Tú con Qatar, yo con Dubái

El patrocinio de camisetas, vallas publicitarias, el cambio de nombre del estadio de grandes equipos o la compra de clubs por grupos empresariales e inversores del Golfo empieza a ser habitual.

Emirates Airlines acaba de firmar un contrato de 120 millones de euros por cuatro años para convertirse en el principal patrocinador de la camiseta del Real Madrid. El acuerdo será uno de los patrocinios más grandes del fútbol mundial hasta la fecha.

Su rival en el Golfo, Qatar Airways firmó recientemente un acuerdo para convertirse en el primer patrocinador comercial del FC Barcelona, también por un valor aproximado de 30 millones de euros por temporada. El Equipo alemán Bayern Múnich recibe cerca de 30 millones de euros al año de Deutsche Telekom mientras que el acuerdo de Manchester United con la aseguradora Aon vale 23 millones cada año.

Los Emiratos también mantienen una serie de acuerdos con varios clubes deportivos de Europa como el Arsenal, cuyas camisetas y el estadio luce la marca de la aerolínea. Otros acuerdos de patrocinio son los del Paris St Germain con propiedad de Qatar y el Hamburger SV.

Así, cinco de los 10 mayores clubes de Europa lucen en su camiseta logos de línea aéreas de Oriente Medio.

Parece que la influencia del Golfo en el deporte internacional y especialmente en el fútbol va en aumento y se puede ver claramente año tras año, a pesar de que a algunos les escandaliza y a otros les trae fobia, sobre todo cuando iconos o símbolos importantes caen en manos de inversores del Golfo.

Los grupos del Golfo han hecho que Qatar organice la próxima Copa del Mundo en 2022. Está claro que la zona se ha convertido en una pieza clave en esta industria, pero esta tendencia no es nueva, si no que comenzó en Dubái en 1980. Pero es en esta última década que se ha triplicado la inversión en el deporte.

Y los clubes de fútbol son el objetivo. La capacidad de recuperación de las principales entidades de las presiones económicas se debe en parte a su atractivo global. Las marcas de los equipos tienen ahora un valor global y esto atrae a los patrocinadores de Oriente Medio.

No se trata de caprichos de unos petrodólares
. Estos patrocinios tienen como objetivo promover y transformar en marcas internacionales a los clubes, contribuyendo al crecimiento del turismo.

Lo esencial para el éxito, a parte del apoyo político, es aprovechar sus recursos y la promoción del deporte en esta región y en el mundo. Es seguramente el mensaje que se quiere lanzar desde el Golfo. La pregunta que surge es si los beneficios superan los riesgos.

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