Aleluya: cuando el rock abraza la religión

En ‘Aleluya. Misticismo y religión en el rock’ Alberto Manzano analiza la cara más espiritual de esta música a través de las obras de Bob Dylan, Cat Stevens, Leonard Cohen y George Harrison

The Beatles and their wives at the Rishikesh in India with the Maharishi Mahesh Yogi, March 1968. The group includes Ringo Starr, Maureen Starkey, Jane Asher, Paul McCartney, George Harrison (1943 – 2001), Patti Boyd, Cynthia Lennon, John Lennon (1940 – 1980), Beatles roadie Mal Evans, Prudence Farrow, Jenny Boyd and Beach Boy Mike Love. (Photo by Hulton Archive/Getty Images)

La música más importante del siglo XX (y parte del XXI) no siempre ha girado en torno a la trinidad de ‘sexo, drogas y rock & roll’.

Si bien los 80 años de vida de esa cultural están plagados de excesos, leyendas negras, muertes prematuras y ríos de alcohol y estupefacientes, hay una cara más espiritual y religiosa que nació casi desde sus inicios.

Larga experiencia en el mundo del rock

Este mundo para muchos desconocido es analizado con gran precisión en ‘Aleluya. Mística y religiones en el rock’, de Alberto Manzano, y publicado por Editorial Cúpula.

Manzano es un periodista con una larga experiencia como experto musical, autor de más de 100 libros de traducciones de letras de canciones, además de poeta y biógrafo de Leonard Cohen (de quien escribió 15 obras sobre su vida y carrera).

Portada del libro Aleluya, de Alberto Manzando. Foto Libros Cúpula

Leonard Cohen, Cat Stevens, Bob Dylan y George Harrison son los hilos conductors para analizar cómo la religión y el rock se abrazaron desde los años ‘60

Precisamente Cohen es un de los cuatro personajes que Manzano toma para analizar cómo las religiones fueron el motor creativo de grandes figuras de la música popular: los otros son Cat Stevens, Bob Dylan y George Harrison.

No es para nada un tema nuevo para Manzano. “Durante mas de 40 años he estado trabajando en una especie de cruzada en defensa de la ‘gran poesía del rock’, y he observado que la mayoría de los grandes poetas del rock lo son, precisamente, por el trabajo espiritual que han llevado a cabo en su vida, y del que se nutre su obra”, dijo a Tendencias Hoy.

Síntesis de las principales religiones

Estos músicos fueron elegidos como Manzano porque, de una manera u otra, aglutinan a las religiones más importantes de la Tierra.

El libro comienza con Bob Dylan, ‘el judío askenazi con apellido de poeta galés’, y detalla cómo su lírica está llena de referencias bíblicas “como un profeta del Diluvio, como en A Hard Rain Gonna Fall”, dice; en un movimiento pendular de sus raíces hebreas al cristianismo evangélico, con la conversión que se tuvo tras un accidente de moto y que quedó reflejada en discos como New Morning, Slow Train Coming, Saved y Shot of Love.

Las referencias a la Biblia impregnan gran parte de la poesía de Bob Dylan, ganador del Nobel de Literatura en 2017

Pero Dylan volvió a su religión de nacimiento, aunque no desde una perspectiva militante sino contemplativa, con esa carga de esperanza y desilusión que le dieron los años.

De Cat Stevens a Yusuf Islam

Cat Stevens es tomado como caso testigo del islam, religión a la que llegó tras un suceso traumático: la tuberculosis producto de los excesos que estuvo a punto de llevarlo a la tumba.

La conversión de Stevens fue más profunda: el autor de From Father to Son y It’s a Wild World abrazó la creencia a Alá en 1977, cambió su nombre por el de Yusuf Islam, y pocos años más tarde vendió sus instrumentos y dejó la música. Solo la retomó fugazmente en 2006 para proclamar los dogmas de Islam.

Yusuf Islam, antes Cat Stevens, en Indonesia. Foto Mast Irhma-EFE

Harrison y la fascinación por la India

George Harrison fue el pionero entre ellos, con su acercamiento al hinduismo y las filosofías orientales desde que The Beatles estaban en la cima de su carrera, y que siguió difundiendo en discos solistas como All Things Must Pass, Living in the Material World y Brainwashed.

Harrison no hizo vida de asceta mientras coqueteó con la filosofía de gurús como Maharishi, las drogas y el alcohol lo marcaron durante muchos años; pero también predicó mensajes que iban más allá de los postulados de una determinada fe, con maravillas de confluencias espirituales como My Sweet Lord.

George Harrison, el músico apasionado por las filosofías orientales

El monje zen apasionado por (casi) todas las religiones

Pero uno de los que más se interesaron por el sentir religioso fue Leonard Cohen. Nacido en una familia judía, el canadiense “bebería de todos los manantiales religiosos originales: budismo, zen, hinduisimo vedanta”, describe Manzano, y siempre expresó su admiración por Jesucristo y por la corriente sufí del islam.

Leonard Cohen cantando en Montreux. Foto Sandro Campardo-EFE

Cohen realizó prácticas de meditativas en la filosofía budista con su maestro japonés Joshu Sasaki Roshi, como parte de una reclusión de cinco años en un monasterio de California, al que dejó en 1999 para volver a la música, cada vez más cargada de lírica espiritual.

La década que cambió al mundo

Para Manzano, la deriva mística de estos cuatro talentos tiene que ver con la llegada en los ’60 de movimientos como “la contracultura, la psicodelia, el hipismo en EEUU, cuando muchos músicos de esa época se sintieron atraídos por las religiones orientales, como el budismo, el hinduismo, y la lectura de libros milentarios como el I Ching, el Tao Te Ching o el Libro Tibetano de los Muertos”.

La contracultura, la psicodelia y el hipismo en EEUU fueron claves para el surgimiento del misticismo en el rock

Para analizar el peso de la espiritualidad el autor de Aleluya realiza un detallado análisis de las canciones de estos artistas, trazando líneas entre la lírica y los sucesos que fueron jalonando sus vidas.

Alberto Manzano, autor de ‘Aleluya. Mística y religiones en el rock’. Foto Alberto Manzano

Otros artistas

Además de Cohen, Harrison, Stevens y Dylan, Manzano describe brevemente la influencia de la religión en otros músicos como Sinead O’Connor, Nick Cave, Patti Smith y Susanne Vega, entre otros.

La lista, ya lo aclara, es incompleta, pero al contrario de los que muchos piensan, en ella no se incluye a John Lennon. Su obra “no es ejemplo de un músico místico”, dice.

Manzano reconoce que “tiene algunas conexiones espirituales, pero sus canciones no alcanzan el nivel de excelencia espiritual que pudiera permitirme mostrarlo como representante de algunas de la cuatro grandes religiones de la humanidad”.

¿Y el futuro?

Y en lo que llevamos del siglo XXI, cuando frente a esa histórica poesía del rock con cargas místicas emergen ritmos con letras planas, machistas y olvidables a bordo del reguetón, ¿habría lugar para una nueva figura que herede esa conjunción de religión y música popular?

Manzano no se arriesga. Pero recuerda, como una luz de esperanza, que “siempre hay un buen vino en cada generación”. Pues habrá que descubrirlo.

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