Londres expulsa los coches definitivamente de sus calles

Londres invertirá 2.400 millones de euros para que el 80% de los trayectos se realicen a pie, bicicleta o en transporte público

El ayuntamiento de Londres se impuso una meta: ser la ciudad más ‘caminable’ del mundo. El objetivo, que tiene al 2041 como la fecha límite, es que el 80% de los traslados en la ciudad se realicen a pie, en bicicleta o transporte público. Del coche privado, no quieren ni oír hablar en el consistorio.

El programa Walking Action Plan, presentado por el alcalde Sadiq Khan, prevé una inversión de 2.400 millones de euros que se destinarán a reacondicionar calles y aceras, a mejorar la señalización y a optimizar la red de transporte público (cabe recordar que el servicio de metro tiene sus raíces en ferrocarriles bajo tierra del año 1863).

Diferentes opciones de movilidad sostenible

La iniciativa de Londres se suma a las estrategias de numerosos gobiernos municipales y estatales para promover alternativas de movilidad que reduzcan el consumo de combustibles fósiles.

Pero el impulso al automóvil eléctrico no eliminará las congestiones ni la contaminación sonora, por lo que las políticas pasan por concebir a la movilidad como servicio (MaaS), en donde el usuario pueda elegir entre caminar, usar bicicleta (común o eléctrica), transporte público o compartir vehículos híbridos para trasladarse.

En España, por ejemplo, las medidas de movilidad sostenible del Gobierno desterrará a 18 millones de coches diésel, mientras que Madrid, Barcelona y otras ciudades promueven el uso de bicicletas eléctricas de alquiler.

Londres reivindica al peatón

En el caso de Londres, el peatón será el nuevo parámetro a la hora de reparar calles y redefinir los parámetros de circulación. Actualmente los coches anteriores a 2006 tienen que pagar 10 libras (11,2 euros) por entrar en el centro de la capital británica, pero en carpeta hay otros proyectos como impulsar el “día sin vehículos” o limitar la velocidad en las cercanías de las escuelas a 32 kilómetros por hora.

Un punto urgente que debe solucionar la alcaldía es facilitar la movilidad de las personas discapacitadas: el 63% opina que las calles de Londres no están bien adaptadas para las sillas de ruedas y otros vehículos necesarios para sus desplazamientos.

Problemas de salud y ambientales

Este plan pretende resolver varios problemas. Uno es el ambientalista: los coches privados son uno de los mayores agentes contaminantes. Para combatir este problema, el ayuntamiento creó la Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ), que además de prohibir la entrada de vehículos contaminantes, implicará una inversión de 335 millones de euros en convertir la flota de autobuses metropolitanos en vehículos eléctricos o híbridos, y la prohibición de otorgar licencias a los taxis que sean diésel.

El sistema de salud británico ahorraría más de 2.000 millones de euros si los londinenses caminaran por lo menos 20 minutos por día

Todos a caminar por Londres

El otro es sanitario: las autoridades recomiendan a sus ciudadanos que caminen, por lo menos, 10 minutos al día. Si se pudiera hacer un esfuerzo adicional y tener una rutina de andar 20 minutos, el sistema de salud británico podría ahorrar casi 2.000 millones de euros anuales, al disminuir las partidas para accidentes, tratamiento de enfermedades coronarias o de depresión.

Actualmente menos del 34% de la población de la ciudad camina ese tiempo.

Beneficios para el comercio

También surgen beneficios colaterales: las calles que cuentan con más facilidades para peatones subieron sus valores un 7,5%. En tanto, las personas que tienen la costumbre de andar suelen gastar un 40% más en comercios del barrio que los que se movilizan en coches.

La urgencia de poner en marcha este plan responde al crecimiento demográfico de la ciudad: para el 2041 llegará a los 10,8 millones (desde los actuales 8,13 millones), que causará un incremento de cinco millones de traslados adicionales por día.

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