Un nuevo clásico para el siglo XXI

Milmanda es un chardonnay con un ADN diferencial en un mundo de globalización enológica

Los numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, los altos niveles de puntuación y una legión de fieles seguidores convierten a Milmanda en una leyenda, añada tras añada, y un reto apasionante en lo enológico y en lo sensorial. Un ejemplo: la añada 2012 de Milmanda fue el blanco elegido para la cena del 21 de marzo del 2016 entre Raúl Castro y Barack Obama, en la visita histórica del presidente de Estados Unidos a Cuba, acompañando una sopa de crema dorada aderezada con ron Caney y puntas de jamón.

Miguel Torres Maczassek, director general de Bodegas Torres, comentó al respecto: «Es un reconocimiento al trabajo realizado durante años en este viñedo excepcional de la Conca de Barberà». Y añadió: «Mi familia tiene una conexión especial con Cuba, ya que mi tatarabuelo Jaime Torres vivió allí los mejores años de su juventud, antes de regresar al Penedès y fundar la bodega en 1870, junto a su hermano Miguel. Desde entonces, hemos seguido emocionalmente vinculados a Cuba y hemos podido ver la evolución de la cultura del vino en la isla».

Milmanda, un nuevo clásico, fue el vino que tomaron Obama y Castro en su histórico encuentro. Infografías: Jordi Català

La variedad chardonnay de Milmanda proviene de la Conca de Barberà que, junto a las DOC Priorat y DOP Montsant, es una de las zonas vinícolas históricas de Cataluña trabajadas y cultivadas desde la expansión de la orden del Císter en la alta Edad Media. La región, si bien se beneficia de la proximidad del Mediterráneo, sufre también de los rigores propios del clima continental, con veranos muy cálidos y secos e inviernos muy fríos. Las variedades tradicionales –trepat, tempranillo, garnacha y parellada– conviven con los mejores exponentes internacionales de cabernet sauvignon y chardonnay.

Para disfrutar de Milmanda en las próximas fiestas hay que expulsar todo prejuicio y entender que la gran complejidad de los vinos blancos de extrema calidad, como este chardonnay monovarietal, no entiende de meses del año ni de temperaturas y trasciende a cualquier estacionalidad, Porque, más allá de su frescura y acidez, válidas para los días más calurosos, los grandes vinos blancos como Milmanda hacen aflorar la extrema riqueza de sus notas más delicadas y versátiles en cualquier contexto climático.

Milmanda, un nuevo clásico para el siglo XXI. Infografías: Jordi Català

En todo momento del otoño y del invierno, y servido con una temperatura algo mayor que la de la cata, Milmanda recompensa con una nariz de gran intensidad, estructura, complejidad; generosidad en boca; y un clímax sensorial de final largo y pleno que transporta a las mejores virtudes varietales.

Pero si se le quiere dejar evolucionar en botella es un vino que sigue desarrollándose, bien cuidado, y tras varios años crece en untuosidad y nobleza, si cabe, como corresponde a un vino que responde a los elegidos de la Antología Miguel Torres, un conjunto de los vinos emblema de la bodega, impregnados de historia y personalidad y que han sido seleccionados meticulosamente para esta antología por suponer la máxima expresión del carácter, tipicidad y singularidad del lugar del que proceden.

Milmanda, un nuevo clásico para el siglo XXI. Infografías: Jordi Català

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