Por fin Colau remodelará Las Ramblas

El ayuntamiento convoca a un concurso para recuperar la calle más famosa de Barcelona, que es transitada por 100 millones de personas al año

En Las Ramblas viven mil vecinos, pero es transitada por 100 millones de personas por año. Este volumen equivale a un flujo de 300.000 personas que cada día suben y bajan este paseo de 1,5 kilómetros, de la gran mayoría son turistas.

El vecino de la ciudad huye de Las Ramblas, sobre todo los fines de semana, para evitar las aglomeraciones de visitantes y la nube de promotores de espectáculos y restaurantes, además de vendedores ambulantes, que cortan el paso. Por ello, la idea del consistorio es emprender una profunda reforma que lleve a que los barceloneses “vuelvan a ramblear”, como define Janet Sanz, teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad.

El ayuntamiento ha convocado a un concurso internacional para dar nueva vida a la calle más famosa de Barcelona. Si se cumplen los tiempos programados, el concurso debería estar definido en otoño del año que viene, y los trabajos comenzarían a principios de 2019.

El ayuntamiento tiene previsto gastar 892.000 euros en esta renovación, aunque el presupuesto final dependerá del proyecto ganador. Uno de los requisitos de los postulantes es que sea un equipo multidisciplinar, que esté formado por profesionales del turismo, la arquitectura, la sociología o la economía, entre otras ramas.

El equipo ganador deberá tener cuatro planes para poner en marcha en su proyecto: cómo gestionar espacios de gran afluencia, de qué forma lograr que Las Ramblas sirvan para la dinamización comunitaria, saber cómo se gestionarán los equipamientos y presentar un anteproyecto de urbanización.

La concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, descartó que se peatonalice el paseo, aunque sí consideró que el proyecto ganador debería “pacificar” el tránsito del paseo. “No iremos a una Rambla sin coches”, dijo.

Las autoridades del ayuntamiento saben que plantear unas Ramblas totalmente peatonal implicaría un caos en el tránsito: la Ciutat Vella sólo cuenta con la Vía Layetana como un canal de tránsito vial directo entre el centro y el mar.

Ya el ayuntamiento ha emprendido algunas acciones para mitigar el impacto turístico en este paseo, como la limitación de las visitas de grupos al mercado de la Boquería.

En este paseo, donde ya se han eliminado las pajarerías y la venta de pequeños animales domésticos, cabe ver cuál será el futuro de los kioscos de venta de helados, turrones y recuerdos que los han reemplazado. Gala Pin recordó que el Plan Especial de Urbanismo fijó que estos puestos a partir del 2030 deberían reducir su tamaño y ubicarse entre los árboles.

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