Charlie Watts: siete canciones para recordar al corazón de los Rolling Stones

Con su batería minimalista, este amante del jazz marcaba los tiempos de la banda de rock más legendaria de las últimas décadas. Lo recordamos con estas canciones

Watts murió a los 80 años. Los Stones pierden su corazón. Foto Ennio Leanza EFE

¿Qué pasará con los Rolling Stones si no está Charlie Watts? El grupo sobrevivió a toda clase de infortunios, ¿pero puede seguir adelante sin su corazón? 

Como el órgano vital del cuerpo, los ritmos acompasados de la batería de Watts marcaban el tempo a Keith Richards y Ron Wood mientras Mick Jagger iba por libre. Era quien bombeaba la sangre musical para ser ejecutada por la voz y cerebro de la banda, con los dos guitarristas como nervios motores (además de su ejército de músicos de sesión en el bajo, teclados, percusión y los ‘vientos’).

Watts estaba en The Rolling Stones desde 1963. Foto Editorial Taschen

Watts, el hermano mayor de los Stones

Watts siempre pareció el hermano mayor de los Stones. De hecho era una rara avis en la banda, siempre de elegante traje y corbata mientras sus compañeros presumían de un estilismo estridente (y en ocasiones, hortera).

Watts siempre pareció el hermano mayor de los Stones, siempre de elegante traje y corbata

Era un hombre del jazz que en la banda de rock más grande del mundo tenía una de las baterías más austeras que se hayan visto. No necesitaba nada más para volcar su talento.

A pesar de su talante tranquilo el batería también transitó el camino del exceso en los ’80, entre la bebida, las anfetaminas y la heroína.

Watts, siempre elegante frente al estilismo rebelde de los otros Stones. Foto Andy Rain | EFE

El carácter de Charlie Watts

Pero por el amor a su familia salió adelante, y siguió con su perfil bajo y un carácter apacible para el público pero capaz de reaccionar a la mínima afrenta.

Cuenta Keith Richards en su autobiografía Life que durante una madrugada de 1984 en Amsterdam, un Mick Jagger pasado de copas armó jaleo preguntando por «su
baterista».

Según su relato, Watts tuvo la paciencia de ducharse y vestirse con su estilo de dandi para después enfrentarse al cantante, pegarle un puñetazo y responderle algo así como: «Yo no soy tu baterista; tú eres mi cantante»; describe Javier Herrero de Efe.

Watts se despidió de este mundo a los 80 años. Y lo recordamos estas canciones.

Charlie Watts en Berlín, en 2018. Foto Hayoung Jeon | EFE

I Cant’ Get No (Satisfaction)

Todo el mundo reconoce el riff de Richards de esta canción, pero estos acordes quedarían en el aire, sin rumbo fijo, de no ser por el ritmo constante de Charlie Watts.

Uno de los momentos más esperados de los conciertos eran esos tres segundos de pausa en la batería, cuando Jagger dice “hey hey hey (…) that’s what I said”; en que el hombre del bombo y los platillos vuelve a llevar a la melodía a su cauce.

Gimme Shelter

La batería de Watts conduce la canción como un barco en la tormenta, donde las guitarras amenazan con tormenta.

Sus compases esquivan los aullidos de la cantante Merry Clayton, el sonido rasposo de güiro, y llevan el tema a buen puerto con su estrépito de platillos.

Paint it Black

Brian Jones volcó toda su creatividad en Paint it Black, entre el sitar que recuerda su fascinación por la India y el hipnótico sonido del Hammond B3.

Y Watts construyó el puente para que estos sonidos puedan cruzar de oriente a occidente, una estructura firme, austera, con algún cambio de tiempo, pero necesaria para que no se salga de la carretera.

La batería constante de Watts en Paint it Black construye el puente para encarrilar la creatividad de Brian Jones en este despliegue de sonidos orientales

Street Fighting Man

Es una canción de protesta cuando Vietnam estaba en llamas, pero también es un tema del rock & roll más clásico.

La guitarra abre las puertas pero la batería de Watts, con sus golpes rítmicos al tambor, llevan de la mano al oyente y no lo sueltan hasta el final.

La leyenda dice que Richards y Watts grabaron la primera versión en un casete, con el segundo tocando una batería de juguete.

Para recuperar aquel sonido fueron sumando capa tras capa de percusión hasta dar con el espíritu original.

19th Nervous Breakdown

Watts nunca dejó de amar el jazz. Y su pasión se percibe en este tema de 1966, con sus timbales redoblantes y el platillo que marca el tiempo con una precisión de cronómetro.

Richards lleva la guitarra en un ritmo continuo, mientras Brian Jones aporta la cuota de libertad creativa. Pero todos -como siempre- controlados por la batería de Watts.

Let’s Spend the Night Together

Jagger y Richards estaban encantados de provocar a la sociedad conservadora de Reino Unido en 1967, y firmaron esta canción pensada para levantar polémica.

Allí Watts demuestra su versatilidad pasando de tiempos más fuertes en el coro antes de dar paso a la transición con un redoble de caja, y luego a un ritmo más suave en los versos.

Honky Tonk Women

Si hubiera sido por él, Watts habría preferido evitar ser el centro de atención en el inicio de esta canción de 1969.

El cencerro que toca el productor Jimmy Miller le da paso, en una introducción accidentada pero eficaz que nunca pudo ser replicada en vivo. Sin embargo, Watts encarrila la situación y mantiene el control hasta el final.

a.
Ahora en portada