Hace 60 años The Beatles tocaron en The Cavern. Y el mundo cambió

El 9 de febrero de 1961 cuatro jóvenes con poca experiencia y muchas ambiciones tocaron por 5 libras en el club The Cavern de Liverpool. Eran The Beatles.

The Beatles en febrero de 1961. Foto Michael Ochs Archives - Getty Images

The Beatles en febrero de 1961. Foto Michael Ochs Archives – Getty Images

Fue un 9 de febrero de 1961, cuando cuatro muchachos recién salidos de la adolescencia tocaron en un club subterráneo, al mediodía, y por solo cinco libras. Se llamaban The Beatles, y ese reducto sin ventilación ni luz natural, bautizado apropiadamente The Cavern, se convirtió en uno de los lugares de peregrinación favoritos del rock & roll.

El club de jazz que fue un templo del rock

The Cavern se encontraba en el 10 de Mathew Street, en el centro de Liverpool. Su dueño Alan Synter lo había abierto cuatro años antes para presentar agrupaciones de jazz, donde el público bailaba mientras la banda tocaba.

La primera presentación fue al mediodía. Para poder tocar Paul McCartney tuvo que renunciar a su trabajo en una fábrica de cables

Entre los derivados del jazz estaba el skiffle, originario de las comunidades rurales de EEUU. John Lennon y Paul McCartney lo tocaban con The Quarrymen, la semilla de los futuros Beatles, y con ese grupo pisaron las tablas de The Cavern en 1957.

De Hamburgo a Liverpool

Pero cuando volvieron en 1961, las cosas habían cambiado. En esos años habían tomado el nombre The Beatles, incorporaron a un adolescente George Harrison (tan tímido como persona como talentoso con la guitarra), sumaron a Stuart Sutcliffe en el bajo y siguieron con Peter Best en la batería.

The Beatles sudando en un escenario minúsculo. Foto The Cavern

El quinteto había pasado tres meses en Hamburgo tocando 12 horas por día en clubes de mala muerte y durmiendo en depósitos o partes traseras de cine. Soportaban este frenético ritmo a base de alcohol y pastillas.

Pero desarrollaron un sentido de la armonía y una coordinación musical que superaban a otros grupos que se presentaban en los inicios de los ’60 en Liverpool, como Gerry & The Pacemakers, The Big Three o Rory Storm and The Hurricanes; donde tocaba, ya veremos, Ringo Starr.

La primera presentación

Cuando subieron a The Cavern los cuatro Beatles se presentaron con chaquetas de cuero y tejanos, algo que en ese club estaba mal visto.

De hecho, como Harrison era menor de edad y vestía esa indumentaria el personal de seguridad casi no lo deja pasar.

Ese 9 de febrero tocaron al mediodía, y quienes lo vieron creía que eran músicos alemanes porque en la escasa difusión se los promocionaba como ‘recién llegados desde Hamburgo’.

El nuevo club The Cavern

The Cavern les pagó cinco libras por el show, pero todos quedaron encantados. No solo por la calidad de las interpretaciones del proto rock and roll sin también por la versatilidad para pasar de tempos rápidos a la balada, de oscilar entre temas de Elvis a canciones de voces femeninas.

Quienes lo vieron en The Cavern creían que The Beatles músicos alemanes porque en la escasa difusión se los promocionaba como ‘recién llegados desde Hamburgo’

Además Paul y John se la pasaban haciendo bromas, con una actuación más relajada y divertida que los otros grupos.

Y en el seno de The Beatles sentían que podían ser mejores de lo que creían. Incluso esa actuación les obligó a cruzar algún Rubicón, como la renuncia de McCartney a su trabajo en una fábrica de cables.

Llega Epstein. Y se hacen profesionales

Meses más tarde, el 9 de noviembre, un vendedor de electrodomésticos llamado Brian Epstein, se acercó a The Cavern a ver a ese grupo que hacía meses que crecía en popularidad.

Se convirtió en su manager, les consiguió el primer contrato profesional de grabación con EMI, les obligó a cambiar las chaquetas y los tejanos por trajes y corbatas, y forzó la despedida de Peter Best.

Entre el 9 de febrero del 61 y el 3 de agosto de 1963 The Beatles tocaron 292 veces en The Cavern

El baterista era guapo y los contactos de su madre les había abierto las puertas de The Cavern, pero no tenía el control del tempo necesario para iniciar una carrera profesional. Ringo Starr sí lo tenía.

Entre ese 9 de febrero del 61 y el 3 de agosto de 1963 The Beatles tocaron 292 veces en The Cavern. El antro, que tenía una capacidad para 200 personas, ya recibía a 500 espectadores hacinados que, entre el sudor y el humo del tabaco, creaban una atmósfera irrespirable.

Paul McCartney en The Cavern, en 1999 . Foto Phil Noble-EFE
Paul McCartney en The Cavern, en 1999 . Foto Phil Noble-EFE

Ese último día cobraron 300 libras, pero la fama era demasiado grande para el estrecho club: hacía un mes habían publicado su primer disco Please Please Me y la beatlemanía daba sus primeros pasos.

Quiebre, demolición y resurrección

The Cavern quebró tres años más tarde, en 1966, aunque luego fue reabierto con otros dueños. Fue demolido en 1973 por unas obras ferroviarias, pero como nunca se terminaron, en 1984 se reconstruyó con el mismo diseño y, dice la leyenda, con varios ladrillos originales.

El nuevo Cavern Club es una de las mecas del circuito Beatle en Liverpool, que acoge periódicamente a imitadores de los Fabulosos Cuatro.

McCartney regresó en dos oportunidades al diminuto escenario: en 1999 y en julio de 2018. En su puerta, una estatua de John Lennon recuerda a ese joven guitarrista que, con sus compañeros de The Beatles, tocaron un mediodía de un frío 9 de febrero de 1961 para iniciar uno de los mitos de la música.

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