Vinos de tinaja: la moda que regresa del pasado

La crianza y conservación del vino en tinajas se remonta a miles de años. Hoy, algunos bodegueros de nuestro país apuestan por esta antiquísima forma de elaboración

La elaboración en tinajas nos remonta a los orígenes del vino. Foto: Bodegas Vicente Gandía.

Tanto griegos como romanos eran conocedores de que una de los procedimientos más eficaces de elaborar, conservar y transportar el vino, antes incluso de la existencia de las barricas de madera, era mediante el uso de ánforas de barro.

La elaboración, posterior crianza y conservación del vino en recipientes de arcilla es un arte que nos habla de los inicios de la elaboración del vino.

Origenes georgianos

Las raíces de la elaboración del vino en tinaja se hallan en la región del Cáucaso, concretamente en Georgia. Este país es uno de los epicentros vitivinícolas más antiguos del mundo, y los arqueólogos han desenterrado tinajas de barro, conocidas localmente como kvevri, que fueron utilizadas para elaborar vino.

Los georgianos desarrollaron la técnica de macerar, fermentar, envejecer y almacenar el vino en grandes vasijas de barro hace unos 8.000 años. Hoy en día, los kvevri todavía se utilizan para producir los vinos tradicionales de la región.

Desarrollada en Georgia hace 8.000 años, hoy en día enólogos de Estados Unidos, Australia, Italia, Francia, Portugal o España están recuperando la elaboración de vino en vasijas de barro

El uso de estas vasijas de barro se extendió por el mundo antiguo a Egipto, Grecia, Roma y más allá. Se utilizaron para envejecer, guardar y transportar vino. La arcilla usada para hacer los recipientes era perfecta para almacenar y enviar el vino a través de del mundo conocido.

Hoy en día, enólogos de todo el mundo, desde Estados Unidos, pasando por Australia, Italia, Francia, Portugal, y por supuesto, también en España, están recuperando esta antiquísima técnica de elaboración.

Ceràmic Monastrell 2019. Foto: Bodegas Vicente Gandía.

La apuesta española

En nuestro país, un pequeño grupo de bodegueros están recuperando esta forma de elaboración, tan utilizada por nuestros antepasados, y han apostado por los conocidos como vinos de tinaja, pues consideran que la microoxigenación controlada por la porosidad de las paredes del barro aporta evidentes beneficios al vino.

También saben que las tinajas suponen una buena forma de controlar la temperatura del vino en cuanto a su fermentación y a su posterior crianza.

La microoxigenación de las paredes de barro y el control de la temperatura del vino están entre las ventajas de elaborar y envejecer los vinos en tinajas de barro

Por otra parte, es importante recalcar que en estos vinos la interacción del hombre es mínima, ya que el proceso de filtrado y clarificado se realiza de forma natural en la tinaja. Esto permite obtener vinos limpios, frescos y frutosos que se embotellan directamente desde la tinaja.

Ceràmic Monastrell 2019, Forlong Ánfora 2018, La Garnacha de la Madre 2016, Tinácula El Santillo 2020 y Tinaja 2019, son cinco vinos tintos españoles con crianza en tinajas de barro, que manifiestan la honestidad de unas elaboraciones únicas.

Ceràmic Monastrell 2019

La bodega valenciana Vicente Gandía presenta un vino criado en tinaja llamado Ceràmic Monastrell 2019, con DOP Valencia, que ha sido elaborado por el enólogo Pepe Hidalgo, director técnico de la bodega.

Ceràmic, del griego antiguo Keramiké (hecho de arcilla), es un vino elaborado con uvas de la variedad monastrell procedente de viñas viejas situadas en parcelas de estricto secano.

Criado durante 11 meses en barricas de tostado medio, es afinado en tinajas de cerámica al final de su crianza. La micro oxigenación que permite este material a través de las paredes del recipiente produce un aporte lento y continuo de oxígeno que preserva y potencia el sabor de la fruta, aportando frescura y expresividad, mientras que el paso por barrica le confiere una gran finura y elegancia.

