El padre de Astérix se merecía esta despedida

Un año después de su fallecimiento, una muestra en París recuerda al genial Albert Uderzo, el dibujante que creó, junto a René Goscinny, el mítico ‘Astérix y Obélix’

Uderzo, como una poción mágica. Foto: María Díaz Valderrama | EFE.

París respira optimismo. Mientras abren restaurantes y terrazas, con el cierre echado durante siete largos meses, los museos y galerías preparan su artillería para conquistar a unos ciudadanos ávidos de experiencias. A la inauguración –por fin- de la Colección Pinault en el antiguo edificio de La Bourse de Commerce se suman muchas otras exposiciones que invitan a recuperar el tiempo perdido.

Es el caso del Museo Maillol que estrena Uderzo, como una poción mágica, una muestra que rinde homenaje al dibujante Albert Uderzo, creador, junto a su amigo y cómplice René Goscinny, de Astérix y Obélix, y su apasionante carrera.

Tras su fallecimiento hace un año, son su hija y su viuda, Sylvie y Ada Uderzo, quienes han impulsado esta exposición que, a modo de despedida, recuerda su trayectoria a través de más de 250 piezas de su archivo personal -muchas de ellas mostradas por primera vez-, desde dibujos de infancia hasta el éxito del galo más famoso del mundo. Podrá verse hasta el próximo 30 de septiembre.

‘Uderzo, como una poción mágica’. Foto: María Díaz Valderrama | EFE.

La despedida que merecía

“Mi padre se fue al principio del primer confinamiento y no pudimos darle la despedida que hubiéramos querido” explicaba Sylvie Uderzo durante la presentación de la muestra. “Hemos trabajado a contrarreloj para darle a su público una forma de homenaje”.

Comisaria junto a su madre, Sylvie ha recuperado un amplio archivo que deja ver la capacidad de organización del dibujante, fallecido a los 92 años, que guarda durante toda su vida incluso los cuadernos de dibujo del colegio (y eso a pesar de haber tenido que emigrar junto a su familia de la Italia fascista en la década de los años 20).

Siendo adolescente, Uderzo soñaba con ser el nuevo Walt Disney y convertirse en el ‘Disney de la rue Montreuil’, la calle en el barrio de Bastilla en la que vivía junto a su familia

Así, en la muestra se pueden ver ilustraciones de peces y animales de un Albert Uderzo de apenas 7 años, ejecutados con una sorprendente precisión anatómica y que distan mucho de los dibujos de un niño de su edad.

A los 14 años, ya trabajando de aprendiz en la Sociedad Parisina de Edición, hizo su primer cómic y comenzó a manejar la ilustración de logos que más adelante plasmaría en los títulos de sus trabajos.

“Quería que expusieran estos cuadernos porque se ve su trabajo desde pequeño. El don ya estaba ahí”, dice su hija, quien detalla que venía de una familia de artesanos y obreros sin relación con la pintura, pero donde todos los hermanos sabían dibujar.

De ilustrador de sucesos a genio del cómic

Tras realizar el servicio militar, a punto estuvo de dedicarse a conducir un camión pero, afortunadamente para los seguidores del cómic, lo fichó un periódico para ilustrar los sucesos, lo que le permitió seguir dibujando.

Toda una planta se dedica al éxito de sus personajes más conocidos. Foto: María Díaz Valderrama | EFE.

Con Walt Disney como referencia, Uderzo soñaba con convertirse en el ‘Disney de la rue Montreuil’, la calle en la que vivía junto a su familia en París. Desde ese popular barrio hasta la consagración mundial de su obra (los cómics de los galos más irreverentes han vendido 380 millones de copias en el mundo), la exposición ofrece un recorrido cronológico por su vida y su obra.

Tras la muerte de Goscinny en 1977, Uderzo estuvo a punto de dejar los cómics pero finalmente continuó creando historias en papel hasta 2005

Por ejemplo, los años de la Segunda Guerra Mundial, que pasó en un pequeño pueblo de la región de Bretaña, donde descubrió bosques y las leyendas y entró en contacto con miembros de la Resistencia que hacían frente a la ocupación nazi.

El viaje recorre trabajos como Oumpah-Pah, una precuela de Astérix y Obélix que trata sobre un guerrero de una tribu india de la América del Norte del siglo XVIII creada junto a Goscinny, o Las aventuras de Michel Tanguy y Laverdure, dos pilotos militares, en este caso con Jean-Michel Charlier.

‘Astérix y Obélix’

Por supuesto, desemboca en la creación de Astérix el Galo, que publicó su primera historia en 1959 (se pueden ver las planchas originales, casi un patrimonio nacional). Con una planta entera dedicada a este gran éxito internacional, se repasan momentos de los 32 álbumes protagonizados por la cómica pareja de la aldea gala que planta cara al imperio romano y que se publicó inicialmente en la revista Pilote.

La exposición es una despedida tras la muerte del dibujante en 2020. Foto: María Díaz Valderrama | EFE.

Ya la primera entrega de Astérix y Obélix vendió 6.000 ejemplares, todo un récord para la época, aunque no tardó en ser superado: el cuarto álbum, de 1964 alcanzó los 50.000 ejemplares solo en Francia.

También se cuenta cómo, a raíz de la repentina muerte de Goscinny en 1977, Uderzo estuvo a punto de dejar los lápices, pero la presión de los lectores lo animó a continuar y a mantener viva la saga hasta 2005.

Para Sylvie Uderzo, “Albert no entendía la realidad de su viaje, el increíble arco que le permitió partir de cero y llegar hasta las estrellas”. Como los cómics, asegura que la exposición es “para todos los públicos”.

Y es que, con 61 años, Astérix sigue encandilando por igual a niños, jóvenes y abuelos, en la última década con nuevas aventuras que firman el guionista Jean-Yves Ferri y el dibujante Didier Conrad, quienes han tomado el testigo de la mundialmente conocida historieta.

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