Louise Glück, la poeta que borra el (mal) recuerdo de Dylan

La Academia Sueca entrega el Premio Nobel de Literatura 2020 a una poeta de verdad. Louise Glück recogerá el galardón que Bob Dylan no fue ni a buscar

Louise Glück, Nobel de Literatura 2020. EFE EPA SHAWN THEW

Louise Glück, Nobel de Literatura 2020. EFE EPA SHAWN THEW

Si uno entra en la página de Pre-Textos, editorial que tiene publicada gran parte de la obra de Louise Glück, descubre que la poeta estadounidense, probablemente una desconocida para la gran mayoría de españoles, ya tenía su club de fans. Y era un club de lo más selecto: hay artículos laudatorios de Gonzalo Torné, de Jordi Doce, de Francisco Javier Irazoki, de Álvaro Valverde… Así que, no se engañen, si ustedes no saben de quién se trata es simple y llanamente porque continúan pensando que Mario Benedetti fue el último gran poeta del planeta Tierra.

De hecho, es probable que la entrega del galardón, que se celebrará en diciembre, sea este año una de las galas más aplaudidas de las últimas ediciones, sobre todo si recordamos que en 2019 ganaron el extraordinario, pero también polémico, Peter Handke, y la desconocida, al menos por estos lares, Olga Tokarczuk; que en 2018 no se concedió a nadie porque la Academia Sueca andaba metida en escándalos sexuales; y que en 2016 se lo dieron a un Bob Dylan que, además de hacer creer a la gente que lo rechazaría, envió a Patti Smith a recogerlo. Por suerte, 2017 nos dio un respiro con Kazuo Ishiguro, un nombre más que popular en todo el orbe occidental que, afortunadamente, no sólo se lo merecía, sino que además lo agradeció.

Nobel de Literatura

Este año le ha tocado a Louise Glück, neoyorkina criada en Long Island que en 1993 se alzó con el Premio Pulitzer gracias a su poemario El iris salvaje (Pre-Textos, 2006) y que posteriormente ganó el National Book Critics Circle Award por Triumph of Achilles, obra inédita en España pero que, sin lugar a dudas, alguien adquirirá en breve. Glück es en la actualidad docente en el Williams College (Williamstown, Massachusetts) y en la Universidad de Yale.

«La elegancia y la serenidad, así como algunas pinceladas de clasicismo, dota de un tono confidencial a los poemas Glück»

Álvaro Colomer

En España ha publicado su obra principalmente con Pre-Textos: El iris salvaje (2006), Ararat (2008), Las siete edades (2011), Averno (2011) y Vita nova (2014). Pero también aparece en la antología de poesía norteamericana contemporánea La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola (Vitruvio, 2007).

Lógicamente, el paso del tiempo ha ido puliendo el estilo de Glück, pero la crítica tiende a considerar que sus poemas son frágiles, es decir, que dejan al lector sumido en un silencio que, según ha escrito algún crítico, parece un hilo de luz atravesando una sombra.

Louis Gluck es la Nobel de Literatura 2020. Foto EFE EPA Henrik Montgomery
Louis Gluck es la Nobel de Literatura 2020. Foto: Henrik Montgomery | EFE | EPA.

Heridas de la pérdida

La elegancia y la serenidad, así como algunas pinceladas de clasicismo, dota de un tono confidencial a los poemas de la neoyorkina. Por ejemplo, en su último libro publicado en España, Vita nova, el objeto central de las piezas es la pérdida del cónyuge, una realidad que la narradora afronta con unos poemas que son como una mujer abrazándose las piernas en la oscuridad de su dormitorio. Según escribió Gonzalo Torné en la revista literaria Letras Libres, este poemario hace que nos preguntemos ‘qué otro poeta vivo ha reflexionado de manera tan escueta y certera (…) sobre las heridas de la pérdida’.

«Que la poesía sea merecedora del galardón literario más importante de todo el planeta parece cosa del destino, sobre todo si pensamos en esta época de recogimiento que nos ha tocado vivir»

Álvaro Colomer

Así pues, Louise Glück ha sido la alegría de este 2020 lleno de incertidumbres. Que la poesía sea merecedora del galardón literario más importante de todo el planeta parece cosa del destino, sobre todo si pensamos en esta época de recogimiento que nos ha tocado vivir.

Con todo, no podemos negar que nos hubiera gustado que lo ganara Javier Marías, el candidato español que asomaba por las quinielas y que, por desgracia, tendrá que esperar a la siguiente edición.

a.
Ahora en portada