Sirot, el primer vino de cereza

No es un zumo ni un licor. Es un vino de 13º, elaborado cerca de Barcelona

Del 23 al 26 de octubre se realizó, junto con la Feria Hostelc (feria al servicio de la hostelería), la edición número 19 del Fórum Gastronómico, muestra que se celebra alternativamente en las ciudades de Girona y A Coruña. Esta feria del buen comer y buen beber, que nació en Vic en 1999, se ha convertido en una de las mayores expresiones gastronómicas del mundo.

Y entre las diversas novedades del Fórum también aparecen algunas singulares o insólitas, como es Sirot el primer vino realizado a base de cerezas, del mundo.

Sirot es un vino de crianza que se inició en 2010 y en su versión embotellada procede de las añadas 2014, 2015 y 2016, excelentes cosechas de cereza, que no tiene nada que ver ni con zumos ni con licores, y ha pasado por una fermentación alcohólica y una maloláctica, como cualquier otro vino, a pesar de que la materia prima -dos kilos de cerezas por botella-, es mucho mayor que en estos.

Los productos de Sirot han envejecido en barrica de roble francés durante nueve meses, y presentan unos aromas y sabores en línea con muchos vinos de uva de calidad, hasta el punto de que es muy difícil distinguirlos de entrada en una cata ciega, salvo porque los recuerdos a cereza que aparecen en las catas de tantos vinos aquí son mucho mayores.

Su aportación organoléptica revela un vino muy seco, contrariamente al dulzor que se le presupone. Se le percibe, sobre todo, afrutado y con un despliegue aromático importante, y por supuesto su volumen de alcohol, un 13%, es también parejo al de muchos vinos con grado. Su presencia es idéntica a la de cualquier vino de uva, por su color, densidad y brillo. Poco hace pensar que este sea un vino con un origen tan especial.

La idea de dos personalidades diferentes

Los creadores de Sirot son también socios al 50% de la bodega: Josep Badell y Eduard Piñol, con procedencias muy diferentes. Badell, el responsable del área técnica y (podríamos decir) enológica, procede del mundo de la comunicación, fue realizador de audiovisuales (muy reconocido y premiado en su sector) y Piñol viene del campo de las finanzas, en el que había trabajado durante 25 años, y se encarga de la contabilidad y el marketing. 

Badell descubrió por casualidad las posibilidades que brindaba un zumo de cerezas en fermentación natural, y a partir de aquí surgió la idea de desarrollar este proyecto que le llevó cinco años de investigación trabajando con procesos ecológicos y biodinámicos.

La financiación no fue fácil y el proyecto pasó por muchas penurias económicas hasta conseguir su desarrollo a partir de una inversión de 100.000 euros en maquinarias y materia prima, que ha permitido llegar a una producción de 15.000 botellas.

La nueva marca ha presentado dos vinos de características diferenciadas, un crianza y un tinto joven; y en breve espera colocar en el mercado unas 1.200 botellas de vino abocado, siempre de cerezas. Sirot además ofrece dos vinagres de cereza, un balsámico y una reducción. 

Badell Herrero, la bodega donde nació Sirot, tiene su sede en la Masia de Can Pi de la Serra, en Torrelles de Llobregat. Esta pequeña población cercana a Barcelona es una de las tres grandes capitales de la cereza del Baix Llobregat, junto a Sant Climent de Llobregat y Santa Coloma de Cervelló, en un entorno junto al río Llobregat y cerca del Garraf que invita a una visita…enogastronómica.

Un espacio de referencia

El Fórum Gastronómico es un referente en el mundo de la gastronomía, no sólo catalana o española, sino mundial. Algunos datos para tener en cuenta: se registraron cerca de 60.000 profesionales, 100 ponentes, más de 500 marcas de alimentación de todo el mundo, y se realizaron conferencias, talleres, presentaciones y monográficos como los dedicados al mundo del dulce con Christian Escribà, Paco Torreblanca, Nina Tarasova, Yann Couvreur, Marco Leone o Nando Jubany; a la alta gastronomía con profesionales de la altura de Carme Ruscalleda, Jordi Cruz y Paco Pérez; al mundo del vino, de la agricultura, de la coctelería y de las empresas de restauración.

También se entregaron premios como el del cocinero del año, concursos y jornadas monográficas capaces de crear nuevos conceptos gastronómicos, como el carpaccio de caracol.

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