pero, en caso de que no sea así, e incluso de que no podamos terminar el menú, siempre podemos pedir inmediatamente otra cosa.

Lobster Risotto. Foto: Oceania Cruises.
¿No sabes si te gustará el arroz de langosta? Pues es el momento de probarlo. Foto: Oceania Cruises.

Ya sean dos principales, dos entrantes o dos guarniciones, si algo nos gusta especialmente no deberíamos tener problema en que nos lo sirviesen. Y no lo olvides, toda la comida está ya pagada: solo hay que relajarse y disfrutar en la cantidad que deseemos (dentro de lo razonable, claro).

5. Evita sustos con la bebida

Muchos cruceristas en su primera experiencia se sorprenden al constar que casi ninguna bebida está incluida en el precio general. No hay que sorprenderse cuando nos ofrezcan paquetes de refrescos y agua y sí pensar bien si en algún momento nos apetecerán otras bebidas como vinos y combinados, ya que pedirlos en cada ocasión de forma individual incrementará notablemente el precio.

En el momento de formalizar la reserva, las líneas de cruceros ofrecen opciones para personalizar el viaje que incluyen numerosas modalidades de paquetes de bebidas

MSC Cruceros, por ejemplo, ofrece hasta cinco opciones diferentes de bebidas ilimitadas: easy, todo incluido premium, todo incluido premium plus, todo incluido sin alcohol y todo incluido sin alcohol niños, cada una de ellas con un precio diferente por pasajero y noche.

Los cruceros prohíben, además, subir a bordo botellas de alcohol como vino y whiskey -a no ser que se consideren souvenirs pero, en  cualquier caso, no se pueden degustar en el barco- y la mayoría tampoco permite embarcar electrodomésticos como cafeteras para preparar café en el camarote, así que lo mejor es contar con este gasto extra de antemano.

[Para leer más: Qué equipaje llevar (y qué no) en un viaje en crucero]

6. No descartes el buffet

Normalmente el comedor principal ofrece una gastronomía de mayor calidad pero, sea por variar, por probar todas las opciones o porque no se quiere invertir el tiempo que requiere una comida más formal, el buffet es una opción a tener en cuenta.

Aunque varían muchísimo de una línea de cruceros a otra, habitualmente ofrecen platos de verduras, ensaladas, pastas, carnes y pescados, así como postres y platos especiales para niños.

Pullmantur Cruceros lanza Gastrolab junto a Jordi Cruz para reinventar su oferta culinaria.
Pullmantur lanzó Gastrolab junto a Jordi Cruz para reinventar su oferta culinaria. Foto: Pullmantur Cruceros.

7. Opta por un restaurante temático (o más)

Aunque ya se hayan pagado todas las comidas con el precio estándar del crucero y pueda parecer un derrote pagar de nuevo por una cena, lo cierto es que los restaurantes temáticos o de especialidades a bordo pueden deparar sorpresas muy agradables.

Las propuestas gastronómicas de Ramón Freixa navegan a bordo de los buquesl MSC Meraviglia y Bellisima y, a finales de año, lo harán también en el MSC Grandiosa

Desde Paco Roncero y Jordi Cruz, que diseñan las propuestas de Pullmantur Cruceros, a Ramón Freixa, que sube directamente a los barcos Bellisima y Meraviglia de MSC Cruceros -y próximamente también el Grandiosa– los platos de su espacio Hola! Tapas, las navieras se desviven en una auténtica carrera por contar con la mayor cantidad de propuestas de los chefs más prestigiosos del panorama.

De hecho, la propia MSC cuenta también en su equipo con otros renombrados cocineros como el alemán Harald Wohlfahrt, el francés Raymond Blanc o el japo-americano Roy Yamaguchi, además de aclamado repostero francés Jean-Philippe Maury.

Holland American Line, por su parte, cuenta con un consejo de siete grandes chefs que denomina Culinary Council y que lidera Rudi Sodamin, mientras Crystal Cruises, una de las compañías más lujosas del mundo, apuesta por el talento del chef de origen japonés y creador de un emporio hotelero junto a Robert de Niro Nobu Matsuhisa.

8. Hay comida disponible 24/7

La mayoría de los principiantes a bordo de un crucero desconocen que prácticamente a cualquier hora del día o de la noche se puede saborear un bocado. Por ejemplo, la mayoría de los barcos disponen de buffet nocturno con todo tipo de postres, bollos y otro tipo de picoteo y snacks.

Prácticamente a cualquier hora del día o de la noche se puede comer algo a bordo de un crucero

Además, muchos de los cafés y otros establecimientos del barco, que habitualmente cobrarán por un capuchino, disponen también de una selección de platos sencillos sin ningún coste, que pueden ir desde paninis a pasteles. Es el caso como el International Café a bordo de Princess Cruises o Viking Ocean’s Living Room de Viking Cruises, que ofrece además ensaladas y fruta fresca.

Hola! Tapas Bar. Foto: MSC Cruceros.
Hola! Tapas Bar. Foto: MSC Cruceros.

9. También hay room service (pero no lo recomendamos)

A no ser que estés en un crucero de ultralujo, donde las cotas de calidad alcanzan -o exceden- a las de cualquier hotel en tierra, el servicio de habitaciones en un crucero no es la opción más recomendable para disfrutar de la comida.

El menú suele ser bastante limitado y se obtendrá una variedad mucho mayor con un sencillo paseo hasta el restaurante principal. Una vez seleccionado el menú, hay líneas de crucero que no ponen ningún problema si queremos llevarlo a nuestro camarote para degustarlo tranquilamente en la terraza.

También, y especialmente quien no desee madrugar, se puede pedir el desayuno a la habitación, aunque siempre hay que tener en cuenta dar propina al miembro del personal que nos la lleve.

10. Aprende un poco de cocina

Si te interesa la gastronomía, algunos barcos te invitan a ir un paso más allá participando en talleres y cursos de cocina. Por ejemplo, Oceania Cruises cuenta con una escuela de cocina a bordo denominada Culinary Center que ofrece diferentes experiencias guiadas por chefs de renombre guiados por el reconocido cocinero Jacques Pépin.

Las clases a bordo se combinan con visitas gastro. Foto: Oceania Cruises.
En tierra se visitan mercados y se compran los ingredientes para cocinar. Foto: Oceania Cruises.

Los cursos impartidos en este centro además se completan con visitas culinarias en los destinos en las que se visitan in situ los mejores mercados locales para comprar los productos que posteriormente serán cocinados.

a.
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