Romain Fornell: el ‘enfant terrible’ de la cocina vuelve al Mediterráneo

Cuando tenía 24 años Romain Fornell se consagró como el ganador de una estrella Michelin más joven de la historia. Enamorado de Barcelona, presenta su nueva propuesta de cocina marinera en el Tejada Mar

Romain Fornell2. Foto JP Chuet-Missé

Sin proponérselo Romain Fornell cuenta con un doble récord en la galaxia de las estrellas Michelin. Fue el más joven en la historia en conseguir uno de los galardones (tenía 24 años cuando la recibió por el restaurante Chaldete, en Lozere, en 2001) y cuando se llevó otra por el Caelis (en el 2004), se convirtió en el único francés en obtener la distinción en España y en el país galo. 

A sus 45 años y con una larga carrera a sus espaldas, Fornell sigue apostando a doble o nada.  

El mejor ejemplo es Tejada Mar (Passeig del Mare Nostrum, 19-21, Barcelona), que técnicamente no es un restaurante nuevo, pero es como si lo fuera: ni bien se inauguró el año pasado la pandemia le obligó a cambiar de planes, y aprovecharon el cierre para emprender una profunda reforma. 

“Hemos invertido un millón de euros” en la renovación describe a Tendencias Hoy, y el resultado está a la vista.  

Sala del Tejada Mar. Foto Arduino Vannucchi

El hermano mayor 

Hace una semana reabrió este restaurante, que lo presenta como “el hermano mayor del Casa Tejada”.  

El Tejada Mar es presentado como el hermano mayor del Casa Tejada, restaurante de arroces y cocina marinera en la zona alta de Barcelona 

La referencia es al local que tiene en el Turó Park, en la zona alta de Barcelona, que lleva adelante hace cinco años, uno de los tantos restaurantes en los que está dejando huella. 

Tejada Mar se encuentra debajo del Hotel W, en el extremo sur del Paseo Marítimo de Barcelona, espacio que concentra una media docena de locales gastronómicos de alta categoría.  

Romain Fornell renueva la oferta gastronómica frente a la costa de Barcelona. Foto JP Chuet-Missé

Un espacio protegido de Barcelona 

“Esto es como un oasis, es una zona cuidada, con seguridad, donde da gusto venir a comer o tomar algo frente al mar”, dice. 

Y aunque no lo explicita, queda claro que la comparación es con el Puerto Olímpico, que en las últimas décadas ha visto caer su nivel al punto que el Ayuntamiento ha decidido suspender la licencia de los locales gastronómicos, que la mayoría había derivado en bares de shisha y restaurantes que solo miran al turista. 

Fornell detalla que el Tejada Mar “está pensado para la gente de aquí”, con una propuesta de tapas escoradas a la tradición marinera, un homenaje al barrio de Barceloneta que se traduce en arroces y mariscos preparados por el chef Luca Pinna

Ostras especial Sorlut. Foto JP Chuet-Missé

Lleno total 

El local cuenta con 190 metros cuadrados divididos en tres ambientes: la sala interior, con una decoración de tonos vivos y un pulpo gigantesco que vigila desde el techo; otra sala con una pérgola ideal para cuando el sol eleva el termostato y una terraza al aire libre, todo un balcón frente al Mediterráneo y la pequeña bahía que forma el litoral costero de Barcelona. 

Tiene una capacidad para 100 cubiertos, y por lo que comprueba Fornell en su primera semana de 2021, ya no dan abasto: “el sábado hicimos 300 cubiertos”, describe. 

El Tejada Mar cuenta con 100 cubiertos, y ya en los primeros fines de semana tienen lleno total 

Este chef francés, que reside en Barcelona desde el 2002, califica al Terrada Mar como “un bistro del mar. Es un restaurante sin complicaciones, pensado para pasarlo bien”. 

Carpaccio de atún toro. Foto JP Chuet-Missé

Con el mar como telón de fondo, no hay otra forma de encarar la vida. Y por supuesto, la comida ayuda a lograr ese nirvana gastronómico. 

Despliegue de mar y montaña 

En la degustación que ofreció Fornell desplegó una serie de tapas de mar y montaña, más de lo primero que lo segundo. 

El paseo se inició con unas ostras especial Sorlut con mignonette, provenientes de Marennes (Nueva Aquitania, Francia), seguidas por unas cremosas croquetas de jamón ibérico, un carpaccio de atún toro, mostaza y sésamo, los calamares a la andaluza con mayonesa de limón (guiño a los restaurantes de Barceloneta), un plato de jamón ibérico 100% de bellota y unas almejas en salsa thai. 

Almejas en salsa thai. Foto JP Chuet-Missé

Como acompañante, un recomendado Chateau Grézan, chardonnay de Faugères, aunque algunos también optaron por el cava Terra de Marca, un Brut Reserva 72 més, del Penedés. 

El ascenso a esta cumbre gastronómica fue con el arroz de gamba roja (de tamaño XL), con calamares y mejillones de roca, la prueba de que los arroces no son iguales: algunos son difíciles de superar. 

De postre, un surtido de gustos dulces, con los bocados de piña, el mousse de chocolate, el cheescake Salvador Dalí y el surtido de helados. 

Calamar a la andaluza. Foto JP Chuet-Missé

Mejor compartir 

Además de estos platos, en el Tejada Mar también se pueden probar el cangrejo real de Alaska con mayonesa de wasabi, el bogavante azul al ajillo o el entrecote al corte japonés txogitxu. 

El secreto, precisa Fornell, es que cada dos personas pidan cuatro entrantes para compartir, y luego se decidan por alguna de las paellas o arroces. La elección nunca falla. 

Arroz de gamba roja con calamares y mejillon de roca. Foto JP Chuet-Missé

Enamorado de Barcelona 

Desde que se instaló definitivamente en Barcelona hace casi dos décadas Fornell imprimió con su sello algunos de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad. 

Regresó a la ciudad condal para tomar las riendas del Diana, en el hotel El Palace,luego reconvertido en el Caelis, que en el 2006 ganó el premio al Restaurante del Año otorgado por la Academia Catalana de Gastronomía. 

Fornell ganó a los 24 años una estrella Michelin por el restaurante Chaldette 

Cafe Emma, Café TuróÉpicerie y Joëls Oyster Bar se incorporaron a su currículum, y en 2015 fue nombrado director gastronómico de todos los espacios de restauración del Hostal de La Gavina de S´Agaró (Costa Brava, Girona). De hecho el restaurante cambió su nombre en 2016 por el de Candlelight by Romain Fornell

Mousse de chocolate, cheescake y surtido de helados. Foto JP Chuet-Missé

Al año siguiente se lanzó a resucitar el mítico Casa Leopoldo, aquel templo gastronómico de Manuel Vazquez Montalbán “el único de todos los restaurantes que me falta volver a abrir”, confiesa 

Cuando el Caelis se trasladó al Hotel Ohla Barcelona fue nombrado como chef-director de este establecimiento cinco estrellas, que incluyen el Caelis Privé, La PlassohlaVistro49 y la terraza, RoofTop Ohla Barcelona. 

En el 2018 fue la apertura del Casa Tejada, y el regreso del Tejada Mar marca otro capítulo de una carrera en la que no paró ni un minuto. Aunque su local frente al Mediterráneo invite precisamente a lo contrario, a la desconexión frente al Mediterráneo. 

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