L’Olivé: un clásico de Barcelona que nunca falla

Con más de tres décadas de vida, L’Olivé mantiene su prestigio de comida tradicional combinada con audaces combinaciones vanguardistas

No es fácil que un restaurante cumpla 34 años de vida. L’Olivé tiene más de tres décadas de servicio ininterrumpido, donde sólo hay un paréntesis para unas reformas que han dado paso a una interesante modernización.

Y no sólo fue una reforma de la sala, sino que también se aprovechó para actualizar los platos de la carta, para adaptarla a los nuevos tiempos, pero sin perder su esencia, esa que lo llevó a ser un clásico de la escena barcelonesa.

Los cambios en L’Olivé

Para los que habían conocido al antiguo L’Olivé les va a gustar esta metamorfosis, este cambio de look con una decoración dominante por el verde oliva oscuro, todo un guiño a su nombre que lleva la firma del estudio Lázaro Rosa-Violán

Varias dependencias conforman este restaurante: la entrada está dominada por su barra para esperar a ser sentado (¡cómo me gusta comenzar con un cóctel!). El pasillo al comedor cuenta con alegres mosaicos del suelo que indican el camino a seguir. Y el mobiliario en verde oscuro recuerda a las cocinas clásicas, con la excelente materia prima a la vista.

El corazón del restaurante

Detrás, entre los anaqueles, se puede ver la pulcra cocina en pleno funcionamiento, una señal inequívoca de que aquí se come bien.

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La elección de los productos es clave para la calidad de L’Olivé.

Un imprescindible horno Josper preside esta sala de operaciones, que es el corazón de este restaurante.

La sala del patio tiene iluminación natural a través de una claraboya y salida a un jardín vertical que le otorga mucha frescura. Jarrones y plantas rematan este escenario. El salón principal con sus espejos que ayudan a dar esa sensación de amplitud y grandiosidad.

En la sala, el servicio mantiene una línea de aprendizaje generacional entre los trabajadores más veteranos y los más jóvenes

El servicio mantiene esa línea de aprendizaje generacional, donde los veteranos son mentores de los más jóvenes, dirigido por la atenta mirada de su jefe de sala Albert Alonso, que cuenta con muchas tablas acumuladas.

Las claves de la cocina

La cocina sigue siendo igual de sabrosa o más, pero enlazando con los platos saludables y ligeros. Las propuestas se garantizan gracias a la elección de sus proveedores escogidos, y la carta de vinos con 125 referencias, desde las más clásicas hasta las más modernas, llevan la calidad un paso más allá.

Esqueixada de bacalao
Esqueixada de bacalao.

Su chef César Pastor, con dilatada experiencia en otros restaurantes, ha potenciado el marisco, los arroces, las sugerencias y ha revisado guisos tradicionales como los callos con garbanzos y el canelón de pularda.

Tradición y modernidad

Platos de la cocina tradicional como el rape a la donostiarra se mezclan con las más modernas de lubina con salsa de estragón o el tataki de atún a la brasa con foie.

Croquetas de pollo
Croquetas de pollo. 

Los postres también se han unido a esta evolución con propuestas como helado de coco con fondo de crema catalana, tiramisú por partes o timbal de fresones con crema caramelizada y sorbete de limón.

La degustación

Los primeros platos fueron acompañados por un Fransola de Bodegas Torres (DO Penedès), que se caracteriza por sus aromas de lichi y fruta tropical.

Canelón de txangurro
Canelón de txangurro.

El primero fue la esqueixada de bacalao, un plato popular de la gastronomía catalana muy refrescante. Bajo en calorías, es una fuente importante de proteínas.

El horno Josper logra que el rape a la plancha tenga un inolvidable perfume ahumado

Tras unas croquetas de pollo, pasamos a un canelón de txangurro cubierto de calabacín, mayonesa de perejil, huevas de salmón y tomate cortado muy fino.

Tartar de atún
Tartar de atún.

Los segundos

La segunda parte llegaron un tartar de atún, los dulces guisantes de temporada con papada y el arroz con mariscos, regados con el Rita de Vinyes Domènech (DO Montsant), de notas balsámicas y minerales.

Con un Finca Malaveïna de Perelada (DO Empordà) pasamos al despliegue de carnes y pescados, como el rape a la plancha, que se termina de cocinar en el horno Josper para darle ese perfume ahumado; y el chuletón de vaca rubia gallega (muy sabroso).

Rape a la plancha
Rape a la plancha.

Los postres

El colofón fue una selección de chocolates en texturas, la delicada tarta de queso y el sifón de maracuyá y coulis de frambuesa.

Tarta de queso
Tarta de queso.

Tres décadas de historia

Abierto en 1984 por Josep Olivé, con su hijo Oriol este emprendedor gestiona cuatro locales en la ciudad: el Barceloneta, especializado en pescado y marisco; la taberna de tapas Paco Meralgo; la casa BarcelonaMilano que fusiona la gastronomía catalana con la italiana; y el bar Cañete, una clásica casa de comidas en Las Ramblas. En todos ellos, la receta de calidad nunca pierde vigencia.

Sifón de maracuyá y coulis de frambuesa
Sifón de maracuyá y coulis de frambuesa.

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