De color rojo intenso, oscuro, destacan en nariz los finos aromas de ciruela madura, regaliz, coco y vainilla. Su paso por boca es amplio, robusto, de tanino dulce y refinada acidez, dejando en la boca sutiles recuerdos de frutas rojas muy maduras. Precio: 25,99 €.

Forlong Ánfora 2018

Desde el Puerto de Santa María, en Cádiz, nos llega el vino de autor Forlong Ánfora 2018, producido con la uva autóctona tintilla de Rota por Bodega de Forlong.

Es una elaboración con una crianza de 12 meses en ánfora de barro, con la que se consigue respetar y salvaguardar al máximo la frescura y los aromas primarios de esta variedad.

Posee una tonalidad cereza con leves tonos violáceos y aromas bien definidos a flores blancas, violetas y toques de fruta roja ácida como la grosella, también con recuerdos a laurel, pimienta negra y cayena. En boca se aprecia una frescura y una salinidad única, característica de los vinos de la zona. Es un vino marcado por el Atlántico sumamente elegante y equilibrado. Precio: 16,90 €.

La Garnacha de la Madre 2016

Bodegas Más Que Vinos, ubicada en la localidad toledana de Cabañas de Yepes, y adscrita a la denominación Vino de la Tierra de Castilla, cuenta entre sus diferentes propuestas con un vino de tinaja denominado La Garnacha de la Madre 2016.

Es un monovarietal elaborado con la mejor garnacha de viñas ecológicas de su finca El Horcajo. Se vendimia a mano, y la uva fermenta de forma espontánea en tinajas de barro con una crianza posterior de 12 meses.

De color rojo rubí, exhibe complejos aromas a pomelo, pimienta blanca y rosa, grafito, lavanda y curry, entremezclados con matices de sotobosque, comino, sándalo y grosella blanca. En el paladar se aprecia su interesante finura inicial, así como sus sabores a frutas rojas ácidas, pomelo y pimienta, con un fondo de té blanco y matices minerales. Presenta un retrogusto marcado y largo y taninos suaves y elegantes. Precio: 17,00 €.

Tinácula El Santillo 2020

Con DOP Ribera del Júcar, Tinácula el Santillo 2020 es un vino de parcela elaborado por Bodega Las Calzadas en la población conquense de Pozoamargo. Se produce con variedades autóctonas (cencibel, bobal y pardilla), procedentes de la parcela El Santillo, una pequeña viña de terroir con suelo arcilloso y calcáreo rodeada de monte, retama, tomillos, pinos piñoneros, morquera y romero.

Tinácula El Santillo sólo se elabora cuando la añada es excepcional como la del 2020. Fermentado con uva entera y pisado con los pies, los escasos 1.200 kg de la parcela se criaron durante 8 meses en una única tinaja, obteniendo 994 botellas numeradas manualmente, 30 mágnum y 4 Jeroboám.

De color rojo intenso, en nariz sorprende por sus aromas minerales, a frutos del bosque, a ciruelas, moras y cerezas maduras, a sotobosque, vainilla, regaliz y especias como la pimienta negra y el clavo. En boca denota frescura. La estimable carga frutal, toques minerales y taninos, le aportan su personal singularidad y donaire. Precio: 25,00 €.

Tinaja 2020

En Casas Ibáñez, en Albacete, en plena zona de La Manchuela, Bodegas Gratias produce un vino tinto natural al que han llamado Tinaja 2020. Se trata de una elaboración sin aditivos, sin sulfitos y en el que la materia prima se expresa por el camino que ella elige.

Se parte de una vendimia manual en cajas que permite la selección de racimos en el campo. Se realiza un encubado en pequeñas tinajas de barro de 2 hectólitros, donde se pisan los racimos enteros.

El prensado es suave y se produce en una prensa vertical. La fermentación maloláctica se realiza en las mismas tinajas, así como la posterior crianza de 4 meses. Finalmente, tras una pequeña filtración, el vino pasará a ser embotellado. Al ser una elaboración sin clarificación ni estabilización por frío, pueden aparecer sedimentos naturales en la botella.

Es un vino de color rojo cereza que destaca en nariz por su frutosidad, profundidad y una gran amplitud en boca, con potencia bien definida, expresivo, con vivacidad y elevada persistencia. Precio: 19,50 €.

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