‘1984’: la mayor distopía jamás escrita se hace cómic

El artista gráfico Fido Nesti adapta la novela de George Orwell con una advertencia: su mensaje sigue siendo muy urgente

Portada 1984. Imagen: DeBolsillo.

Portada 1984. Imagen: DeBolsillo.

No es solo un magnífico ejemplo de buena literatura en el sentido de buena escritura (que también). 1984, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada en 1949, fue también una obra visionaria, una ficción distópica escalofriante de las que ahora las series se afanan por producir si estuvieran inventando el género. La situación política y los fenómenos populistas en todo el mundo hacen que, lamentablemente, siga estando dolorosamente vigente 71 años después. Por si alguien no se había dado cuenta, el historietista brasileño Fido Nesti recupera el clásico, ahora en formato viñeta.

Es 1984. Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso y su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos… “Tenía que vivir -y la costumbre acababa por convertirlo en un instinto- dando por sentado que escuchaban hasta el último ruido que emitía, y mientras estuviera en el campo de visión dominado por la placa metálica, podían verle y oírle. Y que, excepto en la oscuridad, observaban todos sus movimientos”. El Gran Hermano siempre vigilante.

Versionada hasta la saciedad, esta es la primera versión cómic de 1984. Imagen: DeBolsillo

Ensalzada por otros grandes autores en esto de la distopía política, desde Aldous Huxley a Margaret Atwood, lo cierto es que la historia sigue teniendo un poderoso mensaje, por eso vuelve, convertido en historia gráfica y publicado en España por DeBolsillo.

Poderoso (y urgente) mensaje

Fido Nesti (Sao Paulo, 1971) lo tiene claro: “Orwell y su distopía son tan relevantes hoy que no podía evitar tenerlo en mi cerebro todo el tiempo. La realidad cotidiana llamaba a mi puerta recordando que en realidad estaba viviendo una triple distopía: el 1984 de Orwell, el nuevo gobierno brasileño y luego la pandemia”, explica.

Por eso, según el autor, colaborador habitual de publicaciones como The New Yorker, Rolling Stone o Americas Quarterly, el mensaje de Orwell sigue siendo urgente porque “ahora estamos ante el regreso de varios regímenes totalitarios”.

Las telepantallas encargadas de vigilar cada movimiento. Imagen DeBolsillo.
Las telepantallas encargadas de vigilar cada movimiento. Imagen DeBolsillo.

Precisamente fue en 1984 cuando Nesti leyó en la escuela, con apenas 13 años, Animal Farm (Rebelión en la Granja) y 1984. “Me impresionó mucho su visión de pesadilla del futuro. Todavía estaba viviendo los últimos días de una dictadura militar en mi país, por lo que el escenario de la novela no me resultaba extraño en absoluto».

En la novela las telepantallas rastrean hasta el último movimiento, recopilando datos con la misma fruición que hoy las apps que llevamos en los smartphones

Paralelismos tenebrosos

Leerlo 36 años después, continúa, ha sido un placer y, de nuevo, un golpe qye que su mensaje “todavía resuena con mucha fuerza”. De hecho, cuenta, “algunos de los temas de la novela, como la pérdida de la individualidad, me impresionaron aún más. Cuando lo leí por primera vez no había Internet y ahora las pantallas que todo lo ven están en nuestras manos, todo el tiempo, en formato de teléfonos móviles”, reflexiona.

La historia está dibujada en rojo y gris. Imagen DeBolsillo.
La historia está dibujada en rojo y gris. Imagen DeBolsillo.

Los paralelismos son evidentes: reescribir la historia era el trabajo de Winston, que trabaja en el ‘Ministerio de la Verdad’, lleno de noticias falsas, lo que ahora se llaman fake news, empleadas para controlar a los ciudadanos. Todo está lleno de telepantallas que rastrean hasta el último movimiento, recopilando datos con la misma fruición que hoy las apps que llevamos en los smartphones. Y surgen líderes que alimentan el culto a la personalidad como si del Gran Hermano se tratasen y que parecen empeñados en manejar la desinformación y la manipulación “mientras que la verdad parece estar escondida en una cortina de humo”. Abrir los ojos ante esas cortinas es lo que, poco a poco, va haciendo el personaje de Orwell. No estaría de más reflexionar sobre ello también en los tiempos que corren.

Alma de novela

Respecto al proceso creativo, fue un trabajo “desafiante”, según Nesti, que señala como particularmente difícil “elegir qué extractos podrían abreviarse dado que el texto es muy rico y relevante. La idea era crear un buen equilibrio entre texto e imágenes para hacer que funcione como una novela gráfica sin perder el alma de la novela”.

Fido Nesti. Foto Editorial DeBolsillo via EFE.
Fido Nesti. Foto: Editorial DeBolsillo vía EFE.

Fueron necesarias varias lecturas, anotaciones, investigaciones, guiones y diseños hasta para elegir el color, que en la versión del artista brasileño navega entre el gris y el rojo. Tonos que Nasti, que vivió en Londres durante un año, representan “la opresión, la desesperación, la tortura, la pérdida de la humanidad”. Son, además, colores que funcionan como un “estado mental” de modo que reflejan lo que sucede dentro de la cabeza de Winston.

La ciudad, su Londres de Oceanía, se inspira en el clima de la capital británica y en la arquitectura brutalista.

“Estaría muy feliz si pudiera despertar cierto interés en nuevos lectores, así como si este cómic ayude a difundir sus palabras y llamar la atención para descubrir la novela original”, concluye el autor.

a.
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