Estos son los trucos de los aeropuertos para que gastes más dinero

Desde el diseño de las tiendas hasta la configuración de los pasillos y las pantallas de información: todo está pensado para que el pasajero consuma más

Los usuarios en un aeropuerto son un público cautivo: tienen tiempo libre, están aburridos o buscan alguna actividad para matar las horas, y no tienen ningún lugar dónde ir hasta que sea su turno de volar. Las gestoras de las terminales aéreas y los comercios lo saben muy bien. Por ello despliegan diversos trucos para incentivar el deseo de comprar, aunque sea de manera inconsciente.

De hecho los aeropuertos se consolidan como centros comerciales y de ocio, al punto que algunas terminales autorizan el pase de personas que no vuelan solo para pasear, comprar y disfrutar.

Un informe de la consultora en temas aeronáuticos Intervistas, que tiene unos cinco años de antigüedad, sigue más vigente que nunca, y arroja luz sobre por qué estar en un aeropuerto desata los deseos consumistas.

¿Por qué el duty-free está allí?

Muchos pasajeros suelen quejarse de que al salir de los controles de seguridad se debe atravesar la tienda con artículos libres de impuestos. Si uno tiene prisa por tomar el vuelo, se entiende el fastidio.

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Pero la razón no es solo atrapar al pasajero en un recinto lleno de artículos tentadores como chocolates, bebidas alcohólicas y perfumes, sino que aprovechan los primeros minutos de relax que tiene tras pasar por el control de seguridad y de documentos.

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El diseño de las tiendas libres de impuestos busca que el pasajero gaste más. Foto: Wikipedia.

La zona inmediata a estos filtros se conoce como “el área de recompostura”, dice ese informe, citado por The Telegraph, donde el cerebro se relaja tras el estrés de pasar por el detector de metales y que los funcionarios revisen el equipaje.

Caminando hacia la izquierda

La pasarela principal por la que se transita en los duty-free serpentea para que el viajero pueda abarcar la mayor cantidad posible de su superficie. Los locales que tienen este tipo de configuración logran un 60% más de ventas que los lineales, indica este reporte.

Y aunque casi nadie lo haya notado, el diseño de muchas estructuras se curva hacia la izquierda. ¿Pero por qué?

Como la gente al caminar suele mirar más hacia la derecha, la estructura de las tiendas libres de impuestos suelen girar suavemente hacia la izquierda

La mayoría de las personas son diestras, y al llevar su equipaje de mano con la derecha, caminan en una dirección contraria al sentido de las agujas del reloj para mejorar su balanceo al andar.

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La zona comercial se curva para que los viajeros tengan una mejor visión de los comercios. Foto: Chuttersnap – Unsplash.

Inconscientemente, de esta manera se mira más hacia la derecha que a la izquierda.

Por ello el diseño de estos comercios se curva en esa dirección, y en el campo visual derecho es donde se presentan más artículos y de manera más vistosa.

El tiempo es dinero

Cuanto más tiempo el pasajero pase por la zona comercial, más puede gastar. Pero una persona esperando 20 minutos para realizar el check-in, otros tanto en los filtros de seguridad, y una fracción más en el control de pasaportes es un tiempo valioso que, a ojos de los comercios, es desaprovechado.

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Por ello, además de potenciar la comodidad del pasajero, hay tantos esfuerzos tecnológicos para mejorar estos procesos, como los kioscos de check-in, el auto-depósito del equipaje, los controles biométricos de seguridad y documentación, etcétera.

El sistema de identificación biométrico permite agilizar rápidamente el embarque de los aviones.
Los sistemas biométricos permiten que el pasajero pase más tiempo en la zona comercial.

Relax por favor

Como decíamos, el relax acompaña al deseo de comprar. Volar es una fuente de estrés: las prisas, los nervios de muchos viajeros por subir a un avión, el pase por los filtros de seguridad, el temor a que haya algo incorrecto en el pasaporte, etcétera.

Además de la parafernalia de servicios para relajar la mente y el cuerpo (desde spa a duchas, y desde sillones de masajes a rincones para practicar yoga), el diseño de los aeropuertos busca que el pasajero rebaje su nivel de ansiedad.

Una persona relajada es más propensa a recorrer comercios y realizar compras que la que esté estresada

Por ello hay tanta madera, plantas y luz natural en su arquitectura. Por estas razones los grandes aeropuerto no realizan anuncios de vuelo por megafonía, y las zonas de espera tienen sillones cada vez más confortables.

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El aeropuerto de Singapur tiene una selva artificial para que los viajeros se relajen. Foto: Rita Chou – Unsplash.

Señales claras

Relacionado con esta idea de rebajar la tensión los aeropuertos indican dónde están las terminales en unidades de tiempo y no de distancia.

No solo es para hacer un favor a los viajeros de EEUU, sino “porque expresar en minutos es más claro que hacerlo en metros. Además así los pasajeros saben cuánto tiempo disponen para poder visitar los comercios”, indica Julian Lukaszewicz, uno de los responsables de la firma de diseño Designit, citado por The Telegraph.

Mucha luz (natural, por favor)

El diseño de los aeropuertos con tantos espacios abiertos y con grandes paneles para que entre la luz natural es aprovechado por los comercios porque saben que el consumidor es más propenso a entrar en un local iluminado por el sol antes que por lámparas.

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Por ello los locales de alquiler más elevado son los que se ubican cerca de las zonas más luminosas.

La entrada a los comercios son muy grandes, de manera que varias personas con carritos para equipaje puedan entrar sin chocar. Además su disposición es en diagonal respecto al caminante, para que tengan un mayor ángulo de visión cuando pasan a su lado, precisa el informe de Intervistas.

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La abundancia de luz natural relaja a los pasajeros.

El toque local

Un aeropuerto es lo que en arquitectura se conoce como un ‘no-lugar’, un espacio que repite patrones de diseño y que puede ubicarse en Kuala Lumpur, Bogotá, Ciudad del Cabo o Tel Aviv.

Los comercios no solo compiten contra las tiendas de las ciudades sino también con las ventas on line. Por ello en su decoración buscan romper la monotonía y apuestan por dar un toque localista, con detalles tradicionales, música autóctona, imágenes de la ciudad o el país. Todo sea con tal de atrapar el deseo de vender.

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