El producto Carmen Mola abre un tiempo de talones millonarios en la literatura

Detrás de la polémica -poco interesante- del nombre de Carmen Mola se esconde la guerra de fichajes entre las grandes editoriales

El Premio Planeta. Foto Quique García | EFE

La parte positiva de esta historia es que el negocio editorial funciona bien. Más que bien. Y que la pandemia y su confinamiento han consolidado rutinas con la lectura que parecían olvidadas.

Los datos son positivos. Pero lo haremos al revés. No hablaremos de venta de libros, sino de horas de lectura. Ya sabemos que adquirir un libro no significa que vaya a ser leído. Sin embargo, leer sí obliga a tener entre las manos una obra comprada en algún sitio y por alguien.

Los datos que facilitó este año la Federación de Editores de España sobre 2020 son muy esclarecedores. Durante la pandemia el 57% de la población mayor de 14 años incrementó su lectura semanal en 8 horas y 25 minutos, por encima del dato anterior de 50% con 6 horas 55 minutos.

Las horas de lectura son muy satisfactorias sobre todo si añadimos que tras la pandemia el porcentaje quedó en 7 horas y 25 minutos con casi el 53% de consumo lector. Los beneficiados de esta situación son todos. Librerías, escritores y, por supuesto, editoriales.

El aumento de la cuantía del Premio Planeta

Cuando el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, anunció en rueda de prensa la nueva cuantía del premio literario impulsado por el legendario José Manuel Lara, un millón de euros, se hizo un silencio en la sala sobrecogedor y agradable.

La envidia, siempre sana en la cultura, sobrevoló por la sala de la Llotja de Mar de Barcelona. El primer ejecutivo controló muy bien la comunicación. Dio el titular.

Los tres ganadores del Premio Planeta 2021. Foto Quique García | EFE

La mayoría de los premios en España tienen una dotación que es un adelanto de los derechos de autor

Sin embargo, la información era relativa. La mayoría de los premios en España tienen una dotación que es un adelanto de los derechos de autor. Claro que si el libro no alcanza las ventas deseadas el autor se embolsa igualmente esa cantidad.

Ocurrió el año que el ganador fue Javier Cercas. La editorial ya se comprometió con el autor con el millón de euros. Pero es que normalmente un Planeta es una operación comercial y de comunicación de números muy elevados, muy, pero que muy, por encima de la media editorial.

Una polémica por el Premio Planeta sin interés

El premio de este año se ha visto salpicado por dos polémicas llamativas.

Una, sin ningún tipo de interés, aunque con mucho ruido, sobre la utilización por parte de tres hombres del nombre de una mujer, Carmen Mola, como pseudónimo.

Que los libros de Carmen Mola tengan éxito tiene mucho que ver. Ya es de todos conocido que el alias se refiere a tres guionistas, Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, creadores de la inspectora Elena Blanco con sus tres novelas publicadas en Penguin Random House.

Hacía mucho tiempo que dos grandes editoriales no se enfrentaban por sus autores

Y esa es la polémica interesante. Hacía mucho tiempo que dos grandes editoriales no se enfrentaban por sus autores. De esa tensión comercial también sale fortalecido el autor y su agente literario.

Los guionistas ganadores crearon un producto, llamado Carmen Mola. Foto Quique García | EFE

El cambio de rumbo

Para remontarnos a una de las primeras crisis en el sector editorial deberíamos rebuscar en las épocas de Fernando Lara, hijo del fundador de Planeta.

A pesar de que en anteriores ediciones la calidad de algunos autores era indiscutible, estilo Jorge Semprún, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Marsé, y que fueron galardonados con un interés de apertura estética a la izquierda en aquellos años 77, 78 y 79, en un momento dado hubo un cambio de inflexión en la dirección del premio y la editorial comenzó a buscar en editoriales de culto como Anagrama a autores estilo Soledad Puértolas o Antonio Muñoz Molina.

Aquello produjo un cisma entre las tres editoriales intelectualmente más punteras (Anagrama, Tusquets y Lumen) y Planeta.

Pasado el tiempo, la editorial de Jorge Herralde es del grupo italiano Feltrinelli; Tusquets, de Beatriz de Moura, ha acabado en el Grupo Planeta y Lumen, de Esther Tusquets, en Penguin Random House. Bonitos viejos tiempos.

También hubo momentos para fichajes a golpe de talonario. Fue el estilo de Alfaguara cuando pertenecía al Grupo Prisa y su editor era Juan Cruz.

Su agresividad dio buenos réditos a su editorial, pero también grandes fracaso. Por ahí pasaron Vargas Llosa o Bernardo Atxaga.

Javier Cercas, ganador del Planeta 2020

Carmen Mola como producto

El momento actual no es parecido. Sin embargo, también busca fichajes, estilo Messi.

 Y todo gracias a que el libro se ha convertido en el refugio inteligente del entretenimiento solitario y eso necesita de novedades continuas y nuevos autores.

Historias apasionantes, escritores o escritoras relevantes y alguna que otra polémica reivindicativa.

Más un pseudónimo, Carmen Mola es un producto

Es lo que ha ocurrido con el producto editorial Carmen Mola. Porque eso es el pseudónimo: un producto.

Una imagen construida en las redes bajo la capa de una profesora universitaria cuya honestidad pública la hacía preferir quedarse en la soledad del aula.

Puede que el fenómeno Elena Blanco, la inspectora creada para la serie de negra, se mantenga en Penguin Random House. Un libro seguro; el que está contratado.

Y si su agente literaria, Justyna Rzewuska, sabe jugar las cartas podría hasta mantener los libros policiales en una editorial y el histórico/negro en Planeta.

Santiago Posteguillo en una presentación. Foto Fundación Cajasol

El recuerdo de Posteguillo

En este juego, y de pasada, ha ganado Santiago Posteguillo, escritor de bestsellers históricos y ganador del Planeta de 2018.

Llegan tiempos de agitación editorial y de talones millonarios en el mercado editorial

El autor vuelve a su casa, a Ediciones B. Claro que es quien tiene gran parte de la obra de este profesor de literatura inglesa de la Universidad Jaume I de Castellón, pero también fue la editorial que apostó por él cuando nadie lo conocía. Y siguió vendiendo millones de libros sin ser popular. Estas cosas que tiene la literatura.

Resumiendo: llegan tiempos de agitación editorial. De talones millonarios, como el que le acaban de poner delante de las narices a una pseudo autora con tres cabezas masculinas.   

a.
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