Alitalia entra en bucle por su futuro

El gobierno de Giuseppe Conte es partidario de que el Estado rescate a Alitalia, lo que alejaría a los inversores interesados

El futuro de Alitalia parece entrar en un bucle como en la película “Detenido en el tiempo”. La idea de que el Estado italiano rescate a la aerolínea y quede bajo su control sería como volver a la casilla de salida, lo que alejaría a los potenciales inversores interesados en comprar sus activos.

El gobierno encabezado por Giuseppe Conte, formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga Norte, quiere que Alitalia -controlada por una administración concursal desde mayo de 2017- siga siendo italiana, pero no precisa cómo piensa hacerlo.

Así lo ha defendido esta semana el ministro de Infraestructuras y Transportes Danilo Toninelli, y esta idea ya fue expresada por los dos partidos de la coalición en su programa de gobierno, cuando decían que a Alitalia había que rescatarla “en el marco de un plan de transporte estratégico nacional que no puede prescindir de la presencia de un elemento nacional competitivo”.

El gobierno quiere una Alitalia italiana

Toninelli insistió en que el 51 % del capital de la compañía aérea debe seguir siendo italiano, aunque no ha avanzado si esto se conseguiría con la entrada de un sujeto público o tal vez convenciendo a empresarios italianos de que la compren, algo que se percibe complicado dada la delicada situación económica de la compañía.

El gobierno de Giuseppe Conte propone que empresarios italianos inviertan en la aerolínea pero sin tener control sobre ella

El ministro proponía que un socio industrial invierta en la empresa para devolverle su competitividad, pero sin que tenga el control en la aerolínea, lo que no parece un plan muy atractivo para los posibles interesados.

«Si alguien puede comprar Alitalia, querrá tener el control. Lo que no van a hacer es meter dinero para salvarla y no opinar sobre su futuro y los recortes necesarios», afirmó a EFE el profesor de Economía de la Universidad de Bolonia Paolo Manasse.

Temor por el costo político

Alitalia está controlada desde mayo de 2017 por tres administradores concursales que han tratado de evitar su quiebra buscando a un potencial comprador del total o de una parte del negocio.

La alemana Lufthansa y la británica Easyjet mostraron su interés públicamente y, aunque poco se sabe de sus ofertas, parece obvio que un hipotético plan de rescate exigiría un saneamiento de las cuentas y recortes que afectarían a parte de los más de 12.000 empleados.

La pérdida de puestos de trabajo es lo que quiere evitar el actual gobierno con una estrategia que ya han intentado otros en el pasado: luchar por relanzar Alitalia, aunque «desde hace veinte años es un problema importante» para el país, señala por su parte el profesor de Economía de la Universidad de Estudios Padua, Giulio Cainelli.

«Hay que tener en cuenta al personal de Alitalia. Si una empresa extranjera la compra y se convierte en su propietaria hará lo que quiera con ella», añade.

El proteccionismo del nuevo gobierno

En mayo el proceso de venta entró en stand-by hasta fines de octubre, debido a la inestabilidad política que vivía el país.

La alternativa del rescate a manos del Estado “exigiría importantes costes a los contribuyentes”, sostiene Manasse, quien critica que el nuevo ejecutivo «mantiene una filosofía proteccionista y soberanista, hostil a la globalización y que rechaza que otras empresas internacionales puedan beneficiar al ciudadano italiano».

«El gobierno está repitiendo los errores del pasado. Ahora tenemos información recabada a lo largo de los años sobre la situación nefasta de Alitalia que deberían ser tenidos en cuenta», concluye.

a.
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