Cuatro mujeres clave en el mundo del vino

Presentamos a cuatro mujeres que, con sacrificio y entusiasmo, trabajan en sus bodegas para que sus vinos tengan una excelente calidad

Hace tiempo que el vino no es territorio de hombres. Cada vez más mujeres, ya sea por herencia o vocación, tienen un importante lugar ganado en el mundo del vino. Estas cuatro mujeres son excelentes ejemplos de vidas dedicadas a las bodegas, las vides y la paciencia en producir el mejor vino de las tierras catalanas

4 Carme Casacuberta -- Vinyes d’Olivardots

Al pie de la sierra de la Alberta, en el Alt Empordà, Carme Casacuberta ha lanzado su proyecto Vinyes d'Olivardots. Con los títulos de enóloga y licenciada en ciencias químicas, desde 2002 comparte esta aventura con su marido Antoni Pena, desde que comenzaron a plantar las primeras cepas en 2002.
Cuatro años más tarde levantaron la bodega, diseñada para combinar métodos tradicionales (como el cultivo de gravedad) con tecnología de avanzada. En total Vinyes d'Olivardots cuenta con siete hectáreas de viñedos, que crecen sobre suelos de pizarra, gresa, arena y aluvial, que les permite producir las variedades cabernet sauvignon, syrah, garnacha, y tres de cariñena vieja que llegan al siglo de vida.
Hace siete años, han sumado las variedades de garnacha blanca roja y samos (cariñena) blanca, todas ellas autóctonas del Empordà y con una edad de entre 80 y 110 años.
Entre los numerosos premios que ha ganado la bodega de Carme, cabe destacar que hace pocos meses el Vd’O 1.10 2010 fue galardonado como uno de los mejores vinos de Cataluña en la 4ª edición de los Premios Vinari.

3 Sara Pérez -- Venus La Universal - Mas Martinet

Sara Pérez nació en Ginebra (Suiza), y antes de llegar al mundo profesional del vino, pasó por las carreras de biología y filosofía, hasta que recaló en enología.
Cuenta con dos proyectos paralelos: Mas Martinet, la bodega familiar de DO Priorat, y Venus La Universal, creada con su pareja René Barbier Jr. para producir vinos DO Monsant.
En esta última elaboran tres vinos: Venus (nombre elegido por Sara por su atracción por la mitología clásica), Dido y Dido Blanco, además de un rosado de edición limitada de 400 unidades.
Ha sido galardonada como mejor enóloga por la Asociación Catalana de Sumilleres, y la Cámara de Empresarios Hispano-Austriaca le ha otorgado un premio por sus trabajos en el mundo vitivinícola.
Sus carreras le ayudaron a producir vinos con elegancia y belleza, donde sus conocimientos de enología se potencian con sus saberes en el área de la biología, y la filosofía le ha servido para aprender que cada vino tiene un camino propio, y que es cuestión de explorarlo para lograr el mejor producto. 

2 Anne-Joséphine Cannan -- Clos Figueres

Anne-Joséphine Cannan pertenece a la familia que es propietaria de Clos Figueras, y toda su vida estuvo entrelazada con la saga de los viñedos. Tras haberse formado en la escuela de Enología y Viticultura de Falset, y luego de un paso como sumiller en el CETT de Barcelona, decidió viajar entre 2005 y 2008 para aprender más sobre el mundo del vino.
Así ha pasado por viñedos de Australia (Yalumba), Italia (Isole e Olena) y Argentina (Cellarword). En Singapur, ya en el 2012, se sumergió en el mundo de la distribución, la comunicación y el marketing, hasta que en París se asoció a Mediterranée & Co, para dedicarse a la importación de vinos del mediterráneo en París. 
De regreso en Cataluña, ha sido nombrada Brand Ambassador en España para Domaine Guigal, una bodega prestigiosa del Ródano.
Pero nunca quiso dejar de lado el legado familiar, y volvió a trabajar en Clos Figueres, la bodega fundada en 1997. Allí producen tres vinos tintos, un vino blanco y un dulce: Clos Figueres de las viñas viejas, Font de la Figuera Tinto de las cepas plantadas en 1998, y el reciente Serras del Priorat, un vino afrutado más enfocado al consumo rápido. 

1 Irene Alemany -- Bodegas Alemany i Corrio

Irene Alemany es pareja de Laurent Corrio , y juntos producen vinos en el Penedès desde 1999 desde las Bodegas Alemany i Corrio. Ella tiene una manera personal de entender la viticultura, y junto a su esposo, elaboran sus vinos con carácter y una gran fidelidad al terruño.
Su pasión comienza en un garaje de Vilafranca. Irene estudió Enología y Viticultura en la región francesa de Borgoña, donde luego trabajó cinco años, y en esa estadía conoció a Laurent.
Juntos pasaron una temporada trabajando en el condado de Sonoma, en California, y volvieron a Europa con la idea de afincarse en Francia. Pero recalaron en el Penedès, y decidieron apostar por la tierra natal de Irene con su primer vino, el Sot Lefriec 1999. Y se quedaron.
Tras la dura prueba que fue atravesar una enfermedad en 2012, Irene lanzó el proyecto El Microscopi 2013, un vino cuyos beneficios se destinan al Instituto Oncológico del Hospital Universitario Vall d’Hebrón de Barcelona, en agradecimiento al Programa de Cáncer de Mama de este centro sanitario.
Este vino se elabora con las variedades merlot, samos (cariñena) y cabernet sauvignon, y en su proceso no hay filtrado, porque se emplean las propias levaduras y bacterias autóctonas de la uva para su fermentación.

a.
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