Seis curiosidades increíbles de la comida de avión

Hay muchos mitos en torno al servicio de comida en los aviones, pero también hay pequeños secretos y curiosidades que todos pasamos por alto

La aparición de los vuelos low cost ha provocado un aumento de viajes en avión. El año pasado el número pasajeros en avión aumentó un 10%. Este 2019, las previsiones siguen el mismo camino. El incremento general del transporte aéreo hace que muchos pasajeros descubran cómo es comer en un avión. 

La experiencia no es del todo buena y es que los alimentos en los aviones no nos saben igual que en tierra. ¿Quieres saber las razones? Este artículo te explica los motivos y seis cosas sobre la comida de los aviones que posiblemente desconozcas. 

No eres tú, es el ruido y la presión

El ruido en los aviones hace que la comida sepa diferente. No eres tú, ni los alimentos que sirven a bordo, lo cierto es que el ruido afecta más de lo que se piensa a la hora de comer.

Existen investigaciones que han demostrado que no importa el lugar donde se ingiera un plato ya que el sabor se ve afectado por los ruidos que hay de fondo.

[Para leer más: Cuál será el futuro del servicio de comidas en el avión]

Si a ello se le suma que en el avión la presión afecta nuestros sentidos no es de extrañar que la comida sepa diferente. Aunque la atrofia temporal del olfato sea el ruido también afecta al gusto.

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Variedad de platos en el menú de primera clase de Etihad. Foto: Etihad Airways.

Esto se debe a que el olor y el sabor están relacionados entre sí a consecuencia de la unión entre el gusto y el olfato. Otro aspecto importante es la presurización de las cabinas que reducen el nivel del oxígeno en la sangre e impide que la nariz huela bien.

Además, el trabajo continuo del aire acondicionado en el interior de los aviones provoca una mayor humedad en el ambiente que afecta directamente a la nariz y vías respiratorias y disminuye la recepción olfativa. 

La comida se prepara en tierra

Por norma general, ni los aviones ni los aeropuertos cuentan con instalaciones para cocinar y alimentar a todos los pasajeros ya que está prohibido tener cuchillos y fuego a bordo. Por eso, las aerolíneas suelen usar los servicios de empresas de catering que preparan los platos en tierra. 

Esto se hace por motivos de logística y seguridad. La preparación de la comida suele ser para recalentar ya que los alimentos deben llegar refrigerados a los aviones.

Cuando se recalienta la comida se pierde gran parte del sabor. Pero ni los aviones ni los aeropuertos tienen infraestructuras para cocinar los platos

Así, los platos están en óptimas condiciones de consumo para evitar enfermedades e infecciones.

El problema del abastecimiento de la comida preparada es que aunque pasen pocas horas desde su preparación los platos no saben tan bien, ya que se tienen que calentar de nuevo y pierden parte del sabor. 

La variedad no es uno de los puntos fuertes de la comida

Algunas compañías como Air Europa, Vueling, Iberia o TAM tienen menús premium, diseñados por chefs de la talla de Martín Berasategui.

Lo bueno de estos platos es que se pueden personalizar y tienen una amplia gama de combinaciones.

Sin embargo, esto no es lo más común ya que la variedad no es el punto fuerte de la comida de los aviones. Esto se debe a dos razones, el primer motivo es que la mayoría de los menús que se sirven a bordo son para clase turista. 

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La percepción de los sabores cambia en las alturas.

Los platos que se sirven en primera clase y viajes largos suelen ser más caros por lo que el servicio y, por tanto, la variedad es mayor.

Y la otra razón es la logística y los costes: lo normal es que las aerolíneas hagan recortes en la comida ofreciendo pocos menús con alimentos que le salgan más baratos. 

Algunos productos saben menos ácidos

La presión ejerce un cambio de sabor al probar determinados alimentos en un avión. Tanto es el efecto que tiene la compresión del aire en la cabina de los aviones que algunos productos saben menos ácidos.

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La mayoría de los platos corresponden a la clase económica. Foto: Free to use sounds-Unsplash.

Este es el caso del zumo de tomate cuyo sabor se transforma en un avión ya que parte de su acidez desaparece ante nuestros sentidos por efecto de la altura. De hecho, la química Andrea Buirdack-Freitag asegura que «el zumo de tomate sabe mejor en el aire», tal y como recoge el diario ABC

¿Comida fría o caliente? Depende de la aerolínea

Los aviones no cuentan con cocina, pero sí con hornos que es donde calientan o no la comida.

Por la comprensión del aire en la cabina algunos ingredientes pierden su acidez

Lo normal es que los platos se preparen en tierra y se guardan en bandejas refrigeradas para que lleguen a bordo con una temperatura en torno a los cinco grados. Después los alimentos se suelen calentar en un horno y se sirven directamente.

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Las empresas de catering elaboran los platos en grandes factorías industriales. Foto: Daymay-Pixabay.

Sin embargo, algunas compañías tienen la política de servir platos fríos entre los que se incluyen ciertos menús, aperitivos, postres y frutas. Esto depende de cada viaje, destino y billete.

Los pilotos no comen lo mismo que tú

La seguridad de los aviones es tal que una de las normas de alimentación entre muchas compañías es que el piloto y el copiloto deben comer platos diferentes. El motivo es evitar que los dos tengan una intoxicación y que al menos uno de ellos pueda seguir pilotando.

[Para leer más: O la amas o la odias: así es la comida en las distintas aerolíneas]

Los menús de los pilotos no sólo son diferentes entre sí, sino también al de resto de pasajeros.

En el caso de que padezcas alguna intolerancia alimenticia o tengas alergia a algún alimento es recomendable avisar previamente a la aerolínea para que te pueda preparar un menú especial. Eso sí, recuerda que no tienen mucha variedad.

 

Noticia original de Business Insider. Autor: Iván Cernadas

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