De sur a norte, más allá de calas y caminos de ronda, los 214 kilómetros de esta preciosa franja costera invitan a descubrir todo un abanico de exclusivas experiencias
Calles empedradas, casas blancas asomadas al mar, galerías de arte, buganvillas, playas y una gastronomía que condensa el Mediterráneo: bienvenido a Altea