¿Dónde estabas en aquel ‘Verano del 85’?

François Ozon filma en celuloide una película de amores adolescentes que apela a la nostalgia y nos transporta a mediados de los 80

Verano del 85. Foto ©2020_MANDARIN PRODUCTION_FOZ_CINEMA_PLAYTIME PRODUCTION_SCOPE PICTURES.

Verano del 85. Foto ©2020_MANDARIN PRODUCTION_FOZ_CINEMA_PLAYTIME PRODUCTION_SCOPE PICTURES.

El prolífico director de películas como En la casa, 8 mujeres o Swimming Pool siempre quiso llevar a la pantalla Dance on my grave, la novela del británico Aidan Chambers sobre el despertar (homo-) sexual de un adolescente de 16 años. También gay, Ozon se vio sin duda reflejado en Alexis, el personaje que interpreta Félix Lefebvre –uno de los chavales superdotados y suicidas de la notable La última lección (Sébastien Marnier, 2018)–. Lefebvre es como un Ozon en pequeñín, su más que probable miniyo. 

Ozon leyó la novela precisamente a mediados de los 80, cuando él también era un chaval que empezaba a rodar cortos. En la novela como en la película, Alexis sueña con convertirse en escritor. De hecho, asistimos a su formación como tal, ya que las propias imágenes del film provienen de su relato de los hechos. Una visión inevitablemente subjetiva que Ozon ha hecho suya, trasladando la acción a la alta Normandía, en la costa gala del Canal de la Mancha, y a la época en la que le impactó perdurablemente aquella lectura. Alexis es Ozon inventando su propia historia. 

35 años y una veintena de largos ha tardado en reproducir aquella lectura fundacional cuyo imaginario, según ha reconocido el director, salpica toda su filmografía. Hay un momento travestismo, como en Una nueva amiga (2014); una relación atípica entre profesor y alumno, como En la casa (2012); una escena en una morgue, como en Bajo la arena (2000); y otra en el cementerio, como en Frantz (2016). La parte fúnebre viene de que uno de los dos chavales, en efecto, muere. 

‘El rayo verde’, de François Ozon

Ozon acostumbra a pasar como el alumno aplicadísimo, aunque nunca del todo genial, del gran Éric Rohmer. De hecho, Rohmer fue profesor de Ozon en esos mismos años 80, en la Universidad Paris I, y hace unos años el director deVerano del 85 seleccionó como secuencia favorita el final de El rayo verde (1986). Ya saben, cuando Marie Rivière se sienta a contemplar la puesta de sol, preguntándose si ha conocido al amor de su vida. Si aparece el rayo verde será que sí. Suspense. 

Verano del 85 tiene, claro, esa luz estival que baña también el metraje de La rodilla de Clara o Un cuento de verano, y que Ozon reproduce recurriendo al celuloide añejo, rodando la película en super 16, el formato que utilizó para sus primeros cortos, en la misma época. La luz y los colores de los 80 rinden gustosamente en esta cinta fotografiada por Hichame Alaouié. La ambientación también está muy cuidada tanto en vestuario como a nivel musical. Un revival en toda regla. 

La banda sonora de los 80

El impacto generacional está asegurado cuando la película se abre con una atronadora In Between Days, que está particularmente bien seleccionada, ya que The Cure se había convertido en un fenómeno de masas adolescentes al otro lado de los Pirineos. Me llamaba mucho la atención cada vez que los cruzaba a bordo del Catalán Talgo, porque en España la banda de Robert Smith era totalmente desconocida, salvo en los ambientes más góticos, por supuesto. 

Metido a dj de Radio Nostalgie, Ozon también pincha los significativos Cruel Summer, de Bananarama, y Toute premiere fois, de Jeanne Mas, así como el descomunal Self Control, deRaf, himno italo que también suena en la serie de Luca Guadagnino We Are Who We Are.

En la habitación de Alexis, típica habitación adolescente que parece todo un altar a los 80, también puede verse un póster del mítico Chercher le garçon, de Taxi Girl, que causó furor en toda Francia, por mucho que se tratara de un tema tan específicamente gay. La canción con mayor valor dramático es algo más hortera: Sailing, de Rod Stewart. 

El efecto Guadagnino

Hablando de Guadagnino, Verano del 85 también tiene algo de Call Me By Your Name en cuanto trata de una homosexualidad casi idílica, anterior al sida, que fluye con naturalidad sin obstáculos de ningún tipo, aunque la diferencia de edad entre ellos es mínima. La comparación puede resultar incluso curiosa ya que, si hubiera algún hermanamiento entre las dos películas, el italiano, presidente del Jurado del pasado festival de San Sebastián donde Verano del 85 se presentó a concurso, no supo o no quiso verlo, pues no le otorgó ni un solo premio a la película. 

Verano del 85 se estrena el 9 de octubre.
‘Verano del 85’ se estrena el 9 de octubre.

Los chavales están bien, tienen su carisma, mientras que Melvil Poupaud y Valeria Bruni Tedeshi completan el reparto casi como estrellas invitadas, muy conformes a lo que, a estas alturas, se puede esperar de ellos. Él es el profesor que “entiende”, a su alumno, un poco como el padre de Elio en la película de Guadagnino, y ella, la viuda algo histérica y madre de David, el amante de Alexis, interpretado por el más viril Benjamin Voisin.

Verano del 85 gana enteros como canción del verano, que arranca jovial y acaba sonando dolorosamente nostálgica conforme el tiempo se escurre como arena entre los dedos. El hedonismo y su cruz tan propios de la estación vacacional tutean a cualquier espectador, importando poco o nada que se trate de un romance entre dos chicos. 

El problema es que esta historia que quiere seducirnos con el encanto de sus torpezas tiene un marco demasiado aparatoso que rompe la magia. La promesa un tanto estrafalaria y demasiado pueril, incluso para una película de amores adolescentes, que Alexis le hace a David es tomada como pretexto para retorcer la trama, en una mezcla de suspense y metaficción, que deviene un tanto indigesta. Hubiera ganado con una premisa más sencilla, como la de simplemente sentarse a esperar si aparece o no el famoso rayo verde. Claro que entonces sería una teen movie más. 

Estreno: 9 octubre.

a.
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