Defender la monarquía con la familia por delante

El periodista y escritor Sergio Vila-Sanjuán publica ‘Por qué soy monárquico’, una mezcla de crónica familiar y ensayo de ideas que aboga por la continuidad de la institución

Sergio_Vila-Sanjuán_Robert

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Dice Sergio Vila-Sanjuán que los ataques a la monarquía son tan abundantes en la actualidad que, hombre, alguien tenía que posicionarse a su favor. Y eso es lo que hace en Por qué soy monárquico (Ariel), una crónica familiar con tintes ensayísticos en la que defiende “con claridad y convicción” la institución. Según comenta, “cuando empezaron a aparecer noticias comprometedoras para el rey Emérito y cuando el pasado mes de marzo Felipe VI decidió desmarcarse de la herencia de su padre, vi que había llegado el momento no de defender la Corona, sino de plantear una reflexión sobre su sentido y su vigencia”.

Fruto de aquella decisión es esta crónica en la que, entre otras cosas, repasa la relación mantenida por su abuelo, su padre y él mismo con los distintos borbones que reinaron -o casi- en cada una de las respectivas épocas: Alfonso XIII, don Juan, Juan Carlos I y Felipe VI.

Sergio VSJ con la princesa Letizia. Año del libro y la Lectura 2005

Tres generaciones

El primero de todos, Pablo Vila San-Juan, fue un periodista gaditano afincado en Barcelona que usó su pluma para defender a Alfonso XIII en todos los medios de comunicación en los que trabajó. Consideraba que el monarca modernizaría España y agradeció el impulso que dio a las artes y las letras.

La obra también repasa repasa los vínculos entre Cataluña y la realeza y muestra el vaivén con el que la opinión pública ha parecido moverse con el paso del tiempo

Por su parte, José Luis Vila-San-Juan gustaba de referirse a don Juan de Borbón como Juan III, y aunque es cierto que el padre de Juan Carlos I nunca llegó a reinar, también lo es que mantuvo una pugna nada desdeñable con Franco y que consiguió el apoyo de no pocos intelectuales y periodistas de la época.

Pablo Vila San-Juan en uniforme de Gentilhombre del rey.

Por su parte, Sergio Vila-Sanjuán [nótese que abuelo, padre e hijo han convertido en tradición familiar el cambio de posición del guion en el apellido] ha seguido de cerca el reinado tanto de Juan Carlos I como de su descendiente Felipe VI. Del primero lamenta el ‘autoboicot’ que parece hacerse hecho a sí mismo, pero destaca la labor realizada durante la Transición y durante ese año tan decisivo para España que fue 1992. En cuanto a Felipe VI, el autor aplaude el distanciamiento de los casos de corrupción en los que la Familia Real se ha visto inmersa en los últimos años.

Cataluña y los borbones

Por qué soy monárquico también repasa los vínculos entre Cataluña y la realeza. Se trata de uno de los aspectos más interesantes del libro, ya que muestra el vaivén con el que la opinión pública ha parecido moverse con el paso del tiempo. Vila-Sanjuán no tiene reparo a la hora de meterse en charcos y se muestra comprensivo con el discurso que Felipe VI dirigió a la sociedad catalana el 3 de octubre de 2017, cuando se mostró contundente en su rechazo al referéndum organizado por los partidarios del independentismo. Tampoco titubea al criticar la facilidad con la que la gente ha olvidado el importantísimo papel que Juan Carlos I desempeñó durante la Transición.

José Luis Vila-San-Juan y don Juan en Arenys de Mar, agosto 1967.

Vila-Sanjuán también dedica una parte de su crónica a reivindicar el papel que la monarquía ha jugado en la defensa de la cultura. En este punto, hace especial hincapié en la labor llevada a cabo por doña Sofía con la música y por Felipe VI y Letizia con las letras a través de las fundaciones Princesa de Asturias y Princesa de Girona, así como de sus vínculos con el Premio Cervantes. “Con motivo de la entrega de esos galardones, los reyes han tenido oportunidad de cambiar opiniones con las grandes figuras de la cultura internacional, y en su día a día mantienen una relación constante con los escritores, cineastas, músicos, gente de teatro y demás representantes de la cultura española”.

Vila-Sanjuán también dedica una parte de su crónica a reivindicar el papel que la monarquía ha jugado en la defensa de la cultura

En cuanto a los motivos para defender la continuidad de la institución monárquica, el autor los resume de este modo: “Valoro especialmente el sentido ritual y simbólico de la monarquía, la unión entre tradición y modernidad que aporta, la estabilidad y continuidad que marca en la estructura política española”. Y recuerda que, “en los rankings de países con mayor calidad democrática del mundo, las dos terceras partes son monarquías. Es decir, es una institución que funciona”.

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