Un viaje por los cócteles más famosos del cine

‘Cocktails of the Movies’ es una deliciosa guía ilustrada que analiza por la coctelería icónica de las películas y sus estrellas fetiche. También es un práctico manual para aprender coctelería

Los cócteles, en ocasiones, son tan icónicos en algunas películas que se convierten en un símbolo en sí mismo. El cine mantiene una larga relación de amor con estas preparaciones, como el 7&7 de John Travolta/Tony Manero en Saturday Night Fever pasando por el mítico Manhattan de Marilyn Monroe en Some Like It Hot hasta llegar al White Russian de The Dude en The Big Lebowski. Y sin olvidarnos de los martinis de James Bond

El libro Cocktails of the Movies (Prestel) ofrece los 72 mejores cócteles que han aparecido en el cine junto a los personajes más icónicos, sus protagonistas y las bebidas fetiche de cada uno de ellos a través de delicadas ilustraciones que juegan con los colores de cada cóctel y recetas fáciles de reproducir. 

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Bebidas emblemáticas

Cocktails of the Movies, de Will Francis y Stacey Marsh es una reedición de Prestel (Múnich, Londres, Nueva York) de una obra que se publicó por primera vez en el 2015, aunque en este caso se trata de una edición totalmente inédita en su formato, revisada y ampliada con un diseño moderno y estructurado que también incluye cócteles de películas más recientes.

Infografía Jordi Català

El libro presenta 72 cócteles que fueron emblemáticos en diferentes películas. Y con las recetas para elaborarlos

Entre ellos están el Black Russian de 48 Hours, el Bloody Mary de Fletch, el French 75 que bebía Bogart en Casablanca, el High Ball con que Di Caprio brindaba en The Great Gatbsy (sí, el del meme) y el Mai Tai de Elvis Presley en Blue Hawaii.

También desfilan el melancólico Mississippi Punch de Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany’s, el Gin Alexander que es disfrutado por Bing Crosby en el clásico navideño White Christmas y el Turquoise Blue de Tom Cruise en…Cocktail, obviamente.

Infografía Jordi Català

Una presentación didáctica

Los cócteles se presentan por orden alfabético, donde además de los datos básicos de la película se detalla una explicación de ingredientes y proporciones, junto con curiosidades de la receta del cóctel protagonista.

En una segunda sección se precisa una sinopsis de la escena en la película una ilustración a plumilla del cóctel.

Infografía Jordi Català

La misma técnica se utiliza en la página impar, con un retrato en blanco y negro con algún toque de color, de cada artista con su cóctel. El dibujo se acompaña de un fondo textura con motivos alusivos y con el color dominante que recuerda a la preparación. Es un retrato que se convierte en una obra de arte.

La ilustradora Marsh ha focalizado su trabajo en la visualización de datos y en el diseño de presentaciones para el sector tecnológico, aunque siempre que tiene tiempo vuelve a trabajar en los estilos artesanales de ilustración de sus orígenes, como enseña en su blog.

A preparar los cócteles

En la introducción, sazonada con curiosidades como la existencia de 7.000 tiendas de ginebra en el Londres de 1720, se presentan varias secciones para preparar los cócteles.

Infografía Jordi Català

Una de ellas enseña los útiles del mixólogo, como los shakerjigger o la bar spoon, tan necesarios para muchas de las bebidas. 

Infografía Jordi Català

“Las primeras películas presentan casi exclusivamente bebidas fuertes servidas directamente”.

Will Francis

Continúa con los destilados base más importantes, ordenados de mayora menor uso, sigue un desfile de licores, zumos, bitters y complementos utilizados, el siguiente tema son los toques finales y la decoración de los combinados, para concluir con la tipología de 16 vasos clásicos de cóctel.

Infografía Jordi Català

La evolución coctelera en las películas

Will Francis, escritor, comentarista y educador sobre comunicación y tecnología, recuerda que “las primeras películas presentan casi exclusivamente bebidas fuertes servidas directamente, es decir, en una copa de cóctel alta sin hielo, y con poca guarnición”.

A medida que se llega al final del siglo XX, precisa, “aparecen más bebidas altas y heladas, con un colorido crescendo en la década de 1990, cuando ni una sola de las bebidas que aparecen aquí se sirve directamente o sin hielo”.

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