‘Small Axe’: la serie antirracista que podría ir a los Oscar llega a Movistar

La antología de cinco películas para televisión dirigida por Steve McQueen se presenta como uno de los títulos ineludibles para la temporada de premios

1. EL MANGROVE. Foto: Movistar+.

El británico Steve McQueen hizo historia al convertirse en el primer director negro que ganaba el Oscar a la Mejor Película –una película como 12 años de esclavitud, además–, y ahora podría volver a cambiar las reglas del juego de los premios cinematográficos con Small Axe, que no es tanto una miniserie como una antología de cinco telefilms independientes sobre la opresión de la raza negra en Inglaterra de finales de los 60 a principios de los 80. Movistar estrena el primer episodio el 7 de diciembre.

Aunque no lo parezca, ya que va para largo, estamos ya en temporada de premios –los Oscar se aplazaron y se celebrarán en abril, mientras que los Globos de Oro tendrán lugar el 28 de febrero y los premios del Sindicato de Actores el 14 de marzo–, y Small Axe, una brillante antología de cinco películas con distinto reparto y duración, está en todas las conversaciones desde que se llevó el premio a la Mejor Película en los importantísimos premios de la crítica de Los Ángeles.

Ya sea una serie, cinco películas distintas o una larga película dividida en cinco capítulos no directamente conectados entre sí, lo que se comenta es que, debido a su excelencia y a las circunstancias especiales de este año tan raro, en el que la Academia de Hollywood ha abierto la puerta excepcionalmente a películas estrenadas en streaming (sin necesidad de estreno en sala para la ocasión), es que Small Axe podría figurar en las nominaciones de los Oscar, que no se anunciarán hasta el 15 de marzo. Después de un año atroz, se avecina una temporada de premios apasionante.

El juicio de los nueve de ‘El Mangrove’  

El primero de los cinco telefilms es el más largo –128 minutos–, el más convencional y el que por tanto tendría en teoría más posibilidades tendría de colarse en las nominaciones de los Oscar Recuerda muchísimo a El juicio de los siete de Chicago, de Aaron Sorkin, puesto que recrea el juicio que siguió al caso real de El Mangrove,un restaurante que tuvo la desfachatez de abrir en el Notting Hill de 1969, cuando estaba muy mal visto que los negros tuvieran negocios propios.

‘Small Axe’ son cuatro películas enmarcadas dentro del realismo social, convenientemente modernizado, y una que es completamente distinta, la guinda del pastel: ‘Lovers Rock’

La premiada fotografía de Shabier Kirchner (por los críticos de Los Ángeles, y también por los de Nueva York) nos transporta a ese turbio pasado en el que los bobbys más malotes –clásicos policías blancos con rictus racista– hostigaban sin descanso al propietario del restaurante y a su clientela. De la indignación surgieron protestas con pancartas frente a la comisaría. El propietario del local y ocho líderes de movimientos como los Panteras Negras acabaron sentados en el banquillo de los acusados, tomando las riendas de su propia defensa con la ayuda de un melenudo abogado blanco, y evidenciando el racismo endémico del sistema.

El Mangrove es el primer capítulo de la serie. Foto: Movistar+.

La larga duración de esta primera entrega nos la hace ver como si fuera el clásico episodio piloto de una serie que entronca con el realismo social británico de toda la vida, aquel que arrancó a principios de los 60 con los “kitchen sink dramas” de los “angry young men” encabezados por el escritor Kingsley Amis y el dramaturgo John Osborne. Small Axe sería Free Cinema (aquella nueva ola británica), pero con protagonistas negros, y por supuesto muchísima música del mismo color. En esta primera entrega, la D.O. del restaurante justifica que incluso aparezcan los típicos tambores metálicos de Trinidad y Tobago. Una fiesta.

Una sociedad racista y cuatro puntos de vista

Small Axe son cuatro películas enmarcadas dentro del comentado realismo social, convenientemente modernizado, y una que es completamente distinta, la guinda del pastel –Lovers Rock, la segunda película del pack–, que como tal dejaremos para el final.

