¿El turismo va bien?

Cada día los tópicos se acumulan y a través de tertulias y artículos indocumentados se crean “verdades” al estilo del más puro papanatismo. Durante muchos años, el turismo ha sido en España un motor de nuestra economía, e incluso en años de crisis (por ejemplo, 2009) su comportamiento como sector económico fue excelente a pesar de que tuvimos una pérdida de casi cinco millones de turistas extranjeros respecto al 2008. Entre otras cosas (también puestos de trabajo) los turistas extranjeros generaron ese año unos ingresos sólo inferiores en un 0,2% a los de 2008.

Ese magnífico comportamiento de la industria tenía dos componentes: el turismo exterior y el turismo interior. Los países con importante desarrollo económico (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Canadá, Australia, Italia) tienen esos dos componentes equilibrados y con un peso específico mayor del componente del turismo interior. 

 
Sobre las pérdidas de 2012, se calcula que el año acabará con caídas del 10%

Cuando, en muchas ocasiones, se habla del peligro que supone para España la aparición en el ámbito Mediterráneo de destinos turísticos emergentes hay que tener en cuenta el factor del turismo interior, porque muchos de ellos, aún teniendo crecimientos importantes de su turismo exterior, no desarrollan el turismo interior y, por tanto, su aportación al conjunto de la economía del país es más relevante desde el punto de vista de la balanza comercial. No tanto, sin embargo, desde el punto de vista de la creación de riqueza económica (PIB) o de riqueza social (puestos de trabajo).

La situación en España se mantuvo equilibrada hasta 2011, año en que tuvimos 57 millones de turistas exteriores y 165 millones de viajes de españoles. La crisis de verdad llegó en 2012. El año resultó un verdadero desastre, aunque ayudó a mejorar nuestra balanza comercial. ¿Por qué? Porque perdimos más de 40 millones de viajes de españoles y por lo tanto el magnifico comportamiento del turismo exterior sólo palió una parte mínima (10%) de la perdida de pernoctaciones de nuestro turismo interior.

En julio, un importante diario publicaba un artículo a toda página con el siguiente titular: “¿Cómo es posible que el turismo crezca y no genere puestos de trabajo?”. La respuesta era sencilla: porque no crecía, sino que sólo crecía el turismo exterior. La caída del turismo interior continuaba siendo muy importante. Sobre las pérdidas acumuladas en 2012, se calcula previsionalmente que en los seis primeros meses de 2013 estamos perdiendo un 7%, y personalmente considero que en el último cuatrimestre alcanzaremos unas pérdidas totales anuales del 10%.

Este año, el turismo exterior ha aumentado de forma substancial y a pesar de numerosos comentarios periodísticos, el gasto de los extranjeros en nuestro país está dando también datos positivos.

 
Los extranjeros de ninguna manera moderarán la caída en picado

La caída de la demanda interior nos lleva a un panorama en el que difícilmente podemos aceptar que 2013 será un buen año turístico, porque el aumento de extranjeros y el aumento del gasto de los extranjeros de ninguna manera va a moderar la caída en picado de estos dos últimos años en el consumo de los españoles en todas las modalidades: sol y playa, turismo de negocios, turismo, cultural, agroturismo… Y esa recuperación, que es esencial para el mantenimiento de nuestra infraestructura turística, sólo se producirá cuando exista un aumento substancial de la demanda interna y, en definitiva, una mejora de nuestro consumo.

Si los cambios de paradigma serán esenciales en nuestro futuro económico, esperemos que comprar minutos, horas, días o semanas (se acabaron los meses) de felicidad no desaparezca de nuestros usos y costumbres. Por la respuesta de los turistas extranjeros, sobre todo de nuestros vecinos europeos, se puede deducir que, por ahora, ellos no han renunciado.

a.
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