La mona de Pascua, el festival de la artesanía en chocolate

Durante la Semana Santa se venderán más de 700.000 monas en toda Cataluña. Esta es su historia y así es cómo se elaboran

La mona de Pascua es una costumbre mediterránea, principalmente catalana -y por extensión cultural también de Valencia, Mallorca, Menorca e Ibiza- que derivó en una gran fiesta de la pastelería y del chocolate en particular.

El origen del nombre proviene del árabe. La palabra «mûna” era un tributo especial del alquiler de tierras que se pagaba con comida, pasteles y huevos duros. En latín existía también el término “munda” para designar presentes a base de dulces que habría derivado en «monus».

La Pascua significaba y significa alegría, renacer, eclosión de la primavera y libertad, frente al silencio la reflexión y la penitencia de la Cuaresma. El lunes de Pascua era el símbolo de todo ello que se traducía también en la mesa. El Costumari del etnólogo Joan Amades explica que el postre de ese día estaba en consonancia con el dispendio gastronómico pascual y era, desde el siglo XV: la mona de Pascua. 

Un tradicional regalo de los padrinos

La tradición decía que en las casas donde había niños los padrinos entregaban este postre a los ahijados como presente, cerrando el bucle del regalo del palmón o la palma del domingo de Ramos por parte de las madrinas.

En la antigüedad se solían elaborar las monas en las casa, aunque poco a poco, primero los hornos y luego las pastelerías fueron abasteciendo del dulce de Pascua que inicialmente era un roscón (tortell) de pasta de pan (más tarde brioche) que llevaba tantos huevos como años tenían los niños. El huevo de Pascua era en realidad un símbolo de vida en las sociedades occidentales.

Más de 700.000 monas a la venta

Esta costumbre gastronómica se mantiene en auge a pesar de los precios elevados de las monas, que van desde los 30€ a los 300€. En cuanto a las cifras de ventas previstas por el Gremi de Pastisseria de Barcelona suponen un aumento de un 2% con respecto al 2016.

Mona de Pascua

Mona de Pascua con las figuras de los Trolls. / Foto: La Solidaria de La Palma.

Estos días los barceloneses consumirán unas 480.000 monas, y también se venderán 180.000 en Lleida, 150.000 en Girona, 50.000 en Tarragona. En toda Cataluña se despacharán 700.000 artesanías, donde los personajes de la Patrulla Canina, los Trolls, Ladybug, las muñecas Gorjuss, la Bella y la Bestia, los Pitufos, Star Wars y el Barça serán las figuras más vendidas.

Escribà se vuelca con un homenaje a Ferrari Land

La Pastelería barcelonesa Escribà presenta cada año una mona espectacular, como es tradición en muchos pasteleros que exponen una obra maestra en las vitrinas de sus negocios. Si en el 2016 fue el robot BB-8 de Stars Wars, este año Christian Escribà ha creado una reproducción del parque temático Ferrari Land de Port Aventura (Tarragona), realizada tras 160 horas de trabajo y con un total de 150 kilos de chocolate. La mona estará expuesta en la pastelería de la Gran Vía durante un mes y posteriormente se trasladará al propio Ferrari Land.

Mona de Pascua

Una mona solidaria en El Clot

Esta tradición genera cada año muchas historias particulares en las que cada maestro pastelero brinda lo mejor de sí mismo. Algunas tienen un gran impacto social como la “Mona Solidaria” que organiza La Palma, pastelería del Clot barcelonés, fundada en 1922 y dirigida por Ramon Pérez (tercera generación de pasteleros).

Por octavo año consecutivo La Palma está recaudando una gran cantidad de alimentos de primera necesidad, con destino al Banco de Alimentos del Clot, a cambio del derecho a un trozo de su mona monumental de más de 30 kilos de chocolate, que se repartirá en una gran fiesta el 22 de abril.

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