El viento que moldea las vides del Empordà

Estas tierras de abundante insolación y clima suave tienen a la tramontana como una protagonista imposible de evitar, pero que ayuda a producir uno de los mejor

A menos de dos horas de Barcelona se encuentra una de las regiones vinícolas más antiguas de Europa. Es el Empordà, una tierra que hace 25 siglos se abre al mundo del vino.

Y no sólo es una región de vides, su fama de gastronomía, sol, playa tiene alcance mundial. La DO Empordà cuenta con 48 bodegas y 290 productores inscriptos, y  en menos de 1.800 hectáreas han producido cinco millones de botellas para el mercado nacional y un millón más para el mercado extranjero.

Sus 55 municipios se dividen en las comarcas del Alt y el Baix Empordà, que cuentan con una gran heterogeneidad en los suelos y terrenos. Por lo general en las alturas se trata de texturas arenosas y pobres en materia orgánica, mientas que en las partes llanas son de origen pizarroso y de granito.

El viento, el gran protagonista de la región

El sello climático es el viento tramontana, que sopla desde el norte y en ocasiones –y son muy abundantes- supera los 120 kilómetros por hora, pero lo que puede ser molesto para los habitantes y turistas es una bendición para las vides. En tanto, la temperatura y la insolación son ideales para obtener vinos de gran calidad.

Este viento nos recibió cuando visitamos la Finca Garbet, al norte del Cap de Creus, en el extremo este de España. Con una copa de garnacha y unos ‘bunyols de vent’ (un postre excepcional), Delfi Sanahuja –enólogo del grup Perelada, propietario de estas tierras- explicó cómo es el proceso de cultivo y producción de las variedades cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc, syrah, y garnacha. La sensación de catar uno de los mejores vinos de España en la cuna misma de las vides es una sensación inolvidable.

do emporda

El desafío de crecer en los duros terrenos ampurdaneses

En el cercano pueblo de Campany se encuentra la bodega de Vinyes de Olivardots, y allí también hemos descubierto los productos de otras fincas como Terra Remota, Vinyes dels Aspres y Arche Pages; gente joven que emprenden proyectos que nadie puede calificar como sencillos.

De los vinos probados, el de Terra Remota me ha sorprendido por su personalidad, elegancia y por su gran potencial de envejecimiento. De su catálogo destacaría el rosado, que se presenta fresco, con buena acidez y se convierte en ideal para contemplar las puestas de sol en el Mediterráneo.

En el caso de los vinos de Arche Pages, son excelentes muestras del terroir y el entorno, porque exhiben una identidad y un carácter que enamoran a quienes lo prueban, como sucede con su Bonfill.

DO Emporda vides

En Vinyes de Olivardots, Carme Casacuberta persigue su sueño desde el 2002. Tuvo que esperar cuatro años para recoger la primer cosecha, y entre las suaves colinas de tierra de gresa ha conseguido crear vinos excepcionales, capaces de trasladar el carácter ampurdanés en sus productos. Aquí se presentan los vinos de colección Vd’O, pequeñas producciones donde las etiquetas se diferencian con colores por la variedad de uva.

Al final de la cata hemos probado el Vd’O 1.10 2010, galardonado como ‘Mejor vino de Cataluña’ el año pasado. Se trata de una producción de uvas cariñena plantadas en 1909 sobre terrenos de arena, que se presenta con un color cereza brillante, y una compleja conjugación de aromas. Se perciben aromas a este fruto rojo, grafitos y ahumados con aires de pizarra caliente. El paso en boca es sedoso, con taninos redondos, y un final largo y atrapante.

Estas tierras de hospitalidad y libertad, de gente abnegada en lograr el mejor producto posible, seguirá cimentando su justa fama de notoriedad. 

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