Después del drama judicial, pasamos a la Academia de Policía en Rojo, Blanco y Azul, la tercera entrega –81 minutos–, a partir de otro caso real, el de Leroy Logan, que entró a formar parte de la policía para tratar de cambiar las cosas desde dentro, cuando su propio padre había sido víctima de una brutal agresión policial. Le da vida el actor más conocido de la serie, John Boyega, que después de llevar la armadura blanca imperial viste el traje negro de un bobby. Ya se las había visto con polis racistas en la infravalorada Detroit (Kathryn Bigelow, 2017).

‘Rojo, blanco y azul’ es la tercera entrega de la serie. Foto: Movistar+.

Al otro lado de las rejas, está Alex Weathle, otro personaje muy real –esta vez interpretado por el novel Sheyi Cole–, el protagonista de la cuarta entrega, que lleva su nombre, Alex Weathle –67 minutos–. Otra vida ejemplar. Abandonado en un orfanato, acabará por dar con sus huesos en la cárcel tras participar en las revueltas de Brixton (1981), donde un gigantesco rastaman le instruirá sobre la vida. Le fue bien, ya que se formó en la cárcel, leyó mucho, y publicó su primer libro, Brixton Rock, en 1999, primera piedra de una larga carrera literaria.

La cuarta entrega relata la historia de Alex Weathle, otro personaje muy real y otra vida ejemplar, encarcelado por participar en las revueltas de Brixton de 1981

Educación, el quinto episodio –64 minutos–, vuelve a ser la contundente denuncia de un sistema racista que imposibilita la escalada social de quienes nacieron con la piel más oscura. El niño protagonista es reorientado a una “escuela especial”, que se revela ser un centro para niños “subnormales” (incorrecta terminología de la época). La madre, saturada por su trabajo de cuidadora y en el hogar, no se da cuenta hasta que un grupo de activistas le abre los ojos. Es el más emocionante del cuarteto, y el más doméstico. 

Alex Weathle lleva por nombre el de su personaje protagonista. Foto: Movistar+.

El episodio estrella: ‘Lovers Rock’

Aunque impecablemente rodados, los cuatro episodios comentados encajan en un realismo social que tiene de novedoso, sobre todo, su negritud, amén de una cierta sofisticación visual que moderniza el género. Lovers Rock –71 minutos– rompe sin embargo la baraja y eleva la propuesta a lo más alto, porque sencillamente es de otra galaxia. Una auténtica obra maestra que se sacude el sambenito de ‘Basado en hechos reales’ para ceñirse al desarrollo de una fiesta en una casa, desde que se instalan los bafles de un clásico sound System jamaicano hasta el alba.

«Lovers Rock no sólo es el mayor monumento que se ha erigido a la música jamaicana desde el clásico The Harder They Come , sino también una experiencia absolutamente inmersiva, hipnótica y sensorial»

Philipp Engel

Lovers Rock incluye algunos ingredientes dramáticos –un par de invitados que no se comportan demasiado bien, una amiga que se va antes de tiempo–, y en honor al estilo de reggae que le da título se vertebra en torno al (accidentado) encuentro de una pareja, pero por encima de todo nos brinda la experiencia de participar en una de esas fiestas –blues parties– que se montaban en casas vaciadas de sus muebles para la ocasión,  porque básicamente los negros no tenían acceso a las discotecas de los blancos. En Lovers Rock, la protagonista es la propia fiesta.

Lovers Rock. Foto: Movistar+.

El elemento romántico y las puntillas dramáticas no son más que asideros para que aquel que permanece en un rincón –el típico mirón– se lance a la pista y participe en la fiesta a golpe de single entre los cuerpos que se mueven al ritmo sensual de la música, mientras el dj dispara sus arengas. Una pena que todo eso esté ahora mismo prohibido.

Lovers Rock no sólo es el mayor monumento que se ha erigido a la música jamaicana desde el clásico The Harder They Come (Perry Henzell, 1972), sino que también ofrece una experiencia absolutamente inmersiva, hipnótica y sensorial que cobra especial significado para todo aquel que haya vivido la música de una u otra manera, pero siempre más allá de los tópicos y las ideas preconcebidas. Ojalá Lovers Rock se lleve el Oscar, y lo que haga falta. No se descarta: el año pasado ganó la coreana Parásitos, otra rareza en la historia de los premios de la Academia. Muchos no se lo esperaban.

Estreno: 7 de diciembre.

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