Lomo Bajo, el elegante desenfado de la carne

Este restaurante presenta, de la mano del chef Carlos Tejedor, una innovadora carta de bocadillos de carne. Porque la comida rápida también puede ser de calidad

¿Se puede presentar un menú de comida rápida pero de calidad alta? Lomo Bajo tiene la respuesta afirmativa, y lo demuestra en su local del centro de Barcelona, muy cerca del Paseo de Gràcia. Junto a su hermano Lomo Alto, un restaurante donde la carne alcanza su máximo esplendor, en este espacio lleno de luz (atención al interiorismo de Lázaro Rosa-Violán), los bocadillos reinan en la carta, y se perfilan como los grandes sucesores de las hamburguesas gourmet.

El chef de Lomo Alto y Lomo Bajo es Carlos Tejedor, que durante estos últimos años ha capitaneado propuestas como El Nacional y Speakeasy entre otros proyectos.

La propuesta gastronómica de Lomo Bajo es desenfadada e informal, un maridaje perfecto entre la carne y el pan, para convertir los bocadillos que salen de la cocina en auténticos emparedados gourmets de culto: panes creados por el equipo del chef Tejedor a partir de receta propia y rellenos de exquisitos cortes de ternera, vaca vieja y buey  (y aquí sí que es buey de verdad).

Mucho más que un bocadillo

La carta de Lomo Bajo está pensada para compartir y por ello es imprescindible no perderse los acompañamientos, que pueden actuar también como entrantes: las croquetas de cecina, preparadas con leche de caserío, pan tostado y maíz, son manjar de dioses. No pueden faltar los aros de patata, presentados en un original formato, que permite que al freírse no queden nada aceitosos, si no todo lo contrario, lo cual les confiere una textura perfecta.

El plato fuerte, la estrella de la casa, digno de premio es el tartar roll de buey con cebolla crujiente y cremosa yema de huevo, que se cocina como un tocinillo de cielo, un acierto más. El pan seleccionado para este bocadillo es un panecillo inglés abriochado, suave en textura y que se funde con el tartar de forma exquisita.

La segunda opción a compartir fue la excelente cecina roll extra de vaca, con brotes y cítricos, para conseguir un extra de sabor. Seguido del roll de sobrasada de buey con queso y miel, al usar carne bovina resulta menos grasoso en boca que el tradicional de cerdo. Ambos se preparan también con pan inglés. Las raciones son generosas por lo que es recomendable compartir y de esta manera poder probar diferentes opciones.

Una contundente hamburguesa, y un postre para rendirse

Cuando uno cree que es el final, a punto de pedir un alto el fuego, de levantar la bandera blanca y pedir la rendición sin condiciones, aparece majestuosa la hamburguesa gourmet por excelencia, esa irresistible pieza que se grabará con tinta indeleble en nuestra memoria más hedonista: la hamburguesa de buey, con queso, lechuga, tomate y cebolla a la brasa. Y el pan bretzel, que merece un capítulo aparte, no sólo por dignificar de una vez por todas el pan que envuelve la hamburguesa, sino por su punto exacto de sal y textura ni demasiado dura ni demasiado blanda: simplemente perfecta. La carne de buey con la que se rellena el interior se deja envejecer entre 65 y 75 días. Todo sabor y textura.

Pocas opciones en el apartado de postres pero suficientes para contentar a todos los paladares. El vaso de piña natural es una buena opción si apetece un postre ligero que ayude a digerir la intensa degustación de proteína animal. Para los que siempre guardan sitio para el postre, sin duda la elección será el babá a la birra y nata montada. Y para los amantes del chocolate, no podía faltar el vaso ‘chocolate, chocolate, chocolate’ que es una propuesta con un rico sabor a chocolate pero con una mousse ligera que no recargará este cierre.

 

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