Túnez, el turismo como tractor

Túnez, la cuna de la Primavera Árabe, quiere recuperar su industria turística maltrecha por los efectos de dos años de sublevación y por el contexto de la crisis de la zona euro, que ha afectado a los ingresos de muchos europeos, sus mayores clientes.

El año pasado, cerca de 6 millones de visitantes llegaron al país, un aumento de 4,5 millones respecto al anterior. No obstante, es una cifra irrisoria comparado con lo que llegó a ser. Todavía está a un 60 % menos que en 2010.

Pese a ello, se trata de una gran recuperación. Este 2012 ha representado un aumento en los ingresos por turismo de más del 90%, mientras que el número total de las pernoctaciones y el de llegadas aumentaron en el orden del 39 al 45% en comparación con 2011.

Los ingresos por turismo es una parte crucial para la economía. El sector aporta el 7% del PIB, emplea el 15% y es una fuente vital de inversión extranjera y de reservas de divisas. El país magrebí es un exportador neto de hidrocarburos y la producción local de los fosfatos, que supone aproximadamente el 25% del PIB, se ha derrumbado a una cuarta parte de su capacidad en los dos años transcurridos desde la caída del régimen de Ben Ali.

El turismo es crucial y el gobierno intenta hacer todo lo posible para asegurar su recuperación. No obstante, la crisis económica en Europa ya afectaba al sector antes de la inestabilidad política de las revueltas. Las transferencias netas procedentes del turismo cayeron un 6,5 % en 2009 y un 4,3% en 2010.

Túnez se encuentra todavía en un estado de transición política. La introducción de una nueva constitución y las elecciones parlamentarias que se deben celebrar en otoño marcarán el comienzo de una nueva etapa y darán lugar a una nueva serie de desafíos políticos. Por tanto, la recuperación dependerá en gran medida de la rapidez con que el gobierno pueda volver a trabajar. Las predicciones de crecimiento para 2013 es del 3% con una recuperación que se espera en muchos sectores.

Casi el 80% de los turistas vienen por el sol y la playa. Las autoridades están tratando de cambiar esta tendencia. A pesar de la disminución de la demanda, muchos hoteles se han resistido a reducir sus precios debido al aumento del coste de vida. La inflación está subiendo, los salarios también suben y eso les impide bajar precios.

Con la creciente competencia de Marruecos, Turquía y Croacia, que también ofrece escapadas mediterráneas, el país necesita desarrollar nuevos productos, como los hoteles boutique y albergues que ofrecen experiencias personalizadas.

Túnez está perfilando un nuevo plan para transformar su industria turística y los ejes de la nueva estrategia incluye un apuesta por ser un destino de sol en invierno. Atraer a más amantes de la cultura, viajes de negocios y el turismo médico para alcanzar su objetivo de llegar a 10 millones de visitantes en 2016.

La combinación de la debilidad del crecimiento europeo y la transición política en Túnez continuará durante al menos varios meses, lo que significa que la plena recuperación del sector probablemente sea lenta. Las ganancias no se esperan que regresen a los niveles de 2010 hasta 2014.

La recuperación también está indisolublemente vinculada al destino político del país. Un escenario político más estable es probable que aliente un repunte continuo del turismo y sus beneficios económicos ayudarán a promover la estabilidad social.

La escalada de descontento social constituye un obstáculo. El gobierno espera que la situación sea un círculo virtuoso y no vicioso. Sin embargo, para dinamizar la economía y el turismo es necesario un clima política más estable.

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