La ‘fórmula Norwegian’ para cruzar el Atlántico a bajo coste

La eficiencia de una flota muy joven, fruto de una inversión que provocó fuertes pérdidas en 2014, su principal carta para aspirar a la rentabilidad

En noviembre de 2013 Bjørn Kjos, fundador y consejero delegado de Norwegian, comunicó a las autoridades del aeropuerto de El Prat su intención de operar desde Barcelona rutas de largo radio. Más de tres años y medio después, las conexiones de la low-cost escandinava con cuatro destinos en Estados Unidos (EEUU) serán un hecho. Por el camino, muchas negociaciones y las dudas de si a una compañía extranjera con tarifas bajas le sería rentable apostar por vuelos tan largos y costosos.

¿Cuál es entonces la fórmula Norwegian? La firma con sede en Oslo empezó, precisamente en 2013, a fletar vuelos directos desde la capital noruega al otro lado del Atlántico. A este aeropuerto se unieron posteriormente Copenhague, Estocolmo, Londres, París y, finalmente, Barcelona.

En conversación con Cerodosbé, y preguntado sobre la rentabilidad de unas rutas con altísimos costes asociados, Kjos cita tres claves: “Rutas directas, aviones nuevos con bajos costes operacionales y una gran red de destinos como la que tenemos en Europa”, señala.

Sin duda, la juventud de la flota de la marca (los Dreamliner, sus aviones para el largo radio, tienen una edad media de 1,9 años) resulta un elemento decisivo. Tal y como se encargan en insistir desde la empresa, los datos apoyan la idea de que estas aeronaves destacan por su eficiencia. La ruta más frecuente de Norwegian (Oslo-Nueva York) transporta a 42 pasajeros por litro de combustible, el mejor ratio entre las compañías europeas con trayectos transatlánticos, según un estudio de The International Council of Clean Transportation (ICCT).

Los Dreamliner con los que la aerolínea vuela a EEUU tienen una edad media de 1,9 años, entre las más bajas de Europa

La enorme inversión realizada estos años —la flota actual es de 114 aviones (11 Dreamliner) y hay otros 223 pendientes de entregagolpeó duramente los resultados financieros de la compañía en 2014, con unas pérdidas de 120 millones de euros. Tras volver a beneficios en 2015, la aerolínea entiende que lo peor ya ha pasado. “Este es el principio de las operaciones de largo radio desde España. Esperamos que pronto vendrán más”, señalaba el miércoles pasado el directivo.

Aunque en los últimos meses casi todas las noticias en torno a Norwegian han tenido un cariz positivo, la explosión de tráfico en nuestro país (las rutas en España ya suponen el 21% del tráfico total de la aerolínea) coincidió con varias crisis laborales. Los pilotos españoles de la empresa denunciaron entonces irregularidades en sus contratos y acusaron a la compañía de tratar de romper una huelga de colegas en Escandinavia con sus servicios. La empresa rechazó las acusaciones. 

La explosión del tráfico de Norwegian en España estuvo acompañada de varias crisis laborales 

A la espera del debut de su largo radio en España, Norwegian presume de números en las rutas de este tipo que ya tiene activas al norte de los Pirineos. Aunque rechaza ofrecer datos desagregados, cifra en un 96% la ocupación media de sus vuelos transatlánticos durante el mes de agosto, frente al 90% de media del conjunto de sus vuelos. Del último trayecto estrenado, París – Nueva York, Kjos saca pecho: “100% de ocupación” en el segundo mes en activo (se estrenó en julio).

A favor juega la amplia demanda de viajes desde Barcelona a EEUU, especialmente hacia la costa oeste. San Francisco y Los Ángeles, los dos destinos californianos por los que ha apostado Norwegian, contaron con casi 145.000 pasajeros indirectos en 2015, de acuerdo a los datos del comité de rutas de El Prat. 
 

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