Rosa Esteva: “En Barcelona es mejor ser mantera que tener un restaurante”

La fundadora de restaurantes como Mordisco (Barcelona) y Tomate (Madrid) alza la voz contra la ruina del sector y contra políticas que “enferman a la gente de tristeza”

Rosa Esteva. Foto: Anna Alós.

Fue noticia cuando el gobierno catalán ordenó cerrar a cal y canto bares y restaurantes a causa de la segunda oleada del Covid 19 y ella se negó. Rosa Esteva desobedeció, aunque fuera solo unas horas y su Mordisco se mantuvo abierto en Barcelona porque, además, acababa de instalar una máquina purificadora de aire. Era su forma de decir “señores, lo están haciendo ustedes muy mal y están aplicando la ilógica”.

La fundadora del Grupo Tragaluz (Madrid y Barcelona) no se anda con chiquitas. Nunca lo ha hecho, y cuando ha tenido que alzar la voz se ha escuchado como una de las más altas. Durante los meses de confinamiento sirvió comida a un grupo de médicos y sanitarios del Hospital Clínic de Barcelona y se dio cuenta de que estaban muy relajados en una sala, sin distancias ni mascarillas. Preguntó y en ese momento vio la solución: una máquina que depura el aire constantemente.

Hizo una inversión que al final tampoco le sirvió.

Exacto, pero bueno, ahí sigue la máquina, para tranquilidad de mis clientes. Cuando apareció el sida se recurrió al condón como gran solución. Pensé que esta situación también necesitaba una solución rápida y los médicos decían que la máquina era segura.

«Llamé a Xavi Mariscal y le dije que convirtiera el espacio interior en una terraza al menos visual. ¿No quieren terrazas? Pues yo se la pinto»

Rosa Esteva

Hay más en su lucha para adaptarse a las nuevas fórmulas de vida y de consumo.

Mucho más. Mire las paredes, eran blancas y ahora están pintadas con flores y plantas. Llamé a Xavi Mariscal y le dije que convirtiera el espacio interior en una terraza al menos visual. ¿No quieren terrazas? Pues yo se la pinto. He comprado dos cipreses porque simbolizaban comida y cobijo cuando no existían los letreros, y también en la pared de cristal de la sala grande hemos hecho zonas practicables, para que sea de verdad exterior.

La aportación de Xavier Mariscal a la nueva situación pintar una terraza interior. Foto: Anna Alós.
La aportación de Xavier Mariscal a la nueva situación pintar una terraza interior. Foto: Anna Alós.

En mi casa si, pero hay que tener claro que el peligro no está en los restaurantes, está en el transporte. No entiendo cómo actúan los políticos, al ayuntamiento actual está hundiendo Barcelona. Pascual Maragall levantó esta ciudad haciéndola interesante, y ahora no tiene ningún interés. A parte del problema del Covid, ¿qué es ahora? Si solo cierran tiendas, si no se puede descargar en los restaurantes y bares porque los carriles bici lo impiden. El Paseo de Gràcia era un eje importante, ahora van cerrando tiendas y locales cada día.

«Si un médico no opera sin título, ¿por qué entonces manda gente que no sabe de nada?»

Rosa Esteva

Comparte la idea de que el Paseo de Gràcia es ahora un bulevar triste.

Claro. Y además entrar en Barcelona ya es una dificultad y moverse por las calles es muy complicado. Hablo con los taxistas, porque comprenderá que a mi edad a una bici no me subo, y dicen que están arruinándose porque no hay turismo, no viene nadie.

¿Tiene la sensación de que aíslan Barcelona del resto de España?

Totalmente, y nos comprarán los chinos, y seremos pobres, que nos quede claro. Un médico no opera sin título, ¿por qué entonces manda gente que no sabe de nada? Un empresario sabe lo que cuesta avanzar, se necesitan empresarios, gestores que dirijan este desastre. Mire, tal y como nos aprietan no me queda sino decir que en Barcelona es mejor ser mantera que tener un restaurante. Se lo dije al propietario de una tienda centenaria que está desesperado: pon tus productos extendidos en el suelo sobre una manta, igual no te cobran impuestos y te ayudan.

Se supone que el ayuntamiento de Barcelona, por ideología del grupo mayoritario, trabaja para los más desfavorecidos.

No saben el daño que han hecho con el cierre de la restauración, la cantidad de gente trabajadora que está sin cobrar y sin poder pagar sus facturas. Hay mucho daño colateral porque falta gente competente en el poder, está claro. Hace unos días caminaba por el Eixample y vi grupos de escolares sentados en el suelo en círculos, haciendo clases al aire libre. Yo solo pensaba cómo pueden sentarse en un asfalto tan sucio. Hay pipís, hay cacas, papeles, de todo. ¿En serio los restaurantes hemos sido el problema?

La empresaria junto a la máquina del filtro depurador del aire. Foto: Anna Alós.

¿Visualiza una crisis en el ánimo del sector de la restauración?

Pues claro, los locales de ocio aportamos alegría, damos a las personas un lugar en el que estar o encontrarse y de repente ya no hay. La gente está enfermando de tristeza, yo misma si he de vivir con tantas prohibiciones prefiero morir. Este es un virus mentiroso. Si me dicen que no puedo estar con mis nietos, con mis amigos… ¿qué hago? No están hablando de la gente que viaja en transporte público y va a trabajar. ¿Están exentos del virus? Me pregunto si los funcionarios que mandan piensan en el futuro, porque una ciudad sin ocio y sin tiendas será complicada.

«Los locales de ocio aportamos alegría (…). La gente está enfermando de tristeza, yo misma si he de vivir con tantas prohibiciones prefiero morir»

Rosa Esteva

Quizás la han clasificado en un sector pijo que se autoabastece.

Esto de ser pija no acabo de entenderlo, porque yo trabajo más que nadie y, si quiero salvar esta ciudad, es para que mis nietos y mis empleados tengan un futuro, insisto en eso.

¿No cree que a Barcelona le tocaba una reducción de coches?

Claro que sí, está bien hacerla, pero no como lo han hecho y con imposiciones. Han creado enfrentamiento, la gente está irascible y de mal humor.

La zona acristalada que se ha abierto en parte para acercarse al concepto de terraza. Foto Anna Alós.
La zona acristalada que se ha abierto en parte para acercarse al concepto de terraza. Foto Anna Alós.

Quizás porque la covid nos ha instalado en la incertidumbre

Así es. Es como el toque de queda, que me parece absurdo porque la gente joven se reúne en casas hasta las 6 de la madrugada. ¿O esperaban que los jóvenes no se vieran? ¿Se imagina estar enamorada y no poder ver a su pareja? ¿Hay algo más absurdo? Y si va usted a por el pan, ¿guarda el metro y medio de distancia con la gente? ¿Y en el súper? Lo que le digo, es un virus mentiroso.

¿Puede aportar alguna solución?

Si, aprendamos a convivir con la enfermedad, es lo que toca. Que cada cual se responsabilice de sí mismo y de su entorno, porque prohibir los abrazos y los momentos de alegría no es un buen asunto.

a.
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