Los Veranos de la Villa se quedan en Madrid

El Centro Conde Duque se convierte en el epicentro de Los Veranos de la Villa, un festival que, este año, mira más que nunca a Madrid y a los madrileños. Estas son las claves para no perderse nada de su oferta

¿Cómo se reconstruye, en pocas semanas, un festival que llega a recibir hasta medio millón de visitantes y se extiende por toda una ciudad? ¿Cómo se recompone una programación que, entre otras cosas, tiene previsto contar como país invitado a una lejana nación asiática? La respuesta está a la vuelta de la esquina. Del 29 de julio al 30 de agosto, el Centro Cultural Conde Duque será el epicentro de la 36ª edición de los Veranos de la Villa que, con una oferta adaptada a las actuales circunstancias, mira más que nunca a Madrid y a los madrileños.

 

Serán 22 propuestas que aúnan música, teatro, danza, circo, zarzuela, cine, poesía, astronomía y gastronomía. Un amplio abanico de citas que conectan el patrimonio cultural de la ciudad de Madrid, desde el Siglo de Oro hasta las nuevas sonoridades electrónicas, con sus creadores. Así es cómo Ángel Murcia, director del festival, ha recompuesto un evento sobre cuya realización nunca tuvo duda, aunque, “naturalmente, no es la que teníamos previsto hacer, pero que es la que hay que hacer”, afirma. “Es un proyecto volcado en las compañías españolas y en la relación que los artistas tienen con la ciudad, y con una amplia variedad de géneros y estilos para que el público pueda escoger”.

La crisis del Covid-19 ha obligado al festival a renunciar a la multiplicidad de espacios y confinarse en el recinto del Conde Duque, que albergará todos los espectáculos que se ofrecerán en aforo reducido, de 500 a 700 personas, y siguiendo los protocolos de  seguridad. Habrá también cinco espectáculos que Telemadrid retransmitirá en diferido.

Inauguración en danza

La Compañía Nacional de Danza será la encargada de inaugurar estos Veranos de la Villa 2020 con un programa especialmente dedicado a los profesionales de la sanidad, en una velada que permitirá ver de nuevo sobre un escenario a su director, Joaquín de Luz, que volverá a calzarse las zapatillas en una pieza de Jerome Robbins que llevó en repertorio durante sus años como primer bailarín del New York City Ballet.

Además de éste, habrá otros cinco espectáculos de danza. María Pagés, acompañada por seis bailaores y bailaoras y siete músicos, recorrerá parte de su historia creativa en el montaje Siete golpes y un camino, en tanto que la compañía Nueveochenta Aerial Dance reflexionará sobre las leyes de la física y su influencia en las relaciones humanas en Solo, con ella y contra ella.

Danni Panullo presenta en ATLAS maps of moves una sorprendente coreografía, cercana a la acrobacia, con elementos del work out free-style, el parkour, el b-boying y la lucha greco-romana, mientras que Aracaladanza pondrá la nota de fantasía con su espectáculo al aire libre Summertime.

Cóctel Musical

Con media docena de propuestas, la música será otra de las grandes protagonistas de la cita, que en su jornada de clausura contará con la magistral voz de Carmen Linares, que en una intensa noche flamenca dedicada a Madrid, repasará 40 años de trayectoria con su Antología de Mujer.

Además de la cantaora, también estarán Lina y Raül Refree con un programa de fado experimental inspirado por Amália Rodrigues, y Juan Valderrama, que reivindicará la voz femenina en la poesía con sus Mujeres de carne y verso.

Baiuca y Le Parody tenderán puentes entre la electrónica y la música de raíz en Entre antes de ayer y pasado mañana, y la playlist estival tendrá como protagonistas a Cariño y Confeti de Odio.

Como siempre, Algo inesperado propone un encuentro sorpresa con un artista del que sólo se puede anticipar que tiene nombre de mujer, mientras que los más pequeños podrán disfrutar del concierto de Petit Pop.

Escena castiza

La zarzuela, el más castizo de los géneros y una referencia imprescindible en este festival, tendrá doble convocatoria. Reconvertida en un hit del siglo XXI llega La corte de Faraón, en la exitosa versión del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, protagonizada por Belinda Washington, mientras que en El estudiante y la zarzuela, el barítono Manuel Lanza y la soprano Ruth Terán desmontarán los tópicos del género.

En una contemporánea puesta en escena de La Radical Teatro, dirigida por Aitana Galán, la popular obra satírica El diablo cojuelo, de Luis Vélez de Guevara, se presenta como una suerte de road movie en los paisajes de la España del XVII.

Por su parte, la gran tradición circense madrileña estará representada por las compañías Circo Deriva y Patfield & Triguero y Puntocero Company, en tanto que el público infantil tendrá su propio Festival Diminuto.

Otros lenguajes

La amplia variedad de propuestas se abre también a otros lenguajes, dentro de los cuales se incluye también una cita con el voguing y la cultura ballroom o un singular enfrentamiento entre astronomía y poesía en lo alto del Torreón del Conde Duque. Tampoco podía faltar el cine de verano y, en el 25 aniversario de su estreno, volverá a proyectarse la icónica película de Montxo Armendariz Historias del Kronen. Precisamente, una de las frases más celebres de su protagonista, “El mañana no existe, Roberto. No lo olvides” dará título al trabajo que presenta la fotógrafa Laura Ortega, enmarcado en el programa de actividades paralelas Atravesando el patio, que incluye también otras propuestas de fotografía digital y el proyecto gastronómico Comerse el verano, en el que reconocidos chefs crearán un plato dedicado a cada cita del festival. El menú, ya se sabe, es para todos los gustos.