Brasil, a un paso de acabar con el oligopolio de los vuelos internos

El mercado de vuelos nacionales brasileños se presenta en este año de Mundial de Fútbol como un negocio interesante para muchas aerolíneas. Las autoridades del país latinoamericano plantean dar entrada a compañías extranjeras en rutas internas. El objetivo es evitar los precios abusivos de las dos únicas compañías: Tam y Gol.

Brasil se guarda un as en la manga. El Gobierno de Dilma Rousseff podría decretar en los próximos meses el fin del oligopolio de los vuelos internos en el país. El objetivo es evitar que las dos principales aerolíneas brasileñas –Gol y Tam–, que acaparan la práctica totalidad de rutas, impongan precios abusivos para aprovechar el turismo que generará el Mundial de Fútbol.
      

 
Brasil espera 600.000 turistas extranjeros durante el mes de competición, además de tres millones de desplazamientos de hinchas locales

 
Así lo ha explicado la actual jefe de Gabinete de la Presidencia, Gleisi Hoffmann, en una entrevista concedida a Folha de Sao Paulo, uno delos periódicos más importantes del país. «No hemos tomado una decisión todavía, pero, si existe un abuso, es una de las medidas que se están considerando», ha señalado.

Hoffman ha explicado que la presidenta Rousseff podría tomar esta decisión vía decreto, ya que la constitución brasileña permite hacerlo en circunstancias especiales.

El Gobierno ha notificado que existen grandes disparidades entre las tarifas aplicadas por las diferentes aerolíneas. Las compañías están subiendo sus precios para aprovechar el tirón comercial del Mundial de Fútbol. Brasil espera 600.000 turistas extranjeros durante el mes de competición –del 12 de junio al 13 de julio–.

Además de estos, hay que tener en cuenta el número de asistentes nacionales –algunas cifras apuntan a tres millones de personas que se desplazarán durante los días de partido para apoyar a la selección canarinha–.

«Hemos mantenido reuniones con propietarios de hoteles y aerolíneas. Queremos que todas las empresas tengan un retorno de su inversión durante los grandes acontecimientos que Brasil está organizando, pero los precios deben ser justos», ha insistido Hoffmann.

a.
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