Cuáles son los mejores (y peores) camarotes en un crucero

Al momento de elegir donde dormir en un crucero no solo hay que tener en cuenta las dimensiones del camarote, sino también su ubicación y servicios

Es como la lucha entre el cerebro y el corazón: al momento de viajar en un crucero el viajero siente el entusiasmo de dormir y pasar su tiempo libre en un camarote amplio, con luz natural, balcón y hermosas vistas. Pero el presupuesto es el que cuenta y las opciones se pueden reducir a alternativas menos impactantes.

En cada crucero hay unos 10 tipos de camarotes diferentes, por lo que antes de reservar conviene analizar qué tipo de viaje se va a realizar: ¿es con amigos? ¿familiar? ¿se viaja solo o en pareja?

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Saber cuánto espacio se necesita

No es lo mismo que cuatro amigos compartan una habitación interna para reducir costes que una pareja en luna de miel prefiera tener privacidad y vivir momentos inolvidables en un balcón de su suite.

MSC camarote yatch club
El crucerista tiene que decidir qué clase de viaje realizará a bordo antes de elegir el camarote.

Por ello un punto clave es saber cuánto espacio será necesario. Los cruceros cuentan con lujosas suites donde se puede comer y disfrutar del viaje sin tener contacto con los demás pasajeros.

Un grupo de amigos que quiera reducir costes preferirá un camarote interno, pero una pareja en luna de miel lo más probable es que elija un dormitorio con balcón para tener más privacidad

Pero si la idea es socializar, divertirse en las atracciones, y la habitación sólo será un lugar para dormir y poco más, no vale la pena invertir en espacios más grandes.

Caminar y caminar

Con el plano del barco en la mano, el viajero tiene que tener en claro algunos puntos. Uno es saber cerca de qué atracciones o servicio quiere estar.

En esos barcos que miden 360 metros de largo, como la línea Oasis de Royal Caribbean, vale la pena saber si se quiere caminar menos para llegar al spa, las piscinas, algún restaurante en particular o el casino.

La suite Regent del Seven Seas Splendor aspira a ser la más grande y lujosa del mundo.
La suite Regent del Seven Seas Splendor es más grande que la de un hotel de lujo.

Hay viajeros que bajo este concepto buscan los dormitorios ubicados en el cuerpo central del barco. Para los que pueden sufrir de mareos es un detalle importante, porque en esta área hay más estabilidad en caso de marejada.

Las vistas no siempre son las esperadas

Si se quiere tener una vista exterior, obviamente hay que prescindir de los camarotes internos, que reemplazan la ventana por una bonita decoración.

El sector central de un barco es buscada por los pasajeros propensos a marearse, porque es la zona más estable

Pero tener vista exterior no significa contar con buenas vistas: los camarotes que están en los pisos inferiores están muy cerca del mar o pueden dar hacia los botes salvavidas. Sería un chasco contratar una habitación para contemplar un atardecer y tener enfrente a estas lanchas blancas y naranjas como paisaje.

Pros y contras de los camarotes internos

Además del menor coste, una ventaja de los camarotes internos es que están rodeadas de otros dormitorios. A menos que se tenga la mala suerte que el ocupante del camarote vecino sea ruidoso, la ventaja es que están aisladas de los sonidos de los espacios comunes.

Georgeus suite, Scarlet Lady.
Virgin Voyages apostará por un estilo moderno en sus futura suites.

En los barcos de Royal Caribbean que cuentan con el Paseo Marítimo (la Royal Promenade) los camarotes internos se convirtieron en externas porque tienen vistas a esta rambla llena de atracciones y locales gastronómicos; un detalle a tener en cuenta.

En popa y proa

Si la idea es disfrutar de un balcón, los dormitorios más recomendados se encuentran en la popa o la proa, aunque son los más solicitados porque ofrecen las mejores vistas y hay menos vecinos.

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Eso sí: los camarotes con balcón suelen ser más pequeños que las que no lo presentan, por lo que cabe ver en la escala de prioridades que se prefiere: contemplar el mar con privacidad o más espacio puertas adentro.

Silja Symphony promenade
Los camarotes internos que dan a la Royal Promenade se convierten en externos.

Algunos camarotes que se encuentran en los rincones pueden tener la suerte de contar con una mayor exposición solar, por lo que en ellas un balcón casi no sería necesario.

Cuidado con los ruidos y los aromas

Eso sí: es posible que haya camarotes en la popa a la que puedan llegar aromas poco agradables de las maquinarias del crucero. Por el contrario, en la proa hay pasajeros que se han quejado del ruido de las cadenas cuando el barco tiene que fondear.

Algunos de las camarotes ubicados cerca de la proa tienen vistas espectaculares, y con ventanales más grandes. Pero no se pueden abrir, o se recomienda no hacerlo, porque las fuertes corrientes de aire convierten el placer en una molestia constante.

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