Diez películas de James Bond para viajar por la arquitectura

En cada película James Bond viaja a media docena de países. Y en ellos se despliegan interesantes muestras de la arquitectura, desde grandes palacios a vanguardistas sedes de villanos

En cada nueva película de James Bond, los seguidores siempre están atentos a tres novedades: quién hará el papel del malvado, quién será la ‘chica Bond’, y cuáles serán los nuevos gadgets (donde la producción aprovecha para promocionar modelos de coches y relojes).

Pero pocos seguidores de la saga del espía-asesino de Su Majestad tiene en cuenta que en cada episodio se despliegan importantes edificios que existen en la vida real, supremas muestras de diferentes estilos de arquitectura que permiten viajar por el mundo de la mano del agente 007.

La ilustradora Leonie Warthon, con el auspicio de Home Advisor, creó 50 dibujos en clave minimalista para conocer los diversos edificios que se presentan en los casi 60 años que lleva James Bond salvando el mundo.

Dr No

Las primeras películas de James Bond estaban tomadas de las novelas de Ian Fleming, quien se inspiró en varios espías reales para crear a su personaje.

En la primera de ellas, Dr No, de 1962, Bond (interpretado por Sean Connery) viaja a Jamaica. En el inicio de la novela, Fleming describe a Richmond Road como “la mejor carretera de todo el país”.

«Las mejores personas viven en sus grandes casas antiguas, cada una en un acre o dos de hermoso césped, demasiado recortado, con los mejores árboles y flores de los Jardines Botánicos de Hope».

En la elegante King’s House, Bond se reúne con el gobernador de la isla para averiguar qué pasó con el jefe de la estación del MI6, extrañamente desaparecido.

Goldfinger

Saltamos a 1964. En Goldfinger, Bond tiene la misión de seguir al misterioso Auric Goldfinger en el Fontainebleau, que cuando abrió una década antes, era el hotel más lujoso de Miami Beach.

El Fontainebleau era el hotel más lujoso de Miami cuando abrió en 1954, y allí Sean Connery perseguía a Auric Goldfinger

En medio de este complejo de aires neobarrocos, el espía se encontraba con Felix Leiter, un aliado de la CIA.

Operación Trueno

Cada película de Bond empieza con una secuencia de acción que prologa a los créditos. En Operación Trueno (1965) debuta uno de los artilugios más divertidos, la mochila voladora. Y lo hace en los jardines del Castillo de Bouvar, que en realidad es el Château d’Anet, un fastuoso palacio del siglo XIV ubicado en el norte de Francia.

Diamantes para la eternidad

Los esbirros del malvado Blofeld tienen al millonario Willard White secuestrado en una fastuosa casa modernista de Palm Springs.

Por supuesto que Bond lo libera, pero mientras reparte golpes y balas, podemos ver la interesante residencia del interiorista Arthur Elrod, diseñada por el arquitecto John Lautner en 1968 y decorada por su propietario.

La espía que me amó

El segundo Bond (bueno, el tercero si incluimos al olvidable George Lazenby) fue Roger Moore, quien con su estilo británico, dio una faceta menos dura al agente 007.

En La espía que me amó el espía se registra con Anya Amasova en el Hotel Cala di Volpe, un lujoso establecimiento en la costa norte de Cerdeña.

El arquitecto Jacques Couëlle lo diseñó para que parezca un antiguo pueblo de pescadores del Mediterráneo, en un complejo de tejados de terracota interconectados, torreones, pórticos y terrazas repletas de buganvillas.

Octopussy

En Octopussy Bond es secuestrado en el Palacio del Monzón, residencia de su enemigo Kamal Khan.

El palacio de Octopussy fue construido a fines del siglo XIX como residencia de la realeza india

Este palacio fue construido en 1884 en Udaipur, en el estado de Rajastán, como residencia para la realeza india, y como bien dice su nombre, para observar la evolución de los feroces tormentas tropicales conocidas como monzones. Actualmente es el hotel Taj Lake Palace.

Licencia para matar

En esta película Bond es encarnado por Timothy Dalton, un actor de raíz shakesperiana. Aquí se enfrenta al narcotraficante Franz Sánchez, propietario de una fastuosa residencia en Acapulco.

Se trata de la finca de los barones de Portanova, diseñada en estilo arabesco y con impactantes piscinas infinitas, que en los años ’80 era el epicentro del jet set en esta popular ciudad turística de México.

GoldenEye

La primera película con Pierce Brosnan en el rol protagónico nos lleva a una secuencia de acción en la presa de Versasca, que presenta un dique de hormigón de 220 metros de altura en Ticino, en Suiza.

Se suponía que el lugar era el arsenal químico de Arkangel, creado por la Unión Soviética en plena Guerra Fría.

El mundo nunca es suficiente

El mundo nunca es suficiente, la anteúltima película de Brosnan como 007 lo llevan a la Halton House en Buckinghamshire, Inglaterra.

La finca, construida para Alfred Rothschild en 1883, representa al Casino del Oro Negro, dirigido por el mafioso Valentin Zukovsky, en Bakú.

Tras la Primera Guerra pasó a manos de la Royal Air Force, que lo usa como oficinas y dependencias para sus oficiales.

Casino Royale

La película Casino Royale, que marca el debut de Daniel Craig, recupera el espíritu de las novelas de Fleming.

El casino que la bautiza es un spa llamado Lazne I, ubicado en la ciudad checa de Karlovy Vary.

La sala de juegos Casino Royale en realidad es un elegante spa de la República Checa

Se trata de un edificio de toques renacentistas, diseñado por Ferdinand Fellner y Herman Helmer en 1895. Inclusive, en los años ’80 tuvo una existencia efímera como casino.

Spectre

Y cerramos este breve paseo por la arquitectura de Bond con la película Spectre, de 2015.

En la película 007 se infiltra en el Palazzo Cardenza, en Roma, donde se reúne la plana mayor de la organización criminal.

Pero en realidad se trata del Palacio de Blenheim, una casa de campo en Oxfordshire construida en 1722 por Sir John Vanbrugh en estilo barroco.

El lugar es famoso porque allí nació un británico muy conocido en el siglo XX: Winston Churchill.

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