Los fondos se lanzan a por los ‘hostels’ españoles

Son el futuro. Los fondos inversores ponen la lupa sobre los 'hostels' españoles por su mayor rentabilidad y la resistencia que ofrecen a la crisis. ¿Los precedentes? Generator, del fondo Patron Capital, o Toc Hostels, que fundó Ignacio Catalán, hijo del presidente de AC Hoteles.

Los fondos inversores y family offices están virando hacia el negocio de los ‘hostels’. Los inversores ‘cazan’ propiedades por su mayor rentabilidad y resistencia a la crisis: necesitan menos personal y sobreviven mejor en un entorno en el que el lujo y el bajo coste rinden mejor.

Fuentes del sector de la inversión patrimonial recuerdan que los albergues son una apuesta a futuro. «Los inversores están ahora interesados en este segmento, que es un modelo muy interesante. ¿Por qué? Porque ya no son para mochileros, son para todo el mundo: profesionales, familias o Millenials –jóvenes de 18 a 35 años-«, señalan.

En este sentido, otras fuentes apuntan a que ya hay precedentes en este sentido. Experiencias como Generator, que en 2007 cayó a las manos de Patron Capital, un fondo de inversión radicado en Londres. En España, Ignacio Catalán, hijo del presidente de AC Hoteles, estrenó en septiembre su propia cadena, Toc Hostels.

«Habrá más»

Aunque los fondos están ahora centrados en los activos de corte hotelero, la apuesta de los hostels es a futuro. «Es una cuestión de economía a escala. Cuando hay un cambio en el mercado, los grupos quieren diversificar sus portafolios. Además, en una situación de incertidumbre el bajo coste resiste mejor», explica otro profesional.

El quid de la cuestión son, precisamente, los costes. «Un inversor paga X por un hotel. Y pone a tres recepcionistas y a tres camareros. En un hostel, los recepcionistas salen casi gratis: son becados a quien alojas en tu establecimiento. Y no pones a camareros en el bar: el cliente se lo hace todo», abunda la misma fuente.

Flexibilidad

El nuevo modelo de hostels modernos, como The Hat, en Madrid, o Twentytú, en Barcelona, permiten jugar con los precios. «Tienes una habitación de dos camas que vendes a precio de un cuatro estrellas. Y una de ocho que vendes por 160 euros. Calcula. A los fondos les sale a cuenta», concluye uno de los directivos consultados.

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