¿Pagamos las vacaciones a la Duquesa de Alba?

Hace unos años se creó en nuestro país el IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), un magnífico instrumento para obtener dos beneficios. Por un lado, permite mejorar el bienestar de nuestros ciudadanos jubilados. Por el otro, también consigue amortizar económica y socialmente las grandes inversiones realizadas en el sector turístico ayudando a su desestacionalización. Una de las paradojas de la industria turística es que algunas de sus inversiones más importantes y costosas tienen un uso anual de un máximo de 190 días, lo cual quiere decir que los otros 175 días del año están cerrados a cal y canto, y por tanto se transforman en bienes de manos muertas.

El IMSERSO ha desarrollado estas tareas de desestacionalizar y ofrecer buenos destinos turísticos a los jubilados desde hace más de 30 años. A mi entender, el resultado ha sido excelente porque ha ofrecido un buen producto.      

 
El punto de inflexión es cuando se ofrecen productos turísticos subvencionados que se comprarían igual 

¿Cuándo se produce la inflexión? ¿Cuándo un buen producto se transforma en una chapuza? Cuando se amplía la oferta a productos turísticos cuyos usuarios los utilizarían igual y pagando el precio demandado por el mercado en temporada baja a precios subsidiados con dinero público. Todo ello, por el afán de ampliar estos servicios por parte del Estado (clientelismo electoral) y la necesidad de sustituir la acción comercial dada la caída de la demanda del mercado por la tutela subvencionada (empresas subsidiadas).

Un ejemplo vale más que mil palabras. Tres parejas de amigos míos tomaron por costumbre una vez jubilados dedicar el otoño a jugar al golf por diferentes lugares de España. No tenían problemas económicos y por lo tanto iban buscando buenas ofertas en buenos resorts cercanos a campos de golf. Desde hace 4 años son mucho más felices. En su presupuesto han rebajado considerablemente sus gastos dado que ahora se apuntan al IMSERSO y por lo tanto se ahorran en algunos casos hasta el 90% del precio del resort. Viajan en su coche y pagan sus fees para jugar en los campos. ¿Es el objeto social del IMSERSO? Pues yo creo que no, aunque la mayoría de ellos defendieron lo contrario en base a que todos habíamos cotizado.

Un ejemplo lo tenemos en el termalismo, donde en los últimos 15 años hemos pasado de 50.000 plazas ofertadas por el IMSERSO a 200.000 plazas. La cantidad presupuestada por el erario público a la subvención de este producto turístico ha pasado de 7 millones de euros a más de 33 millones de euros.
     

No se debe subvencionar las vacaciones a aquellos que no lo necesitan

Creo que promocionar el turismo de la tercera edad y colaborar en la desestacionalización de nuestra ocupación turística continúan siendo unos buenos objetivos tanto económicos como sociales. No obstante debe existir una línea roja que no se debe traspasar y es la de subvencionar las vacaciones a aquellos que no lo necesitan y generar gasto público improductivo porque esas reservas se realizarían al mismo precio con ofertas de temporada baja y debidamente comercializadas.

Estudiar cuál es el break even point del IMSERSO es una obligación del Estado (Gobierno central, autonomías, entes locales). Yo no quiero subvencionarle las vacaciones a la Duquesa de Alba.

a.
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