Un futuro lleno de lectores

El Forum Edita celebra su quinta edición en un clima que, por paradójico que parezca, invita al optimismo. El futuro del libro está asegurado, aunque tal vez sea más digital de lo que algunos quisieran

Jesús Badenes y Núria Cabutí en Forum Edita.

Los estadounidenses están leyendo tanto que las editoriales temen no poder cubrir la demanda. No saben si podrán imprimir la enorme cantidad de libros que la gente está reclamando y, literalmente, temen que los almacenes se queden vacíos antes de lo previsto. Y no, esto no es el argumento de una novela de corte utópico. Es la realidad. Lo explicó Núria Cabutí, directora general de Penguin Random House Grupo Editorial, durante su intervención en el V Encuentro Anual del Libro y la Edición, más conocido como Forum Edita, que cada año organiza el Máster de Edición de la UPF-BSM de Barcelona.

En esta ocasión, muchas intervenciones se realizaron por videoconferencia, pero también hubo algunas presenciales. De hecho, la bienvenida al acto estuvo a cargo de algunos representantes del mundo de la cultura, siendo especialmente destacable la intervención de Mariàngela Vilallonga, que empezó su discurso siendo consellera de Cultura y lo terminó sin el cargo. Mientras ella hablaba en la tribuna de oradores, el President de la Generalitat la destituía y, bueno, ahora nadie sabe si las promesas que hizo servirán para algo.

Forum Edita

Durante el resto del día se proporcionaron muchas ideas y se aportaron no pocos datos sobre el tema de las jornadas, ‘El sector a debate. Balance y perspectivas después de la pandemia’, pero no cabe duda de que la intervención de Cabutí fue la más refrescante.

Dijo que, durante nuestro confinamiento, las ventas de libros en Estados Unidos habían caído un 13,70% pero que, a día de hoy, el aumento era del 15,90%. Es un incremento espectacular, el mayor en los últimos quince años.

Núria Cabutí en un momento de su intervención en la quinta edición del Forum Edita.

En España no ha ocurrido lo mismo, pero las estadísticas también apuntan hacia el optimismo. Durante el confinamiento, las ventas cayeron un 57,60% pero, justo antes del verano, las cifras marcaban una recuperación que dejaba la pérdida en tan solo un 3,02%.

Durante el confinamiento, la lectura se convirtió en una opción real para el entretenimiento de unos jóvenes que, antes de la COVID-19, no abrían un libro ni por asomo

Perspectivas optimistas

Según Cabutí, después de agosto, las cifras ya son positivas y todo apunta a que el mundo del libro se recupera a buen ritmo.  Ahora bien, hay una pregunta que urge responder: ¿por qué en Estados Unidos han mejorado las ventas de ese modo tan espectacular y aquí apenas estamos remontando el vuelo?

La respuesta, sencilla: ellos tienen un sistema de e-commerce y de e-book más desarrollado que el nuestro. Y, claro, tras cinco meses de pandemia, Penguin Random House y el Grupo Planeta han decidido ponerse las pilas en ese terreno.

Con todo, los datos siguen apuntando a la prevalencia de los lectores por las librerías independientes. Según explicó Jesús Badenes, director general de la División Editorial de Librerías del Grupo Planeta, antes del confinamiento, las ventas de libros se repartían de esta manera: 80% en librerías, 15% en ebook y 5% en e-commerce.

Después, las cifras son 70-7-23. Obviamente, la venta de libros vía online ha subido exponencialmente. Y, sin embargo, cuando las tiendas físicas pudieron abrir de nuevo, y sobre todo durante los meses de mayo y junio, la recuperación de las ventas ha sido sorprendente. Sobre todo, en librerías de barrio, puesto que los centros de las ciudades siguen siendo un auténtico desierto.

Confinamiento y cultura

Por otra parte, tanto Cabutí como Badenes coincidieron en que el confinamiento ha hecho que el consumo de cultura se dispare. Más literatura, más música y más cine y series. Especialmente destacable ha sido el aumento de lectores en la franja entre los 15 y los 35 años, lo cual es un dato francamente positivo, pues implica que en 2020 se han creado más lectores que nunca y que el coronavirus ha fomentado el consumo de cultura.

De hecho, como dijeron los dos, durante estos meses la lectura se ha convertido en una opción real para el entretenimiento de unos jóvenes que, antes de la COVID-19, no abrían un libro ni por asomo. E incluso es posible que, dentro de unos años, cuando esos chavales sean adultos, los datos de lectura en España sean mayores que los que tenemos actualmente.

Sol Salama durante su intervención por videoconferencia en el Forum Edita.

Muchas personas más intervinieron en el Forum Edita, pero quizá valga la pena destacar las intervenciones de los editores independientes Piero Salabè, italiano al frente del sello alemán Hanser Verlag, y Sol Salama, fundadora de Tránsito. El primero hizo hincapié en la desaparición de librerías independientes en Alemania, que están sufriendo mucho por la irrupción de Amazon, y en la pérdida de influencia de los suplementos culturales, cuyas reseñas no tienen ya el impacto de antes.

Con todo, fue optimista: ‘Si me preguntaran si recomendaría a mi hijo meterse en el mundo de la edición, diría que sí. Porque la lectura proporciona placer y la búsqueda de placer nunca desaparecerá. Otra cosa es la forma de consumirla’. Por cierto, Salabè añadió un dato que sin duda ayuda a la recuperación de cualquier sector económico: el gobierno alemán ha inyectado 50 millones de euros en la industria de la cultura. Y aquí, bueno, aquí ya sabemos cuánto han invertido.

Por su parte, Sol Salama explicó su experiencia personal al frente de una editorial que montó hace ahora dos años. Dijo que ya estaba empezando a levantar la cabeza cuando el confinamiento golpeó su proyecto, pero aseguró que lo que ocurrió a continuación ha sido una de las cosas más hermosas que ha vivido. Se refería, cómo no, a la red virtual que se creó entre las librerías y las editoriales independientes, a la que enseguida se unieron lectores de todo el país e incluso del extranjero.  Para Salama, esa red es la demostración de que los amantes de la literatura nunca se dan por vencidos y de que, aunque los tiempos cambien, el amor a las letras nunca se pierde.

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