Este otoño es momento de probar los sabores de Cantabria

Castañas, tomates, anchoas, un potente cocido, una quesada y un buen orujo es el menú ideal para disfrutar de los sabores cántabros en la antesala del otoño

Un contundente cocido montañés y sus ingredientes

Ya estamos en la recta final del verano, y en regiones de España como en la cornisa cantábrica la presencia de temperaturas más suaves y días de cielos indecisos anuncian que el otoño está golpeando a las puertas.

La abundante variedad de ingredientes de mar y montaña convierten la elaboración de un menú otoñal en un desafío a la hora de decidirse por la gran cantidad de sabores y aromas.

Un menú cántabro con gusto a otoño

Pero con la ayuda de Turismo de Cantabria podemos elaborar tres platos, entre aperitivo, principal y postre, que permitan descubrir los sabores de la nueva temporada.

Una forma de despertar el apetito es realizar una caminata por los montes en búsqueda de castañas, y luego asarlas por la tarde tras la comida

Quizás uno crea que todo se resuelve pasando por el mercado. Pues no: para honrar a la tradición gastronómica local hay que calzarse las botas, estar preparados para el barro y salir a buscar castañas en los montes cántabros. Porque la recompensa de estos frutos secos asados no tiene parangón.

El encanto de las castañas asadas. Foto Wikipedia

Tapas de anchoas, queso y tomate

Tras la excursión matinal, es hora de preparar la mesa. Y empezar este viaje gastronómico con una tapa elaborada con las célebres anchoas de Santoña.

Hay que dejar que el aceite impregne el plato, y recordar cómo la tradición de pescar y preparar estos pequeños pescados fue gracias a la influencia siciliana en estas costas, que se siguen capturando de manera artesanal para cuidar el patrimonio marítimo.

Anchoas de Santoña. Foto Wikipedia

Las anchoas se pueden degustar solas o preparadas como tapa combinada con los riquísimos tomates de Galizano.

A esta pequeña preparación se le puede añadir un queso suave, como la denominación de origen de nata de Cantabria y un toque de mermelada, en una fascinante combinación de sabores.

El cocido montañés, impacto gastronómico en Cantabria

A la hora del plato principal, el otoño cántabro tienta con la variedad de legumbres que son tradicionales en la cocina, como las alubias o la variedad conocida como caricos.

El cocido montañés se puede preparar en la olla ferrovaria, que hereda la creatividad de los empleados del tren en su búsqueda de platos calóricos mientras trabajaban

Estas se pueden combinar con productos de mar y montaña, como las alubias con almejas o los caricos con chorizo y morcilla elaboradas con ollas ferroviarias.

Tapa de anchoa, mermelada, queso y pan. Foto Turismo de Cantabria

Estas son herederas de aquellos improvisados artilugios con que los empleados de la línea de Bilbao a León crearon a fines del s.XIX para preparar platos calóricos aprovechado el carbón de las locomotoras de vapor.

En ellas también se puede cocinar el cocido lebaniego o el montañés. Este último antiguamente era conocido como potaje u olla podrida, con sus raíces que se remontan al s.XVII.

Qué lleva el cocido montañés

A diferencia del lebaniego, el cocido montañés se elabora con caldo e ingredientes juntos. Otra diferencia es que el primero cuenta con garbanzos y repollo, mientras que el segundo recurre a las alubias y la berza (col forrajera).

También se le añade morcilla, chorizo, pimentón y orejas de cerdo. O sea, un plato contundente, elaborado con calma y a fuego lento, pero cuya espera matizada con la tapa de anchoa y tomate vale la pena.

El cocido montañés, uno de los platos típicos de Cantabria. Foto Trevor Huxman | Flickr

La quesada de los valles de Cantabria

De postre, se sugiere la quesada de los Valles Pasiegos; elaborada con leche de las granjas de Selaya, Vega de Pas, Villacarriedo y Alceda-Ontaneda.

El queso fresco de estos pueblos se mezcla con mantequilla, huevos, limón, miel o azúcar y canela, y tras un pase en el horno, se crea un postre con una consistencia parecida a la de un pudin.

Quesada pasiega. Foto España fascinante

Si bien sus primeras recetas datan de fines del s.XIX, en el Arcipreste de Hita (s.XIV) se cita un dulce elaborado con queso muy similar a este manjar.

Para ayudar al cuerpo a asimilar este festival gastronómico se puede probar el típico orujo lebaniego o probar un té del puerto, elaborado con la planta Sideritis hyssopifolia y que además de digestivo también tiene beneficiosas propiedades para el cuerpo.

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