¿Turismo colonial?

Análisis del modelo de turismo que se desea para Barcelona y España

Las noticias que llegan de Londres de la celebración de la WTM parecen que son positivas. Por lo tanto, dentro de unas semanas cuando analicemos el conjunto de las transacciones desarrolladas, podremos conocer ya cuál será el resultado del año turístico 2014 en España. Eso es así desde hace muchos años respecto al mercado exterior. El termómetro de la City no falla nunca.
     

 
Lo que sucede en el WTM de Londres marca definitivamente el resultado turístico del año próximo

 
La mayor parte de las grandes operaciones vacacionales se concretan en noviembre en la WTM y se acaban de cerrar en Berlín en marzo. La importancia de la WTM de Londres es tal que se puede decir que lo que allí sucede marca definitivamente el resultado turístico del año próximo. 

Todo lo que a partir de entonces se opina no es fruto de profundos estudios de diferentes coordenadas, sino simple lectura de la realidad. Lo que ha cambiado en estos dos últimos años, concretamente desde el 2012-2013, es que la caída del consumo interno nos pone en la tesitura de avanzar con un modelo turístico consolidado como eje de la economía o, por el contrario, volver al modelo turístico colonial que imperó en los años 60 en nuestro país y que continua siendo el modelo existente en la mayor parte de los países del Mediterráneo tanto del sur como del norte.

Es muy diferente un país donde el equilibrio entre el turismo interior y el turismo extranjero está cercano al 50%, que es un país con un instrumento económico consolidado, o un país donde el turismo extranjero supone el 80% de sus clientes y al que yo llamo modelo turístico colonial. Pongamos el ejemplo de Barcelona, que tiene dos lecturas diferentes. La primera lectura, que es a la que yo defiendo, es que Barcelona tiene un magnifico equilibrio en el mix de sus clientes. Por una parte, un 48% de turismo interno (España UE) y un 52% de turismo extranjero. Si por el contrario, no aceptamos como turismo interior al conjunto de los países de la UE, el mix se destroza y volvemos al turismo colonial: 22% español, 78% extranjero. Pero, en el ejemplo de Barcelona, se superpone nuevamente el modelo dado que solo el 5,7% de sus turistas son catalanes, cuando este porcentaje siempre fue superior al 10%, y el 16,1% del resto de España con una presencia madrileña del 4,7%.

Este modelo que yo he apodado turismo colonial es el que durante muchos años dominó nuestro mercado turístico. A mediados de los 80, España pasó a tener un modelo consolidado de turismo donde el mix de los clientes se reparte entre el turismo extranjero y el turismo interior. La caída en picado de nuestro mercado interior nos lleva a estar rozando en la mayor parte de los destinos turísticos españoles el sistema desarrollista, basado en la presencia masiva de turistas extranjeros en época estival y la baja presencia de turismo interior.
     

 
Volvemos al modelo turístico colonial, que imperó en los años 60 en nuestro país

 
Las buenas noticias de Londres son por tanto buenas noticias pero mitigadas por la caída del mercado interior. Tengo un amigo que, con conocimiento de causa, afirma que el ministro Montoro de economía sabe poco. Parece que de turismo menos y no hace caso al ministro Soria, que sí sabe de economía y de turismo. La llamada recuperación no está teniendo efectos en la economía social y en concreto el sector turístico está padeciendo una continua sangría con la destrucción de puestos de trabajo. Esto demuestra que los efectos sociales de esa recuperación son inexistentes y, si a la economía española le falla el sector turístico, se pone en peligro el conjunto del desarrollo económico. 

Hace años en una reunión con empresarios, el President Pujol dijo textualmente: “He vivido muchas crisis en mi vida, de muchos sectores: el textil, el mecánico, el financiero, el minero, etc. De todas hemos salido hacia adelante, pero hay una sola crisis que España no se puede permitir: la crisis del turismo, porque si ésta se produce nuestra economía se hunde”. Continúa teniendo razón el President Pujol.

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