La secretaria de Estado, perdida en el debate de la cúpula turística mundial

Isabel Borrego, secretaria de Estado de Turismo, con dificultades para comunicarse en inglés, divaga en una charla con representantes turísticos internacionales

Es el Davos de la industria turística. El World Travel and Tourism Council reunió este jueves a la cúpula del turismo internacional. Desde el consejero delegado de IATA hasta los directores de aeropuertos de las principales ciudades del mundo, la industria hizo propuestas y debatió el estado del turismo mundial.

Después de la intervención de Ana Botella, que esta vez no se atrevió con el inglés, la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, compartió escenario con el consejero delegado de aeropuertos de Dubai, Paul Griffiths, el presidente de la asociación de viajes, Roger Dow, y el director del aeropuerto de Toronto, Howard Eng.

El debate, titulado Focus on Cities: Reinvention, Differentiation and Inspiration (Foco en las ciudades: reinvención, diferenciación e inspiración), los participantes plantearon los principales conflictos que afronta la industria turística internacional: la sobresaturación de vuelos en Londres, Atlanta o Dubai, las últimas apuestas de ciudades como Las Vegas u Orlando por trascender al turismo tradicional y ofrecer valor agregado.

Aportes sesudos

En la mesa de debate, la secretaria de debate de turismo, llevó sus meditadas tesis. «Cualquier ciudad en España puede ser destino turístico», «es clave compatibilizar el turismo con la vida de los residentes» o «debemos trabajar las ciudades como grandes destinos turísticos», fueron algunos de los aportes de la secretaria de Estado de Turismo a la charla.

Después de su discurso, Borrego tuvo una participación excesivamente discreta. Los conferencistas debatían, alzaban la voz, se interrumpían como en una tertulia entretenida. Pero Borrego, aislada con sus cascos de traducción simultánea sí pudo destacar al final del debate cuando el moderador preguntó a cada uno de los participantes la ciudad favorita para ir de vacaciones fuera de su país.

Algunos optaron por París, otros por Hong-Kong, otros por Estambul. Entonces la secretaria de Estado lanzó sin titubear la respuesta. «La mía es Palma de Mallorca, mi ciudad natal, como no podía ser de otra manera». La sala guardó silencio pero algunos representantes del sector turístico español, siempre bondadosos, tal vez compadecidos, felicitaban a Borrego. «Muy bien lo de Palma de Mallorca, Isabel. Muy bien».

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